
Una mujer murió en la ciudad de Toay, provincia de La Pampa, a causa de botulismo, según se confirmó a través de análisis realizados por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas ANLIS-Malbrán. Así lo informó el Ministerio de Salud provincial, en tanto que destacó que se sigue investigando el fallecimiento de una segunda persona, posiblemente por la misma causa.
Hasta este domingo, la Dirección de Epidemiología provincial confirmó un solo caso a través del análisis de muestras de los alimentos consumidos y de la paciente fallecida, informó Infohuella.
Sobre la segunda muerte sospechosa, el Ministerio de Salud provincial señaló que el material recolectado no alcanzó para una confirmación diagnóstica definitiva, por lo que la investigación epidemiológica sigue en curso. Por ahora, no se reportaron nuevos casos vinculados con este brote y los sistemas de vigilancia se mantienen activos.
Como parte de las medidas judiciales, el Ministerio Público Fiscal comunicó que tuvo lugar un allanamiento en un domicilio situado en las calles Moreno e Italia de Toay, donde presumiblemente se habrían elaborado conservas caseras que podrían estar implicadas en el brote, informó La Arena. La intervención, realizada junto a la Brigada de Investigaciones, la Agencia de Investigaciones de la Policía de La Pampa y el área provincial de Bromatología, permitió incautar materiales de interés para la investigación. El inmueble permanece clausurado y bajo custodia permanente.

Qué es el botulismo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el botulismo es una intoxicación grave y poco frecuente causada por las potentes toxinas neuroparalizantes producidas por la bacteria Clostridium botulinum. Es considerada una de las sustancias más mortales conocidas y puede darse en distintas formas según la vía de contagio: de transmisión alimentaria —la más habitual en adultos—, del lactante, por heridas o inhalación.
La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) subraya que la enfermedad está asociada con alimentos procesados de forma inadecuada, especialmente conservas, enlatados y productos fermentados de origen doméstico y bajo oxígeno.
Las toxinas botulínicas se generan principalmente en condiciones con poco oxígeno, lo que incrementa el peligro si se preparan alimentos en casa sin los controles y la esterilización adecuados. La OMS advierte que, pese a la escasa frecuencia, el botulismo puede ser mortal si no se diagnostica y trata rápidamente.

Cómo se contagia el botulismo
De acuerdo con la OMS, el botulismo alimentario ocurre por el consumo de comidas mal procesadas, donde la bacteria o sus esporas —presentes en el ambiente— pueden proliferar y segregar toxinas cuando las condiciones carecen de oxígeno y presentan ciertas temperaturas. Entre los alimentos más propensos destacan las conservas vegetales con bajo nivel de acidez (los porotos o judías verdes, espinacas, setas, remolachas), pescados enlatados, ahumados o fermentados, y productos cárnicos como jamón y salchichas.
La SADI destaca que la enfermedad no se transmite de persona a persona, restringiendo el riesgo únicamente a quienes ingieren el alimento contaminado.
Cuáles son los síntomas del botulismo
Los síntomas aparecen, generalmente, entre doce y treinta y seis horas después de consumir la toxina, pero pueden manifestarse desde las cuatro horas hasta los ocho días, según la OMS y la SADI. Entre los cuadros más habituales se encuentran:
- Fatiga intensa y vértigo
- Visión borrosa o doble
- Dificultad para tragar o hablar
- Boca seca
- Debilidad facial bilateral
- Caída de los párpados
- Complicaciones respiratorias
- Náuseas, vómitos y calambres abdominales
- Parálisis progresiva descendente
- Ausencia de fiebre o de pérdida de consciencia

La OMS pone énfasis en la evolución a una parálisis descendente y potencial insuficiencia respiratoria. La SADI resalta la importancia de la consulta inmediata ante cualquier síntoma neurológico o digestivo tras consumir conservas caseras.
Actuación ante síntomas: la urgencia médica
La Sociedad Argentina de Infectología recomienda acudir lo antes posible a un centro de salud si se sospecha botulismo, ya que el tratamiento temprano y específico mejora considerablemente las chances de recuperación y reduce las complicaciones. La atención médica también permite activar alertas para aislar alimentos potencialmente peligrosos y proteger a otros consumidores.
Claves de prevención y recomendaciones para el consumo seguro
Tanto la OMS como la SADI proponen medidas preventivas esenciales para disminuir el riesgo de intoxicación alimentaria por botulismo. Entre ellas destacan:
- Mantener la higiene personal y de los espacios donde se manipulan alimentos
- Separar siempre alimentos crudos de cocidos
- Cocinar completamente los alimentos (por encima de 70 °C)
- Almacenar comidas a temperaturas seguras (alimentos perecederos en heladera a menos de 5 °C; alimentos listos para consumo calentados a más de 60 °C); nunca descongelar a temperatura ambiente
- No romper la cadena de frío
- Utilizar solo agua potable e ingredientes crudos seguros

La SADI añade que no se deben consumir conservas con envases hinchados o con olor desagradable, aunque advierte que en ocasiones la toxina puede estar presente incluso en alimentos sin alteraciones perceptibles. Para las papas cocidas en aluminio, sugiere ingerirlas calientes o refrigerarlas apenas se enfríen. Las infusiones de aceite con ajo o hierbas deben mantenerse bajo refrigeración.
Es esencial recalentar las conservas antes del consumo preferiblemente a 100 °C (baño María) durante al menos treinta minutos para inactivar la toxina, cuando sea posible con el envase cerrado y sumergido en abundante agua. Si un alimento recalentado se guarda más de setenta y dos horas en heladera, debe repetirse el proceso previo a su consumo.
El botulismo es una enfermedad poco común, pero requiere máxima atención, ya que el acceso rápido a diagnóstico y tratamiento puede ser determinante para evitar consecuencias graves y proteger la salud pública.