
La limerencia es un estado involuntario caracterizado por una obsesión amorosa y un apego intenso hacia otra persona, generalmente sin reciprocidad, que puede afectar la salud mental y física. Así lo describen los expertos de Cleveland Clinic.
En palabras de los especialistas, la diferencia principal entre la limerencia y el amor radica en la reciprocidad y en la naturaleza de los sentimientos que los definen.
El amor se caracteriza por una conexión mutua, equilibrio emocional y crecimiento conjunto; en cambio, la limerencia se manifiesta como una atracción unilateral, a menudo acompañada de fantasías y expectativas poco realistas sobre la otra persona.

Según la psicoterapeuta Natacha Duke, de Cleveland Clinic, es común que alguien experimente limerencia incluso por personas que no suelen ser de su interés habitual. Sin embargo, la intensidad de la emoción que genera esta condición puede arrastrar a quien la vive, llevándolo a idealizar a la otra persona y a diferenciar este estado de un enamoramiento sano, en el que existe una correspondencia y una visión más realista del vínculo.
Factores de riesgo y causas
Diversos factores pueden predisponer a desarrollar limerencia. De acuerdo con Cleveland Clinic, quienes presentan estilos de apego ansioso, baja autoestima, antecedentes de trauma o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son más susceptibles. Duke señala que el TDAH favorece la hiperconcentración en una persona específica.
Además, el uso excesivo de redes sociales y aplicaciones de citas puede acentuar este fenómeno, ya que la tecnología facilita el acceso constante a información sobre el objeto de deseo y refuerza la obsesión. Duke advierte: “Las aplicaciones de citas y los perfiles en redes sociales facilitan sentirse conectado con alguien a quien quizás ni siquiera conozcas realmente”.

La limerencia está asociada con la liberación de dopamina, que incentiva la búsqueda de sensaciones placenteras, y con la disminución de serotonina, aspecto que predispone a pensamientos obsesivos. Estos factores, según Cleveland Clinic, explican la similitud entre la limerencia, las adicciones y las conductas compulsivas.
Síntomas y etapas
Los síntomas abarcan tanto el plano emocional como el físico. Quienes los experimentan suelen dejar de lado sus propias necesidades para satisfacer las del objeto limerente, idealizar a esa persona y experimentar ansiedad tanto en su presencia como en su ausencia.
El temor al rechazo, la soledad ante la indisponibilidad del otro y los cambios bruscos de humor, desde la euforia hasta la desesperación, son señales frecuentes. También pueden presentarse pensamientos intrusivos, fantasías diurnas y comportamientos obsesivos, como revisar compulsivamente los mensajes o perfiles en redes sociales.
A nivel físico, la limerencia puede causar náuseas, palpitaciones, sudoración excesiva, pérdida de apetito y dificultad para dormir. Cleveland Clinic destaca que la intensidad y duración de estos síntomas varía ampliamente: para algunas personas, la limerencia dura seis meses y es moderada; para otras, se prolonga por años y puede ser sumamente intensa.

El ciclo de la limerencia suele dividirse en tres etapas. La primera es el enamoramiento, marcada por el surgimiento de una conexión real o imaginaria con otra persona, acompañada de fantasías y una respuesta emocional intensa ante cada interacción.
En la segunda, llamada cristalización, la obsesión llega a su punto máximo: la persona modifica sus rutinas y centra sus acciones en torno al objeto de deseo, desatendiendo sus propias necesidades. Finalmente, en la etapa de deterioro, la falta de reciprocidad o la imposibilidad de concretar una relación conlleva una disminución del apego, acompañada de sentimientos de ira, resentimiento o profunda tristeza.
En algunos casos, la limerencia se resuelve favorablemente si los sentimientos son correspondidos o si la persona inicia una nueva relación. Duke afirma: “El esfuerzo que supone mantener una relación sana puede interrumpir la fantasía”, lo que permite que la relación evolucione a una etapa más honesta y estable.
¿Cómo superar la limerencia?

Superar la limerencia requiere un proceso consciente y, en ciertos casos, apoyos profesionales. Cleveland Clinic recomienda aceptar los propios sentimientos sin autojuicio, ya que el deseo de ser amado es humano.
Reflexionar acerca de lo que se busca en una relación saludable y reconocer cuándo una relación resulta perjudicial ayuda a tomar decisiones mejores. Practicar el amor propio y establecer límites claros con personas que no corresponden a las expectativas emocionales son pasos esenciales.
Disminuir el uso de redes sociales, fortalecer otros vínculos afectivos y ampliar el círculo social contribuyen a reducir la dependencia emocional. Para situaciones más severas, la terapia cognitivo-conductual puede resultar útil para identificar causas subyacentes y modificar los patrones involucrados.
Reconocer la diferencia entre una ilusión y una relación genuina puede ser doloroso, pero dejar atrás la limerencia permite abrirse a nuevas oportunidades de conexión y bienestar. Como destaca Cleveland Clinic, fortalecer el vínculo con uno mismo es el primer paso para construir relaciones auténticas y satisfactorias.