
El reconocimiento internacional a la labor de los profesionales argentinos en el ámbito de la medicina sumó un nuevo capítulo con la reciente incorporación del Dr. Ricardo Jorge Losardo como miembro honorario de la Academia Brasileña de Historia de la Medicina.
La distinción se formalizó durante una sesión celebrada en la Academia Nacional de Medicina de Río de Janeiro, presidida por la Dra. Eliete Bouskela, y encabezada por el Dr. Lybio Martire Junior, presidente de la entidad brasileña.
La trayectoria del Dr. Losardo en el campo de la historia de la medicina fue uno de los aspectos más destacados durante la ceremonia. Actualmente, el médico argentino ocupa la presidencia de la Academia Panamericana de Historia de la Medicina y la vicepresidencia de la Sociedad Internacional de Historia de la Medicina. En el mismo acto, la Academia Brasileña también designó como miembro honorario a la Dra. Dana Baran, de Rumania, quien preside la Sociedad Internacional de Historia de la Medicina.

El perfil profesional de Ricardo J. Losardo abarca una extensa labor en la medicina y la docencia. Se desempeña como jefe del Servicio de Cirugía Plástica en el Hospital Municipal de Oncología “Marie Curie” y es profesor titular de la cátedra de Cirugía Plástica Oncológica en la Universidad del Salvador (USAL). Además, ha ejercido la presidencia y ostenta la membresía honoraria en diversas sociedades científicas nacionales e internacionales, tanto en Anatomía como en Cirugía Plástica e Historia de la Medicina. Su aporte a la formación de especialistas es reconocido, así como su producción académica, que supera los cien trabajos publicados y ha sido distinguida con premios en Argentina y en el extranjero.
La Academia Panamericana de Historia de la Medicina, presidida por Losardo, es una organización pública, sin fines de lucro y de carácter científico, fundada el 24 de agosto de 2015 en la Universidad de Costa Rica, en San José. Está integrada por profesores e investigadores de las Ciencias Médicas, Biológicas y Sociales, y su misión es promover el estudio y la investigación de la historia de las Ciencias Médicas en América.
Además, busca fortalecer la identidad panamericana y resaltar la contribución de la región a la historia de la medicina mundial. La creación de la Academia respondió a una propuesta de la Academia de Historia de la Medicina de Costa Rica (AHIMED) y contó con el respaldo de la Sociedad Internacional de Historia de la Medicina (SIHM). Su objetivo es que las treinta y cuatro naciones que conforman la Organización de los Estados Americanos (OEA) estén representadas en la institución.
Otro reconocimiento reciente al doctor Ricardo J. Losardo

Cabe recordar que en octubre, el Dr. Losardo recibió el Premio Maestro de la Medicina Argentina durante una ceremonia en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El evento incluyó una apertura formal, la presentación de los galardonados, la entrega de distinciones y las palabras de los homenajeados, para finalizar con un cóctel en la sala de profesores. En esa ocasión, Losardo enfatizó la dimensión humanitaria de la profesión médica al afirmar: “El médico desarrolla tres áreas: la asistencial, la docente y la investigativa. Pero debe poseer una faceta humanitaria”.
El Premio Maestro de la Medicina Argentina fue creado en 1977 por La Prensa Médica Argentina, medio fundado en 1914, con el objetivo de difundir y reconocer la labor médica. Desde entonces, la distinción se otorga anualmente a figuras cuya trayectoria se ha destacado por sus méritos éticos y científicos a lo largo de su vida profesional. A diferencia de otros reconocimientos que valoran logros puntuales, este galardón premia la labor integral, el compromiso y el rol de los médicos como formadores y referentes. Según la organización, es la consagración de una trayectoria con su reconocimiento público, porque ser Maestro de la Medicina no es un premio que se otorga por un trabajo o un descubrimiento, sino que se obtiene por la labor meritoria de toda una vida.
En la edición más reciente, los seleccionados fueron distinguidos por su contribución no solo a la medicina clínica, sino también a la educación universitaria, la investigación y el fortalecimiento de las instituciones de salud pública.