La jefa de Guardia del Hospital de Quemados de la Ciudad de Buenos Aires, Valeria Fernández (MN 97.511), alertó que se ha incrementado la cantidad de adolescentes que requieren atención médica debido a lesiones graves causadas por realizar desafíos virales en los que se usa fuego y que son difundidos a través de redes sociales. En diálogo con Infobae en Vivo, Fernández detalló que estos episodios reflejan una tendencia en aumento y remarcó la falta de conciencia de los jóvenes respecto a los daños que genera el fuego.

De acuerdo con lo expuesto en el programa de la mañana conducido por Gonzalo Sánchez, Ramón Indart, Cecilia Boufflet y la doctora Lucía Crivelli, la médica explicó que la mayoría de los jóvenes afectados son varones de entre 12 y 17 años y que, en menos de seis meses, el hospital atendió a siete pacientes con quemaduras severas relacionadas directamente con estos retos. La doctora Fernández subrayó que se trata de adolescentes de clase media, con acceso a educación, dispositivos y redes sociales. “Nos cuentan que lo hicieron por validación y reconocimiento en redes, creyendo que las consecuencias serían mínimas, pero la realidad es devastadora”, relató.

Los desafíos, según Fernández, surgieron inicialmente en Estados Unidos en 2014 y consisten en que los participantes se rocían el cuerpo con alcohol y se prenden fuego, procurando grabar la escena en video. Luego intentan apagar las llamas sumergiéndose en agua. La profesional advirtió que el fenómeno se replica actualmente en Argentina y que han circulado noticias sobre episodios similares con desenlace fatal tanto en el país como en México y España, aunque aclaró que la viralidad de estos videos es mayor en el exterior y que los registros argentinos suelen estar más vinculados al entorno hospitalario que a las redes.

La búsqueda de validación en redes sociales lleva a más adolescentes a sufrir quemaduras graves

Fernández sostuvo que el principal riesgo es la muerte y explicó que los jóvenes suelen llegar al hospital con quemaduras en el 40% de su cuerpo. “No hay conciencia de lo que genera el fuego. Los chicos llegan con lesiones que comprometen la elasticidad, funcionalidad y estética de la piel, lo que puede significar una discapacidad irreversible”, especificó.

La jefa de Guardia señaló que el tratamiento es complejo y afecta distintas dimensiones de la vida de los pacientes. “El abordaje involucra a un equipo multidisciplinario compuesto por pediatras, clínicos, psicólogos, psiquiatras, cirujanos plásticos, instrumentadoras, bioquímicos, hemoterapistas porque se requiere sangre. Somos 16 personas en el tratamiento complejo de lo que es el paciente quemado”, aseguró.

“Para reparar las quemaduras necesitamos extraer piel de otras partes del cuerpo, lo que deja múltiples marcas”, afirmó, y agregó que el proceso incluye cirugías repetidas, riesgo de infecciones y rehabilitaciones prolongadas. El mayor impacto se registra en zonas de pliegues como axilas, cuello y parte posterior de las piernas. Recuperarse implica para un adolescente “perder su estética, que es muchísimo, y no toman conciencia”, lamentó.

Además, la especialista insistió en la importancia de la reacción familiar ante el hecho y brindó recomendaciones: “Cuando ocurre, lo urgente es cubrir la quemadura con un paño embebido en agua y trasladar de inmediato al hospital, sin colocar medicamentos ni manipular las ampollas. Si el Hospital de Quemados queda lejos, primero acudir a la institución más próxima para derivación urgente”.

Los tratamientos por quemaduras severas en adolescentes involucran equipos médicos multidisciplinarios y largas rehabilitaciones (NA)

Durante la transmisión, Fernández lamentó que todavía no existan campañas específicas orientadas a la prevención en escuelas y consideró que sería fundamental instalar este tema en las aulas. “Nunca se organizó, pero sería fundamental explicarles a los adolescentes que una piel quemada no se recupera nunca igual. El desarrollo emocional y de autocontrol aún no está maduro y la conducta se asemeja a otras de riesgo, pero aquí el salto es letal”, sostuvo.

Fernández también advirtió sobre los riesgos asociados al uso de pirotecnia en rituales estudiantiles como el último primer día o UPD y las fiestas de promoción, donde se han registrado lesiones. “Ya no es la pirotecnia de fin de año el problema, sino estos festejos improvisados en los colegios, donde bengalas y fuegos artificiales acaban quemando a chicos”, describió. Añadió que tanto el entorno hiperconectado como la búsqueda de aceptación en el grupo impulsan estas conductas.

En un pasaje de la entrevista, la médica resaltó que el tratamiento posquirúrgico de los niños y adolescentes quemados nunca se completa en una sola etapa. El seguimiento se extiende en el tiempo, especialmente en pacientes jóvenes en crecimiento, y la reinserción social puede verse limitada por las secuelas físicas y psicológicas.

Las consecuencias de los desafíos virales pueden incluir discapacidad irreversible y cicatrices físicas y emocionales profundas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La especialista consideró que la prevención requiere un esfuerzo conjunto de las familias, las escuelas y el sistema de salud. “Noventa por ciento de la responsabilidad es de los adultos. Los padres deben involucrarse más, hablar, supervisar y advertir, aunque a veces se tienda a minimizar o mantener en secreto estos accidentes”, concluyó Fernández en diálogo con Infobae en Vivo.

La entrevista completa a la doctora Valeria Fernández

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• De 9 a 12:Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón IndartyCecilia Boufflet.

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