En una nueva edición de El Puente, el ciclo de entrevistas de Infobae conducido por Julieta Puente, el foco estuvo puesto en la salud mental. En esta oportunidad, el invitado fue Sebastián Saravia, psicólogo, quien abordó las diferencias entre el ataque de pánico y el ataque de ansiedad, dos conceptos que suelen confundirse y que afectan a millones de personas en el mundo. Según el especialista, el 30% de la población mundial experimentó alguna vez los síntomas de un ataque de pánico.

Diferencias entre ataque de pánico y ataque de ansiedad

Durante la conversación, se planteó la pregunta central sobre las diferencias entre un ataque de pánico y un ataque de ansiedad. Saravia aclaró: “Los síntomas generalmente son náuseas, cierta desesperación y miedo intenso a que suceda algo negativo. Pero tiene una característica fundamental que los separa. En el ataque de pánico está el miedo a la muerte, a volverse loco y fundamentalmente, los síntomas pasan ahora. Ya no tiene que ver con el futuro. Si el ataque de pánico tiene algo característico es que pasa ahora y me voy a morir si la situación sigue”.

La diferencia principal radica en el tiempo y el tipo de pensamiento asociado. El psicólogo explicó: “La sintomatología es bastante parecida. Tiene que ver con náuseas, hormigueos, entumecimiento, dolor estomacal, la posibilidad de marearse o de cierto desmayo. Pero generalmente, en el ataque de ansiedad, los pensamientos negativos están orientados al futuro. Lo que va a suceder es mañana o pasado, o con una situación que tenga que ver con un examen, una entrevista de trabajo, una cita, casarse, mudarse. Todo lo que tenga que ver con el futuro. Entonces, cuando se habla de ataques de ansiedad, es respecto de mañana. Cuando hablamos de ataque de pánico es ahora”.

Causas y factores de riesgo

Las diferencias entre ataque de pánico y ataque de ansiedad radican en el tiempo y el tipo de pensamiento asociado (Maximiliano Luna)

Consultado sobre las razones que pueden llevar a una persona a sufrir un ataque de pánico, Saravia destacó el impacto del estilo de vida moderno: “Hoy la sintomatología sobre trastornos de ansiedad tiene que ver más con ataques de pánico, justamente por el estilo de vida que estamos llevando. Algunas personas tienen dos o tres trabajos, la estimulación de las pantallas, la exagerada cuestión de dopamina que hay para la mente de los niños y adolescentes también, el aislamiento, comer muy poco, algunos ayunos que no se corresponden hacer por el estilo de vida que tiene la persona o el peso”.

Además, señaló la importancia de la predisposición biológica: “Fundamentalmente, porque hay más ataques de pánico si hay una cuestión biológica. Es decir, en el sentido de predisposición de la familia, papá, mamá y demás, que hay que buscarlo, cierto desequilibrio químico”. El psicólogo subrayó que también pueden influir factores traumáticos o conflictos no resueltos. “El ataque de pánico puede ser el síntoma de otra cosa, de algo no resuelto, de algún secreto que ha quedado en la familia, de algo inconsciente que nos quedó guardado y no queremos saber nada. Se termina expresando de otra forma. El cuerpo habla. El ataque de pánico es una de esas formas”, indicó.

Qué hacer frente a un ataque de pánico

Ante la consulta sobre cómo responder cuando se presenta un ataque de pánico, Saravia fue claro: “Primero, lo más difícil, que es lo casi imposible, tratar de que entienda esa persona que los síntomas van a pasar. Por más que esa batalla esté perdida, hay que darla igual. Es muy difícil decirle a alguien ‘ya va a pasar, esto va a terminar’, pero nadie se murió de un ataque de pánico jamás”.

El psicólogo detalló que la duración del episodio suele ser acotada: “Dura entre 5 a 20 minutos generalmente, y tiene un pico máximo a los diez. Hay gente que le dura horas el ataque de pánico, lo cual es peor, pero generalmente entre 5 y 20 minutos, pico máximo a los diez”.

