El lavado de manos y la correcta manipulación de los alimentos, desde elegir la tabla de cortar hasta la cocción completa de la carne, son claves para prevenir el síndrome urémico hemolítico (SUH), una grave enfermedad que cada año afecta entre 300 y 400 niños en Argentina, la nación con mayor incidencia mundial en menores de cinco años.

“El fuego mata todo, pero la carne picada es un riesgo para los chicos”, afirmó la Dra. Valeria Blumetti, (MN 101.859) infectóloga pediatra del Hospital Garrahan, quien remarcó la importancia de las medidas de prevención: “Con simples hábitos higiénicos, se puede evitar el SUH, que lamentablemente todavía no tiene tratamiento específico ni vacuna”.

Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que contó con la conducción de Gonzalo Sánchez, Ramón Indart, Cecilia Boufflet y María Eugenia Duffard.

Blumetti profundizó sobre las causas del SUH, el impacto que tiene en la infancia argentina, la dificultad para tratarlo y los avances científicos que impulsan los equipos locales para evitar las formas más graves de la enfermedad.

El síndrome urémico hemolítico es la principal causa de insuficiencia renal aguda en la infancia a nivel nacional y, según Blumetti, “es una enfermedad endémica en Argentina, se da a lo largo de todo el año y afecta principalmente a los más chicos”. En la mayoría de los casos, el origen está relacionado con la bacteria Escherichia coli productora de toxina, que contamina los alimentos, sobre todo la carne picada mal cocida. “El 95% de los casos de SUH se presentan en menores de cinco años, en la Argentina. Tenemos entre 300 y 400 diagnósticos nuevos anuales. Y es prevenible: la clave está en las medidas higiénico-dietéticas y en los controles durante la preparación de alimentos”, enfatizó la especialista en la entrevista.

En Argentina, el síndrome urémico hemolítico es la primera causa de insuficiencia renal aguda infantil

La médica subrayó que el SUH es una “enfermedad huérfana”. Es decir, hoy no existe tratamiento específico ni vacuna. “Nosotros solo podemos trabajar en la prevención. Hay que ser muy rigurosos, desde la elección y preparación de los alimentos hasta el lavado de manos antes de cocinar o después de ir al baño”, explicó en diálogo con Infobae en Vivo, en el programa de la mañana.

Las recomendaciones básicas incluyen la higiene en la manipulación de carne, especialmente la picada, porque el patógeno suele quedarse en la superficie y, al procesarse, puede introducirse en el interior de la carne picada, haciéndola difícil o imposible de cocinar completamente. “Nunca hay que dar hamburguesas ni carne picada a menores de cinco años”, alertó Blumetti.

Sobre los cuidados en la cocina, la infectóloga recomendó “usar utensilios y tablas diferentes para alimentos crudos y cocidos y limpiar bien todos los elementos, sobre todo cuando la carne está implicada”. A modo de ejemplo, relató: “En Argentina tenemos la costumbre de usar el mismo tenedor o utensilio para manipular la carne cruda y después para la carne cocida al hacer asado, y eso es un error. Hay que cambiar los cubiertos y asegurarse que la carne esté bien cocida”.

El lavado adecuado de frutas y verduras, así como el uso de “agua segura” (potable o tratada con lavandina) para higienizar alimentos, también forman parte de las medidas preventivas, según enumeró la expositora. Dijo: “En lugares donde no hay acceso a agua segura, se pueden agregar dos gotas de lavandina por litro de agua, dejar reposar diez minutos y luego lavar bien las frutas y verduras”. Alertó, además, sobre el consumo de lácteos no pasteurizados y el riesgo de la contaminación cruzada, es decir, cuando el jugo de la carne cruda entra en contacto con otros alimentos o utensilios.

La correcta cocción de la carne picada reduce el riesgo de infecciones por Escherichia coli en la infancia (Imágen Ilustrativa Infobae)

La exposición puntualizó que “el SUH se hizo famoso por la carne picada y las hamburguesas, pero también puede aparecer por el consumo de aguas recreativas contaminadas o piletas mal mantenidas”. Agregó: “Ha habido brotes asociados a lácteos que no estaban bien pasteurizados y, en los hospitales, nos ha pasado ver casos por contaminación cruzada entre carne cruda y verduras”.

Consultada sobre las tablas de cocina —un tema al que muchos argentinos no prestan atención—, Blumetti recomendó usar una tabla para productos crudos y otra diferente para alimentos cocidos, lavando cuidadosamente las superficies y utensilios entre usos. Incluso aconsejó limpiar las tablas de madera con lavandina y, si fuera posible, preferir las de vidrio o plástico que se puedan higienizar en profundidad y toleren mejor las limpiezas frecuentes.

