La piel cetrina puede indicar desequilibrios internos, envejecimiento o deficiencias nutricionales, según expertos en dermatología (Freepik)

Un cutis radiante evoca juventud, salud y buena energía, pero para muchas personas ese brillo natural parece desvanecerse sin explicación, dejando en su lugar un tono opaco, amarillento o grisáceo. Esta transformación, conocida como piel cetrina, va mucho más allá de una simple cuestión estética: puede ser la señal silenciosa de desequilibrios internos o del paso del tiempo, y se ha vuelto una preocupación frecuente en la consulta dermatológica de las grandes ciudades, donde el estrés, la mala alimentación y la contaminación afectan la vitalidad de la piel.

La dermatóloga Tanya Kormeili, citada por Women’s Health, explica que aparece cuando la piel no se renueva ni repara de forma eficaz, debido a la ralentización celular, la pérdida de colágeno y la reducción de la microcirculación. La glicación también influye en ese tono amarillento.

Expertos de Harvard Health añaden que esta condición puede indicar deficiencias de hierro y vitaminas B, o trastornos metabólicos. Según la dermatóloga, en pieles claras predomina un matiz amarillento y en tonos oliva, uno marrón, acompañado a menudo de sequedad o descamación que intensifica la opacidad.

Causas y factores de riesgo

La piel cetrina obedece a causas múltiples. El envejecimiento continúa como principal factor, pues ralentiza la renovación celular, disminuye el colágeno y la elastina, y reduce la microcirculación —restringiendo la oxigenación y nutrición cutáneas—. Según Harvard Health factores como el estrés, la falta de sueño, los cambios hormonales y deficiencias nutricionales (hierro, vitamina B12 o vitamina D) agravan el estrés oxidativo y la glicación, facilitando una tez opaca y desigual.

La ralentización celular y la pérdida de colágeno contribuyen a la aparición de piel cetrina y opaca en adultos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Especialistas de Harvard Health insisten en que no solo el paso del tiempo deteriora el tono de la piel, sino también los malos hábitos de vida: la exposición crónica al sol, el tabaquismo y la contaminación ambiental pueden acelerar la pérdida de luminosidad y favorecer la aparición de una pigmentación irregular. La dermatóloga consultada por Women´s Health destaca que la radiación ultravioleta desencadena tanto la producción de melanina como respuestas inflamatorias, mientras que el tabaco reduce el flujo sanguíneo y promueve la degradación del colágeno.

La dermatóloga Dendy Engelman, especialista en dermatología estética y médica reconocida en Nueva York, resalta que la anemia es una de las causas más frecuentes de piel cetrina. Según la Sociedad Americana de Hematología, citada por Women’s Health y expertos de Harvard Health, la falta de hierro limita la circulación de oxígeno, lo que da lugar a una tez pálida, opaca y con tendencia a tonos amarillentos o marrones. Además, enfermedades como los trastornos tiroideos o hepáticos pueden estar involucradas.

Estrategias para prevenir y tratar la piel cetrina

A pesar de que el envejecimiento resulta inevitable, ciertos hábitos pueden ayudar a retrasar o reducir la aparición de piel cetrina. Los especialistas recomiendan priorizar el descanso nocturno, con al menos siete u ocho horas diarias, para favorecer la reparación cutánea frente a los daños causados por la radiación solar. Dormir bien regula los niveles de cortisol y previene la inflamación, manifestando un impacto positivo en la apariencia de la piel.

Dormir al menos siete horas y mantener una dieta rica en vitaminas y hierro ayuda a prevenir la piel cetrina y a mejorar la salud cutánea (Imagen Ilustrativa Infobae)

Mantener una alimentación equilibrada resulta fundamental. Incluir nutrientes como vitamina B, folato y hierro contribuye a la salud cutánea y ayuda a preservar la luminosidad. Así, una rutina constante de cuidado facial —compuesta por limpieza diaria, hidratación y protección solar— fortalece la barrera cutánea, retiene la humedad y combate el daño por rayos UV, factores que pueden intensificar la opacidad.

Especialistas de Harvard Health recomiendan prestar atención a síntomas asociados, como fatiga, caída de cabello o uñas débiles, que pueden revelar carencias nutricionales subyacentes involucradas en la aparición de piel cetrina.

La caída de cabello es uno de los signos que, según Harvard Health, se asocia a deficiencias nutricionales y piel cetrina (Freepik)

Cuando la piel opaca persiste, los expertos de Women’s Health y de Harvard sugieren combinar estrategias domésticas con procedimientos dermatológicos. En casa, la exfoliación química suave con AHA, BHA o PHA ayuda a eliminar células muertas y estimula la renovación celular, mientras que los sérums de retinol promueven la producción de colágeno y mejoran la textura.

Los hidratantes con ácido hialurónico, ceramidas o escualano fortalecen la barrera cutánea y mantienen la humedad, y los antioxidantes tópicos —como las vitaminas C, E o CoQ10— ayudan a neutralizar radicales libres y a preservar la luminosidad natural.

En consulta dermatológica, los peelings químicos, la microaguja con plasma rico en plaquetas (PRP) y los tratamientos con láser fraccionado restauran la vitalidad, mejoran la textura y reducen la pigmentación irregular, atacando las causas profundas y proporcionando resultados visibles, según mencionó la dermatóloga en Women´s Health.

Tratamientos dermatológicos como peelings químicos, microaguja con PRP y láser fraccionado restauran la vitalidad y reducen la opacidad facial (Créditos: Freepik)

La aparición persistente o repentina de piel cetrina, especialmente si se acompaña de fatiga u otros síntomas, puede advertir acerca de un problema médico subyacente. Consultar a un dermatólogo certificado permite discernir entre una condición estética y un trastorno de salud, y recibir orientación sobre los tratamientos más adecuados para recuperar la luminosidad facial, según concluyen tanto Women’s Health como expertos de Harvard Health.