El estilo de vida moderno, con varios trabajos y estimulación de pantallas, favorece los ataques de pánico en la actualidad (Maximiliano Luna)

Entre las recomendaciones, mencionó técnicas sencillas y accesibles: “Por ejemplo, la técnica de los cinco sentidos: tratar de ubicar cinco cosas que puedas ver, cuatro cosas que puedas tocar, tres cosas que puedas oler o saborear. Hay otra técnica que se llama 478: inhalar cuatro segundos, sostener siete, exhalar en ocho. O respiración diafragmática, ponerse la mano en el pecho, la mano en la panza y ver cómo se va ensanchando el pecho, cómo va creciendo la panza. Pero lo fundamental para hacer cuando a uno le da un ataque de pánico, ojalá sea posible, intentar relajarse y quedarse donde está. También hay algo que se llama movimiento ligero, si es posible y seguro, empezar a caminar le da información a la cabeza”.

Sobre la importancia de la contención de terceros, Saravia remarcó: “Si a alguien cercano le pasa y vos no sabés qué hacer, podés ser muy contraproducente. Le podés hacer mucho mal a alguien porque a veces uno tiene un ataque de pánico y cree porque escuchó en algún lado que hay que hacer tal cosa y va e impone su voluntad contra el otro y es la peor manera de ayudar. Eso no es ayudar. Si querés ayudar a alguien que tiene un ataque de pánico, quedate cerca, pero lejos y preguntale ‘qué necesitás que haga’”.

Prevención y tratamiento

El abordaje de los ataques de pánico y la ansiedad requiere un enfoque integral. Saravia destacó la importancia de los hábitos saludables: “Tener rutinas, dietas saludables que se puedan sostener, la cantidad de horas de descanso son fundamentales. Reunirse con amigos es terapéutico. Ese lazo con el otro es fundamental. Y si encima a eso le agregás comer saludable, dormir bien, estar bien en tu trabajo, ojalá hagas lo que te gusta hacer, y hacés alguna actividad física, la verdad es que está buenísimo. Ayudan a que uno no esté todo el tiempo muy predispuesto a sufrir ansiedad”.

Los episodios de ataque de pánico suelen durar entre cinco y veinte minutos, con un pico máximo a los diez minutos, según el experto (Maximiliano Luna)

Respecto al tratamiento, el especialista fue enfático: “Todos tenemos ansiedad. El tema es cuándo uno empieza a padecer la ansiedad, que significa que uno ya no tiene los recursos para hacerle frente a eso. O hace tiempo que eso está generando un malestar psíquico, o en las relaciones amistosas, laborales o en donde sea, o hasta académicas, uno baja muchas veces el rendimiento académico. A partir de que empieza a ser un problema, ahí es necesario levantar la mano y que aparezca la terapia. Y la terapia te dirá que con acompañamiento una o dos veces por semana se puede trabajar y con técnicas generalmente más del orden cognitivo conductual. En el caso de que sea necesario, medicación, antidepresivos, ansiolíticos que son un recurso para seguir trabajando y que uno esté un poquitito más calmo y pueda entender fundamentalmente que ansiedad tenemos todos, pero hay que encontrarle la vuelta para regularla y no padecerla tanto”.

Ansiedad y ataque de pánico en adolescentes

En la parte final de la entrevista, se consultó al especialista sobre la edad de inicio de los ataques de pánico. Saravia precisó: “Generalmente es entre los 25 y los 30 años. Pero hoy por hoy se está empezando a conocer que inevitablemente los adolescentes y niños ya están teniendo muchos ataques de pánico. Estamos hablando ya de chicos entre 12, 11 y diez años que empiezan a presentar sintomatologías de ataque de pánico. Antes los más chicos tenían otro tipo de trastorno de ansiedad por separación, pero hoy por hoy los chicos están empezando a tener ataques de pánico a edades muy tempranas. Eso es grave”.

El psicólogo asoció este cambio a la llegada de la tecnología: “En parte la llegada de la tecnología y que los chicos pasan entre 12 y 15 horas con el teléfono. Le recomiendo a cualquiera de nosotros que corra un poquito y vea el tiempo en pantalla. Bueno, los chicos pasan 12 o 15 horas. Después, ¿qué hacemos con esas pantallas? Imaginate todos los días estar pendiente de eso. A eso se le suman las aplicaciones, el FOMO (fear of missing out, o miedo a perderse algo), la cuestión estética, estar pendientes de la imagen corporal. Bueno, están muy pendientes de eso y eso genera el scroll infinito, ansiedad todo el tiempo. Bueno, los chicos están empezando a sentir la ansiedad que quizás recién venía a los veintipico”.