La disociación es una respuesta natural del sistema nervioso ante el estrés intenso y la sobrecarga emocional (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sentirse desconectado de uno mismo o del entorno puede resultar una experiencia desconcertante. Este fenómeno, conocido como disociación, es una respuesta natural del sistema nervioso frente a situaciones de estrés intenso o sobrecarga emocional.

La psicóloga clínica Kait Rosiere, especialista en trastornos alimentarios y traumas complejos de Bloom Psychological Services, explica que la disociación actúa como un mecanismo de protección, aunque, si se vuelve frecuente, puede interferir en la vida cotidiana. Así lo indica Hello, medio que recoge recomendaciones de expertos para comprender y abordar este proceso.

El fenómeno ocurre cuando la mente se separa del cuerpo o del momento presente, especialmente ante experiencias que resultan abrumadoras. Rosiere, citada por Hello, describe la disociación como “el sistema de frenado de emergencia incorporado a nuestro cerebro”, diseñado para ayudar a soportar circunstancias difíciles bloqueando las sensaciones.

Sentirse desconectado del entorno o de uno mismo puede indicar episodios de disociación relacionados con ansiedad o traumas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La desconexión puede variar desde leves ensoñaciones hasta formas graves, como el distanciamiento vinculado a experiencias traumáticas. Realizar actividades sin plena conciencia y percibir la realidad de modo irreal forman parte de sus manifestaciones habituales.

Síntomas y señales de alerta

Identificar los síntomas de la disociación es esencial para reconocer su impacto en la vida diaria. Según la especialista y el medio Hello, los principales signos incluyen actuar en piloto automático, realizar tareas sin conciencia plena, sentirse distraído o ausente, experimentar entumecimiento o una sensación robótica, percibir el entorno como irreal y soñar despierto. También pueden aparecer visión borrosa, zumbidos en los oídos o una impresión de estar fuera del propio cuerpo.

La doctora Violeta Retamosa, psicoterapeuta citada por la revista Psicología y Mente, sostiene que estos síntomas pueden presentarse de forma aislada o sostenida según el grado de estrés, y requieren especial atención si afectan la rutina.

Soñar despierto frecuentemente puede indicar la presencia de desconexión mental, advierten especialistas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Rosiere indica que las causas suelen estar relacionadas con la imposibilidad de reaccionar activamente ante amenazas o situaciones que abruman. Cuando la persona no puede huir, luchar u ocultarse, el sistema nervioso opta por la parálisis.

Este mecanismo responde a emociones intensas, ansiedad severa, estrés crónico, falta de sueño, recuerdos dolorosos o entornos que se perciben inseguros. Además, la disociación se asocia a trastornos de ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT).

No todas las experiencias disociativas requieren ayuda profesional. Sin embargo, Hello advierte que es conveniente buscar orientación cuando la disociación ocurre de forma recurrente o afecta la vida cotidiana.

La disociación puede estar asociada a trastornos de ansiedad, estrés postraumático y experiencias traumáticas no resueltas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estrategias para reconectar con el presente

Existen ejercicios prácticos que pueden ayudar a volver al presente cuando aparece la disociación. Una opción consiste en observar a tu alrededor e identificar cinco cosas que ves, cuatro que puedes tocar, tres que escuchas, dos que hueles y una que saboreas. Este sencillo método ayuda a centrar la atención en el aquí y ahora.

También funcionan otras alternativas fáciles, como buscar en la habitación objetos que empiecen con cada letra del alfabeto, elegir un color y encontrar cosas de ese color, o contar hacia atrás desde 100 saltando de siete en siete. Estas actividades ayudan a enfocar la mente y sentirse más presente.

Las estrategias para combatir la disociación incluyen técnicas de atención plena y actividades físicas sencillas en el entorno cotidiano (Freepik)

Otra posibilidad es recurrir a sensaciones físicas intensas: por ejemplo, sostener un cubo de hielo, lavarse la cara con agua fría, comer algo con mucho sabor, presionar las uñas contra la palma de la mano o morder suavemente el interior de la mejilla.

Realizar movimientos físicos también puede ayudar, como plantar bien los pies en el suelo, saltar suavemente o respirar profundo. Si necesitas hacerlo de manera discreta, puedes apretar y soltar los músculos de las piernas sin que nadie lo note.

Si bien es normal sentir algún grado de disociación bajo estrés, si ocurre con frecuencia o se vuelve muy intensa, es fundamental consultar a un profesional de la salud mental. Un especialista podrá descartar problemas como el TEPT y ofrecer el acompañamiento necesario para la recuperación, señala Hello.