Registrar los pasos diarios con tecnología mejora la salud física y mental, según expertos en actividad física

Registrar los pasos diarios se ha convertido en una herramienta clave para impulsar la salud física y mental, avalada tanto por la evidencia científica como por la experiencia de expertos en el área de la actividad física y la prevención de enfermedades.

El registro de la cantidad de pasos permite visualizar con claridad el nivel de movimiento cotidiano y abre la puerta a la adopción de hábitos sostenibles para mejorar el bienestar integral.

Tecnología al servicio del movimiento

El seguimiento de los pasos a través de dispositivos inteligentes, como teléfonos móviles, relojes o podómetros, se presenta como una de las formas más eficaces para integrar la actividad física en la vida moderna.

El uso de dispositivos inteligentes facilita el seguimiento de la actividad física y la adopción de hábitos saludables
(Crédito: Freepik)

Los dispositivos actúan como aliados cotidianos al ofrecer datos en tiempo real sobre la movilidad, permitiendo establecer metas claras y recibir alertas motivacionales.

Mackenzie Long, entrenadora personal especializada en fisioterapia y medicina deportiva en el Mayo Clinic Health System de La Crosse y Onalaska, Wisconsin, señaló: “El mejor dispositivo para ti es el que vas a usar”. Esta flexibilidad facilita que cada persona elija la herramienta que más se adapta a su rutina, dotando de practicidad y accesibilidad al proceso de registrar el movimiento.

Además, la utilización de tecnología permite personalizar objetivos, ajustar los parámetros según la edad o condición física, y realizar un seguimiento progresivo que potencia la adherencia. El simple acto de medir el progreso diario es, en sí mismo, un estímulo que puede traducirse en una mayor motivación y constancia.

Beneficios de incorporar el registro de pasos

La actividad física regular reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y demencia, mejorando la calidad de vida
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Caminar de manera regular y registrar la cantidad de pasos tiene efectos comprobados en distintos aspectos de la salud. La literatura científica señala que este hábito contribuye al control de la presión arterial, la gestión del peso corporal y el adecuado manejo de la diabetes.

Los beneficios se extienden a la esfera mental, potenciando la calidad del sueño y la función cognitiva, factores esenciales para el bienestar diario. Además, mantenerse activo ayuda a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cáncer y demencia.

Long remarcó la importancia de la actividad física para quienes están bajo tratamientos para perder peso, tanto farmacológicos (por ejemplo, agonistas de receptores GLP-1) como quirúrgicos (cirugía bariátrica).

La integración del movimiento en la vida diaria fortalece la musculatura, ayuda a conservar la densidad ósea y favorece una pérdida de peso que se mantiene a largo plazo, al tiempo que puede potenciar la eficacia de los tratamientos médicos asociados.

Establecer metas realistas y sostenibles

Especialistas recomiendan adaptar la meta de pasos diarios a cada persona, priorizando la constancia sobre la cantidad

A pesar de la popularidad de alcanzar los 10.000 pasos diarios, Long precisó que el mayor impacto positivo se observa entre los 4.000 y 8.000 pasos al día, con mejoras adicionales hasta los 10.000, aunque a partir de este punto los efectos tienden a estabilizarse.

La especialista recalcó que no existe un número único ideal para todas las personas y que la clave está en la regularidad y en adecuar la meta a las posibilidades de cada individuo.

Las recomendaciones de expertos apuntan a fijar como objetivo mínimo los 150 minutos de actividad física semanal, ya que este nivel se asocia con una reducción significativa de riesgos para la salud.

Estrategias simples para moverse más

Estrategias simples como subir escaleras o caminar en casa incrementan la movilidad y combaten el sedentarismo
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Incrementar la actividad física diaria puede lograrse mediante acciones sencillas: estacionar el automóvil a mayor distancia, caminar breves trayectos dentro del hogar, subir escaleras en vez de utilizar ascensores o aprovechar los descansos laborales para dar paseos breves.

Long sugiere repartir las tareas domésticas en diferentes viajes para sumar pasos y recomienda el uso de cintas caminadoras durante actividades como mirar la televisión o cocinar.

La capacidad de ajustar la intensidad también resulta fundamental. La “prueba de la conversación” es útil para determinar un ritmo adecuado: si se puede mantener una charla mientras se camina, la intensidad es apropiada y segura. Incluso a un paso lento, el simple hecho de evitar el sedentarismo produce resultados positivos.

Constancia y escucha al cuerpo

La constancia y la escucha activa del cuerpo son claves para integrar el ejercicio y prevenir lesiones a largo plazo
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El progreso sostenido requiere paciencia. Long indicó: “La mejor forma de empezar a registrar tus pasos es hacerlo de manera lenta y constante. Escucha a tu cuerpo”.

Este enfoque disminuye el riesgo de lesiones y favorece la integración permanente del ejercicio en la vida cotidiana. Reconocer las señales físicas, variar las rutinas y celebrar los logros alcanzados son parte del proceso para mantener la motivación y continuar mejorando el bienestar general.

Cada paso sumado a la rutina diaria, por pequeño que parezca, tiene un impacto relevante. Las investigaciones actuales demuestran que incluso incrementos modestos en la movilidad se traducen en un estado físico y emocional más saludable, promoviendo una mejor calidad de vida para personas de todas las edades.