El jengibre es una raíz de origen asiático con amplia tradición en la medicina natural, se ha convertido en uno de los superalimentos más populares en la actualidad. Su creciente reconocimiento no solo se debe a su sabor y versatilidad en la cocina, sino también a los múltiples beneficios del jengibre que puede aportar a la salud, especialmente para quienes buscan adelgazar de manera natural.
Diversos estudios y especialistas en nutrición han señalado que, cuando se consume de forma adecuada y como complemento de una dieta equilibrada y ejercicio regular, el jengibre puede ser un aliado para mejorar el bienestar general.
Entre los principales beneficios del jengibre para la salud y la pérdida de peso, tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y diuréticas. Estas cualidades ayudan a evitar el aumento de peso, mejorar la digestión y la metabolización de los nutrientes, así como a combatir la retención de líquidos.
Estudios publicados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y la Universidad de Harvard respaldan algunos de estos beneficios, aunque advierten que aún se requieren más investigaciones para confirmar otros efectos atribuidos a la raíz.
Cómo preparar agua de jengibre y formas de consumo
El consumo de jengibre puede realizarse de diversas maneras, siendo el agua de jengibre y el té de jengibre las opciones más recomendadas. Se recomienda beber un vaso de agua de jengibre en ayunas y al menos dos vasos adicionales de 250 mililitros cada uno a lo largo del día puede favorecer la pérdida de peso. Para potenciar sus efectos, se sugiere añadir ingredientes como limón, berenjena, canela, menta o pepino. Estas combinaciones no solo mejoran el sabor, sino que también aportan beneficios adicionales, como acelerar el metabolismo, limpiar el intestino y aumentar la hidratación diaria.
Cómo preparar té de jengibre
La preparación del agua de jengibre es sencilla: se deben agregar entre cuatro y cinco rodajas de raíz fresca o dos cucharadas de jengibre rallado en un litro de agua fría. En el caso de utilizar rodajas, se recomienda cambiarlas a diario para mantener sus propiedades.
Para quienes prefieren una infusión caliente, se puede hervir un trozo de jengibre fresco de unos 30 gramos junto con medio limón en rodajas en agua caliente durante 20 minutos, dejar reposar la mezcla por 10 minutos y colar antes de consumir.
Otras variantes incluyen la combinación con menta, canela o berenjena, cada una con instrucciones específicas para su preparación y con beneficios particulares, como mejorar la circulación, controlar el azúcar en sangre o aumentar el efecto diurético.
El jengibre actúa como antiinflamatorio, ayuda a mejorar la retención de líquidos, favorece la respiración y alivia síntomas de tos y falta de aire. También previene náuseas y vómitos, combate la acidez y los gases intestinales, y puede aliviar el dolor causado por la artritis.