En relación a los síntomas y el abordaje del SUH, la médica del Hospital Garrahan fue contundente: “El cuadro suele comenzar con diarrea, muchas veces con sangre, deshidratación y palidez intensa, porque la toxina rompe los glóbulos rojos y las plaquetas. Cuando hay un caso se interna al paciente y el tratamiento es de sostén. Es decir, no hay una medicación específica; se maneja con hidratación, transfusiones y, si es necesario, diálisis. Aproximadamente el 50% de los casos de SUH van a diálisis y el 80% requieren transfusiones”.

La dimensión del problema sanitario es enorme, explicó la entrevistada, porque “aunque parecen pocos casos, los trescientos o quinientos al año tienen un impacto muy grande a nivel familiar y del sistema de salud, y la principal herramienta para reducirlos es la prevención desde el hogar”. Remarcó que es poco frecuente que un niño atraviese un SUH en su casa sin que los padres lo adviertan, “ya que se trata de un cuadro mucho más severo que una diarrea común, con palidez marcada, dolor abdominal intenso y signos de falla general que llevan a consultar rápido al médico”.

“Nunca hay que dar hamburguesas ni carne picada a menores de cinco años”, alertó Blumetti (Imagen Ilustrativa Infobae)

Blumetti comentó que la facilidad de contagio en los niños responde a su sistema inmunológico inmaduro y riñones más pequeños, lo que los vuelve más vulnerables que los adultos. Por eso subrayó la educación alimentaria en casa y la importancia de incorporar el lavado de manos como hábito diario. “Hay que insistir con los chicos para que se laven las manos, incluso aunque no sea fácil. Una sola manipulación indebida puede arruinar el trabajo de prevención”, señaló.

La pediatra añadió detalles sobre investigaciones en marcha en el país, que han sido posibles gracias al trabajo conjunto entre el Hospital Garrahan, Inmunova y el CONICET. Según contó, “estamos en la última fase de un estudio de suero antitoxina, cuyo objetivo es frenar la progresión del SUH en los pacientes internados. Esta molécula actúa bloqueando la toxina bacteriana y podría prevenir los casos más graves, aunque aún no sirve como prevención primaria. La investigación es de escala internacional, con participación de veintiún centros del país, nueve centros europeos en siete países y nuevos sitios sumándose”.

En Argentina, la mayor cantidad de casos de SUH se da en el centro del país, sobre todo en las zonas ganaderas: “Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y Mendoza son las provincias con más casos”, informó Blumetti. Además, “en nuestro país se observa la enfermedad de manera endémica, durante todo el año, con mayor frecuencia en los meses cálidos, de septiembre a mayo; a diferencia de Estados Unidos o Europa, donde el SUH aparece en brotes puntuales relacionados con alimentos contaminados”.

La especialista recalcó que no todas las personas que contraen Escherichia coli productora de toxina llegan a desarrollar el SUH. “Solo un 10 a 15% de los infectados desarrollan el síndrome. Por eso, es clave un seguimiento estricto de los casos con diarrea por esta bacteria, para actuar rápidamente en caso de evolución a SUH y ofrecer el tratamiento adecuado en el hospital”.

Respecto al consumo de yogur y otros lácteos, la médica fue enfática: “Si el yogur es casero y no está pasteurizado, hay que extremar los cuidados durante la preparación y manipulación, sobre todo en las épocas de calor, porque las mesadas pueden estar contaminadas con Escherichia coli”. Insistió en el riesgo de la contaminación cruzada: “Una carne mal cocida apoyada sobre la mesada puede dejar bacterias y transmitir el patógeno a otros alimentos”.

La higiene alimentaria doméstica es la principal herramienta para reducir la incidencia del síndrome urémico hemolítico

Repasando su experiencia en consultorios y hospitales, Blumetti señaló que “la realidad es que muchas veces los padres no dimensionan el riesgo de la enfermedad hasta que tienen un caso cercano. Por eso es tan relevante hablar del SUH: la mayoría de los casos podría evitarse con un correcto lavado de manos, buena cocción y separación adecuada de los alimentos en la cocina”. La médica contó que incluso las grandes cadenas de comidas han aumentado sus controles y auditorías, “pero muchas veces el mayor riesgo está en los errores que cometemos en casa, por falta de higiene o de conocimiento”.

Al finalizar la nota con Infobae en Vivo, la infectóloga remarcó: “La prevención sigue siendo la clave. El lavado de manos, la cocción completa de alimentos, la higiene en la cocina y la educación familiar son las armas más importantes para combatir el síndrome urémico hemolítico, que sigue siendo una de las enfermedades más serias en la infancia argentina y que puede dejar secuelas de por vida”.

La entrevista completa a Valeria Blumetti

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