La luz azul de los dispositivos ha estado en la mira de investigadores del sueño durante la última década (Imagen Ilustrativa Infobae)

El uso del teléfono móvil antes de dormir, una práctica durante años rechazada por especialistas en salud, podría no dañar la calidad del sueño en adultos como se pensaba.

Así lo reveló un estudio canadiense reciente de la Universidad Metropolitana de Toronto (TMU) y la Universidad Laval que aportó nuevos matices a la relación entre tecnología y descanso nocturno.

Qué dice el nuevo estudio sobre el uso de pantallas por la noche

Casi la mitad de los adultos canadienses consultados admite utilizar su teléfono móvil cada noche antes de acostarse (Freepik)

La investigación, publicada en la revista Sleep Health, analizó los autoinformes de 1.342 adultos canadienses sobre la frecuencia de uso de pantallas —incluidos teléfonos móviles— en la hora previa a dormir.

El 45,3% de los encuestados declaró usar pantallas todas las noches, mientras que más del 80% las había utilizado al menos una vez el último mes. Los resultados fueron sorprendentes: la salud general del sueño era similar entre quienes usaban pantallas todas las noches y quienes no lo hacían en absoluto. Por el contrario, el grupo con peor calidad de sueño fue el de quienes empleaban dispositivos solo algunas noches a la semana.

Usuarios ocasionales y habituales manifestaron mejor salud del sueño en general. Esta tendencia persistió tras ajustar variables como sexo biológico, edad e ingresos. Además, la frecuencia de uso de pantallas antes de dormir se relacionó de forma significativa con la regularidad del sueño únicamente en hombres, lo que sugiere que el sexo biológico influye en esta asociación.

¿Qué se sabe sobre la luz azul y el sueño?

Las adolescentes y jóvenes son especialmente sensibles a la supresión de melatonina por la luz azul (Imagen Ilustrativa Infobae)

Durante años, la recomendación fue evitar pantallas antes de dormir por su supuesta influencia negativa sobre la producción de melatonina, la hormona reguladora del sueño. Estudios previos, como uno publicado en Journal of Applied Physiology, habían establecido una asociación entre luz azul y supresión de melatonina.

Una investigación de 2023 publicada en Brain Communications advirtió que este efecto negativo podría mitigarse si el teléfono se guarda al menos una hora antes de acostarse. Sin embargo, más del 80% de los adultos analizados en el nuevo estudio canadiense usó pantallas al menos una noche al mes, sin que esto afectara de forma clara su descanso.

Limitaciones de los estudios anteriores

El contenido consumido resulta tan relevante como la cantidad de tiempo frente a la pantalla (Imagen ilustrativa Infobae)

La profesora Colleen Carney, coautora del estudio en la TMU y especialista en trastornos del sueño, advirtió que muchos trabajos previos se realizaron en condiciones de laboratorio poco representativas de la vida diaria y con adultos jóvenes cercanos a la pubertad, grupo especialmente sensible a la luz. Carney sostuvo: “La gente aplicó los hallazgos en esta área de forma demasiado generalizada, sin prestar atención a los estudios que no muestran esa relación”. Según la experta, el contexto real puede ofrecer resultados muy distintos respecto al efecto de las pantallas en el sueño.

Contenido consumido y tipo de usuario: más allá del brillo

El debate respecto a la causalidad entre pantallas y sueño continúa abierto a nuevas investigaciones (Freepik)

No solo la luz azul parece importante. El tipo de contenido consumido en el teléfono es clave. Carney explicó que si se participa en actividades que dificultan dejar el dispositivo, o se reciben alertas perturbadoras, la probabilidad de perder el sueño aumenta. El doctor Alex Dimitriu, psiquiatra especialista en sueño, calificó el estudio canadiense como “fascinante”, pues contradice investigaciones previas que sugerían un efecto perjudicial claro de las pantallas sobre el sueño. Dimitriu remarcó: “Las pantallas, además de ser brillantes, son demasiado interesantes”, lo que puede dificultar el descanso.

Diferencias según edad y sexo biológico

Los hombres presentaron mayor alteración en la regularidad del sueño por el uso nocturno de pantallas (Freepik)

La vulnerabilidad ante la luz azul y el impacto en la melatonina varía con la edad. Tanto los investigadores de TMU como otros estudios resaltan que adolescentes y jóvenes son más susceptibles a la supresión hormonal por luz azul, especialmente durante la pubertad. Carney advirtió sobre la necesidad de ser cautelosos con la exposición nocturna a la luz azul en adolescentes, mientras que en adultos mayores la sensibilidad disminuye y los efectos parecen menos pronunciados.

El sexo biológico también juega un papel. El estudio canadiense detectó que la regularidad del sueño se ve alterada por el uso de pantallas antes de dormir solo en hombres, no en mujeres.

Un vínculo complejo y necesidad de mayor investigación

Los especialistas recomiendan seguir explorando cómo variables como la edad y el tipo de contenido influyen en el descanso nocturno (Imagen Ilustrativa Infobae)

Tanto el estudio canadiense como otros análisis internacionales coinciden: la relación entre pantallas y sueño en adultos es compleja y depende de variables como frecuencia de uso, edad, sexo y tipo de contenido consumido. Los autores subrayan la necesidad de seguir investigando para evitar generalizaciones y comprender mejor la diversidad de experiencias individuales.

Actualmente, la influencia de la luz azul y el uso de teléfonos en el sueño adulto sigue siendo un terreno de incertidumbre científica, donde la investigación continua será esencial para orientar futuras recomendaciones.