
El último Boletín Epidemiológico Nacional alertó al sistema de salud argentino que existe un récord de casos de sífilis: se notificaron 36.917 contagios en 2024 y 36.702 en las primeras 44 semanas de 2025.
Este aumento, equivalente a un 38,5% más que en 2022, confirma una tendencia ascendente que preocupa a las autoridades sanitarias y a especialistas. En el BEN se advirtió sobre la urgencia de fortalecer las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento de esta infección de transmisión sexual.
La magnitud del crecimiento se refleja en los datos oficiales. Desde 2011, el país experimentó un incremento sostenido en las notificaciones de sífilis, con aceleración marcada desde 2015. Entre 2015 y 2019, los casos se triplicaron. La pandemia de COVID-19 redujo temporalmente los registros en 2020 y 2021, pero la tendencia al alza se reanudó a partir de 2022. En 2023, por primera vez, los casos superaron los 30.000 anuales y en 2024 se alcanzó el máximo histórico.
El informe oficial detalló que la tasa nacional de notificación pasó de 56,1 por cada 100.000 habitantes en 2019 a 93 en 2024, lo que implicó un incremento del 65,8% en ese período. Para 2025, los datos preliminares anticipan otro aumento: un 20,5% frente al mismo lapso de 2024, lo que podría establecer un nuevo récord.
Perfil epidemiológico y distribución regional

El perfil epidemiológico muestra que la mayor carga de contagios recae en personas jóvenes, especialmente entre quienes tienen de 15 a 39 años, que representaron el 76% de los casos notificados en 2025. Dentro de este espectro, el grupo de 20 a 24 años registró la tasa más alta (228,2 por cada 100.000 habitantes), seguido por el de 25 a 29 años. En estos segmentos, las mujeres presentan tasas considerablemente superiores a las de los varones. A partir de los 35 años, la incidencia disminuye, aunque entre adultos mayores la tasa en hombres supera la femenina. Esta distribución indica una exposición elevada o una mayor detección en mujeres jóvenes y un cambio de tendencia en edades avanzadas.
Respecto de la distribución geográfica, el aumento de casos afecta a todas las regiones, con diferencias notables. En 2024, la región Centro notificó 22.643 casos—el 61,3% del total nacional—con Córdoba a la cabeza y una tasa de 220,3, la más alta del país. La región Sur presentó la tasa regional más elevada, con 122,3 casos por cada 100.000 habitantes; Neuquén, Tierra del Fuego y La Pampa mostraron incrementos importantes. Cuyo, NEA y NOA también reportaron aumentos sostenidos, con San Luis, Chaco, Formosa, Jujuy y Catamarca entre las jurisdicciones más afectadas. El Boletín Epidemiológico Nacional resaltó que el patrón ascendente está presente en todo el territorio, aunque su magnitud varía según la región.
Factores de riesgo y causas del incremento

Distintos factores explican el crecimiento de la sífilis en Argentina. El Boletín Epidemiológico Nacional señaló la alta transmisibilidad en fases iniciales, la falta de prevención y el acceso desigual tanto a métodos diagnósticos como a tratamientos oportunos, como elementos que favorecen la expansión. La pandemia de COVID-19 impactó en la notificación, pero la tendencia creciente se consolidó tras 2022.
Además, la incorporación de más prestadores al sistema de vigilancia y la mejora en la detección pueden haber elevado las notificaciones. La recurrencia de reinfecciones se presenta como un desafío mayor: una encuesta de AHF Argentina en Buenos Aires y Rosario publicada por Infobae reveló que el 28% de los casos en varones correspondía a reinfecciones. El doctor Miguel Pedrola, director científico de AHF para América Latina y el Caribe, explicó: “La persona que tuvo sífilis no queda inmune y por esto puede reinfectarse”, y remarcó la importancia de facilitar el acceso al diagnóstico.
Consecuencias clínicas y riesgos de la sífilis

Las consecuencias clínicas pueden ser graves si la infección no se detecta y trata a tiempo. De acuerdo con información de Mayo Clinic, la enfermedad puede iniciar con una llaga indolora en genitales, recto o boca y avanzar a lesiones cutáneas, fiebre, dolor de cabeza e inflamación de ganglios linfáticos en la etapa secundaria. Sin tratamiento, puede afectar el sistema nervioso, corazón, huesos y otros órganos, e incluso causar la muerte.
El Boletín Epidemiológico Nacional indicó que la sífilis representa una de las principales causas prevenibles de desenlaces adversos en el embarazo, lo que refuerza su prioridad como problema de salud pública.
Respuestas y acciones del Ministerio de Salud y de organizaciones

Ante este panorama, el Ministerio de Salud de la Nación reforzó la respuesta sanitaria con una serie de acciones concretas. Según el BEN, realiza un análisis periódico de las notificaciones, elabora guías y algoritmos de diagnóstico y, en mayo de 2025, actualizó los protocolos para el control de infecciones perinatales. Además, de acuerdo con la misma información oficial, distribuye insumos para pruebas rápidas y penicilina benzatínica a las provincias, con prioridad para aquellas que presentan mayor carga de enfermedad. Capacita al personal del primer nivel de atención en la utilización de pruebas rápidas, lo que permite obtener resultados en pocos minutos y facilita la detección oportuna de casos. Por otro lado, impulsa proyectos conjuntos con municipios para mejorar la comunicación con los pacientes y favorecer la adherencia al tratamiento.
La colaboración entre organizaciones de la sociedad civil y el Estado resulta clave en la lucha contra la sífilis y otras infecciones de transmisión sexual. AHF Argentina y Fundación Huésped firmaron este mes un convenio de colaboración para fortalecer acciones en salud sexual integral, prevención y acceso al diagnóstico y tratamiento. El acuerdo prevé la creación de comisiones técnicas, el desarrollo de estudios conjuntos y campañas comunitarias, con especial foco en sectores vulnerables. Según publicó este medio, el objetivo es avanzar hacia la meta de poner fin al sida para 2030 y mejorar la atención integral de las personas.
Prevención y desafíos en diagnóstico

En prevención y diagnóstico, los especialistas insisten en la necesidad de realizar chequeos periódicos y promover conversaciones abiertas sobre salud sexual. En ese sentido, Pedrola advirtió a Infobae que “el gran problema que hay con respecto a la sífilis es que muchas veces no se ven los primeros síntomas. Si no se incorpora el hábito de realizarse testeos con frecuencia, no vamos a llegar al diagnóstico ni a frenar el avance de la infección y transmisión”.
Además, destacó la importancia de facilitar el acceso a pruebas gratuitas, promover el testeo regular, el uso del preservativo y crear espacios de salud amigables. El tratamiento de elección continúa siendo la penicilina, cuya dosis depende de la gravedad de la infección.
Frenar el avance de la sífilis en Argentina exige una respuesta integral que combine responsabilidad individual y políticas públicas activas. La experiencia reciente muestra que la prevención, el acceso a insumos, la información y la atención accesible son elementos esenciales para enfrentar la epidemia y proteger la salud de la población.