
En una época en que las enfermedades del corazón figuran entre las principales causas de muerte a nivel mundial y la prevención de recaídas se ha vuelto un desafío prioritario para la medicina, un reciente estudio presentado durante las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association ha captado la atención de la comunidad médica.
Investigadores del Intermountain Medical Center de Utah, liderados por Heidi T. May, Ph.D., ofrecieron una nueva perspectiva: la suplementación personalizada con vitamina D3, calibrada para mantener niveles sanguíneos óptimos, puede reducir a la mitad el riesgo de un segundo infarto en personas con antecedentes cardíacos.
Esta aproximación individualizada, respaldada por evidencia preliminar, se perfila como una posible revolución en las estrategias de prevención de recurrencias, según la propia American Heart Association.
Resultados principales del estudio
De acuerdo con los datos expuestos por la American Heart Association, los adultos con enfermedades cardíacas que recibieron dosis personalizadas de vitamina D3 para mantener niveles en sangre de 40 a 80 ng/ml experimentaron una reducción del 52% en el riesgo de un segundo infarto, en comparación con quienes no recibieron este ajuste. El seguimiento promedio fue de 4,2 años: durante ese periodo, la tasa de segundos infartos fue del 3,8% en el grupo tratado, frente al 7,9% en el grupo de control.

El beneficio documentado se limitó a la disminución de infartos recurrentes, sin demostrarse impacto en otros eventos cardiovasculares mayores como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular o muerte, según la American Heart Association.
El ensayo clínico aleatorizado TARGET-D incluyó a 630 adultos con síndrome coronario agudo, tratados entre abril de 2017 y mayo de 2023. Al inicio, el 85% de los participantes presentaba niveles insuficientes de vitamina D (menos de 40 ng/ml). Los participantes se dividieron en dos grupos: uno recibió atención estándar sin modificaciones respecto a la vitamina D, mientras que el otro recibió suplementos personalizados, con ajustes trimestrales basados en análisis de sangre para mantener los valores entre 40 y 80 ng/ml.

Cerca del 52% de los pacientes tratados necesitaron dosis superiores a 5.000 UI diarias, cifra que excede ampliamente la recomendación estándar de la FDA (800 UI diarias). Todo el proceso incluyó un estrecho monitoreo de vitamina D y calcio, ajustando o suspendiendo la dosis cuando era necesario para prevenir toxicidades.
Recomendaciones y advertencias
Heidi T. May subrayó la importancia de adaptar la suplementación a cada paciente: “Adoptamos un enfoque diferente. Comprobamos los niveles de vitamina D de cada participante al inscribirse y a lo largo del estudio, y ajustamos la dosis según fuera necesario para situarlos y mantenerlos en un rango de 40-80 ng/ml”, explicó en declaraciones recogidas por la American Heart Association.
May instó a los pacientes con enfermedades cardíacas a consultar con su médico sobre la posibilidad de analizar sus niveles de vitamina D y recibir estrategias personalizadas. La American Heart Association aconseja que cualquier cambio en la suplementación se lleve a cabo bajo supervisión médica, especialmente en quienes tienen antecedentes cardíacos.

La American Heart Association remarcó que estos hallazgos tienen carácter preliminar. El estudio aún no ha sido revisado por pares y presenta limitaciones: la muestra solo incluyó adultos con enfermedad cardíaca, lo que restringe la generalización de los resultados a otras poblaciones.
Además, la mayoría de los participantes eran caucásicos (alrededor del 90%) y el tamaño de la muestra impidió analizar subgrupos o desenlaces secundarios en profundidad. Los autores insistieron en la necesidad de ensayos clínicos más amplios y diversos para validar la eficacia y la seguridad de la suplementación personalizada con vitamina D en prevención secundaria de infarto.
Investigaciones anteriores ya habían vinculado los bajos niveles de vitamina D con mayor riesgo de problemas cardíacos; sin embargo, la mayoría de esos ensayos utilizaban dosis estándar, sin personalizar el tratamiento. TARGET-D representa un avance relevante al adaptar la dosis según los análisis, lo que podría explicar la diferencia en los resultados obtenidos.

Aunque estos avances resultan prometedores, la American Heart Association insiste en que la suplementación debe ser individualizada y siempre controlada por un profesional, ya que el exceso de vitamina D puede causar complicaciones graves como hipercalcemia, insuficiencia renal o arritmias.