
La integración de posturas y técnicas de respiración del yoga ofrece beneficios comprobados a quienes practican running, ya sea de manera profesional como en la vida diaria, según atletas y especialistas en entrenamiento deportivo consultados por medios internacionales.
A este consenso se suman las conclusiones de un estudio publicado en el Journal of Clinical Medicine en 2020, que analizó a maratonistas durante doce semanas y evidenció que la práctica regular de yoga mejoró la movilidad articular, la fuerza funcional y redujo síntomas relacionados con lesiones musculoesqueléticas.
El yoga para corredores se consolidó como una herramienta cada vez más valorada entre quienes buscan mejorar la movilidad articular, aumentar la resistencia y reducir el riesgo de lesiones recurrentes.

De acuerdo con testimonios recogidos por L’Équipe, atletas de élite y especialistas en entrenamiento coinciden en que la incorporación del yoga en la rutina de carrera brinda resultados tangibles para la salud y el rendimiento.
Testimonios de atletas y especialistas
Camille Bruyas, vicecampeona del Ultra-Trail du Mont-Blanc (UTMB) 2021, fisioterapeuta y profesora de yoga, relata que comenzó a practicar yoga tras sufrir una tendinitis en el talón de Aquiles que la obligó a reorganizar su entrenamiento.
“La lesión me frenó en la práctica de la carrera. Fue entonces cuando descubrí el yoga”, explicó Bruyas. Desde ese momento, integró el yoga a su vida deportiva y se formó para enseñarlo, convencida de que supera ampliamente la simple flexibilidad.

La especialista remarca que, a diferencia de deportes como la escalada, donde el yoga ya está culturalmente asimilado, en el running todavía existe cierta reticencia.
Sin embargo, Bruyas advierte que la repetición constante de movimientos, especialmente sobre asfalto, genera rigidez muscular y articular, incrementando el riesgo de lesiones. “Es el problema principal de este deporte. Se repite casi siempre el mismo movimiento, sobre todo en la carretera, con impactos continuos”, señaló.
Movilidad, amplitud y prevención
Laure Bady, profesora de yoga orientada al deporte, coincide en que la carrera fortalece únicamente ciertos grupos musculares, relegando otros. “Por su carácter unidimensional, la carrera solo refuerza algunas partes del cuerpo”, afirmó Bady en L’Équipe.

El yoga, en cambio, permite trabajar la movilidad de forma complementaria, con énfasis en la apertura de caderas, el movimiento de hombros y la fuerza del tren superior. Esta movilidad activa ayuda a los músculos a alcanzar su máxima amplitud articular, traduciéndose en una mejora de la zancada y una mayor eficiencia.
Bady detalla que, al transmitir rutinas de posturas a atletas de alto nivel, busca optimizar tanto el movimiento como la resistencia y la conciencia corporal.
“Saber contraer ciertas zonas y relajar otras permite correr con menos tensión y evita déficits de eficacia. Gracias a determinadas posturas, por ejemplo, se pueden estabilizar las caderas y movilizar el tronco para disociar la parte superior e inferior del cuerpo”, explicó.
Respiración y longevidad deportiva

La atención a la respiración es otro de los principios que el yoga aporta a los corredores. Bruyas resalta que una mejor respiración mejora la oxigenación muscular, lo cual reduce el riesgo de lesiones. “Mantener los tejidos oxigenados y móviles disminuye el riesgo de lesiones”, sostuvo.
Este aspecto resulta clave para quienes padecen tendinitis, síndrome de la cintilla iliotibial o dolores de rodilla, dolencias frecuentes entre los corredores.
El ejemplo de Ruth Croft, ganadora del UTMB 2025 y referente en longevidad deportiva, ilustra el impacto de estas prácticas. Marie Bruyas, corredora de ultrafondo y coach de yoga, destaca la importancia de la respiración y la meditación en la carrera de Croft: “Quizá hacemos menos que otros, pero tenemos esa respiración y duramos más”, comentó a L’Équipe.
Adaptación del entrenamiento y recomendaciones

Otra ventaja señalada por Bruyas es la adaptación del entrenamiento. Tras firmar su primer contrato profesional en 2020, observó que muchos compañeros solo permanecían dos o tres años en la alta competición, mientras que ella aspiraba a una carrera mucho más extensa.
“Ahora sé cuándo un entrenamiento es demasiado para mí y me permito adaptarlo”, afirmó. Esta capacidad de escucha corporal la lleva a alternar disciplinas, como el esquí de fondo en invierno, y a priorizar la calidad sobre la cantidad, incluso si eso implica renunciar a pruebas importantes como Transgrancanaria.
Bruyas sugiere que, para quienes quieren incorporar yoga, es útil empezar con sesiones breves, de unos diez minutos, para familiarizarse con las posturas básicas. Recomienda aprovechar clases colectivas, aplicaciones especializadas o videos en línea, siempre reservando un momento concreto para la práctica.
Dedicar un espacio al yoga, aunque implique reducir levemente el tiempo de carrera, puede marcar una diferencia sustancial en la salud y el rendimiento, permitiendo una práctica más consciente y sostenible.