
La ciencia demuestra que una sonrisa compartida en pareja puede tener efectos inesperados en la salud: reduce el estrés, calma el cuerpo y fomenta el bienestar. Esto se refleja en un estudio internacional reciente, que confirma cómo la sincronía emocional en los adultos influye directamente en el equilibrio fisiológico, especialmente cuando ambos experimentan emociones positivas al mismo tiempo.
Compartir estos momentos puede ser clave para reducir el estrés en la vida adulta, de acuerdo con una investigación publicada por la American Psychological Association (APA). El trabajo, que analizó a más de 600 adultos mayores en Canadá y Alemania, concluyó que cuando las parejas comparten situaciones felices, los niveles de cortisol —la hormona asociada al estrés— disminuyen, incluso en relaciones no del todo satisfactorias. Los hallazgos fueron publicados en el Journal of Personality and Social Psychology.
El poder de las emociones compartidas
La investigación, liderada por Tomiko Yoneda, PhD, de la Universidad de California Davis, junto a un equipo internacional, propuso un enfoque distinto al de los estudios convencionales. Mientras estos suelen analizar las emociones desde el plano individual, el equipo exploró el impacto de vivir emociones positivas de manera conjunta en la vida cotidiana de las parejas mayores y su efecto físico.
“Sabemos por muchas investigaciones que emociones como la felicidad, la alegría, el amor y la emoción se vinculan con una mayor longevidad y mejor salud. Sin embargo, la mayoría de los estudios las analizan como si ocurrieran en aislamiento”, expresó Yoneda, según la APA.

Para avanzar en este análisis, los investigadores recopilaron datos de 321 parejas (642 personas) de entre 56 y 89 años, residentes en Canadá y Alemania. Durante una semana, los participantes contestaron entre cinco y siete encuestas electrónicas diarias sobre su estado emocional, enfocadas en sensaciones como felicidad, relajación e interés.
Después de cada encuesta entregaban una muestra de saliva para medir los niveles de cortisol. El equipo reunió 23.931 mediciones individuales, lo que permitió observar con detalle el vínculo entre emociones compartidas y respuesta ante el estrés.
Un estudio que mide bienestar y respuesta al estrés
Los resultados demostraron que los niveles de cortisol disminuían cuando ambos miembros de la pareja reportaban emociones positivas simultáneamente. Este efecto persistió aun controlando variables como edad, sexo, uso de medicamentos y las fluctuaciones habituales del cortisol durante el día, que tiende a ser más alto en las mañanas. La reducción hormonal no dependía únicamente de emociones positivas individuales, sino del momento vivido en conjunto.
Yoneda subrayó la singularidad del hallazgo: “Había algo especialmente poderoso en compartir esas emociones positivas juntos. Además, observamos que estos momentos compartidos ofrecen efectos duraderos”, indicó la investigadora, según la APA. Cuando las parejas experimentaban bienestar conjunto, el cortisol se mantenía bajo varias horas después, lo que sugiere que la coexperiencia emocional ayuda a conservar la calma a lo largo del día.

Un aspecto destacado del estudio es que el beneficio ocurrió sin importar la satisfacción en la relación. Incluso en parejas que no se consideraban especialmente felices, compartir emociones positivas ejercía un efecto calmante en el cuerpo. Esto amplía el alcance de los resultados, mostrando que los momentos agradables compartidos benefician la salud, sin depender de la calidad global del vínculo.
Un beneficio más allá de la satisfacción conyugal
“Este trabajo se basa en la teoría de la resonancia positiva, que propone que cuando las personas comparten emociones positivas y mantienen una conexión sincronizada, el bienestar emocional y fisiológico se potencia”, indicó Yoneda, según la APA. Hasta ahora, la mayoría de los estudios analizaron emociones individuales, por lo que este enfoque ofrece una nueva visión sobre el valor de la interacción social para la salud.
De cara al futuro, Yoneda manifestó su interés en investigar si estos beneficios pueden extenderse a otros tipos de vínculos como amistades, compañeros de trabajo o la familia. La APA resalta que, según la teoría de la resonancia positiva, esos momentos de conexión emocional pueden ocurrir entre cualquier par de personas, lo que abre posibilidades para nuevas investigaciones y la promoción del bienestar en distintos contextos sociales.