
Cada 9 de noviembre, Argentina conmemora el Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre, una fecha que reconoce la entrega de quienes, de manera desinteresada, ayudan a salvar vidas a través de la donación. Este año, la Asociación Argentina de Hemoterapia, Inmunohematología y Terapia Celular (AAHITC) impulsa la campaña “De corazón a corazón y de generación en generación”, con el objetivo de fortalecer una cultura solidaria intergeneracional y visibilizar el impacto de este acto en la salud de miles de personas.
Más de 45% de las transfusiones, destinadas a mayores de 60 años
El compromiso de donar sangre adquiere una nueva dimensión cuando se analizan los datos: más del 45% de las transfusiones se destinan a personas mayores de 60 años. Esto convierte a la donación voluntaria en un verdadero gesto de cuidado hacia abuelos, madres, padres y vecinos que forman parte del cotidiano de millones de argentinos. La campaña de la AAHITC propone sembrar valores de empatía y compromiso en la juventud, alentando a dar continuidad al legado de las generaciones precedentes y consolidar una conciencia social arraigada en la generosidad.
“El mensaje es simple: donar sangre es una forma de construir memoria colectiva y rendir homenaje a quienes durante años ofrecieron su sangre para salvar vidas y que hoy, en muchos casos, necesitan una transfusión para recuperar su bienestar”, explicó el doctor Fernando Alvez, coordinador del Comité de Promoción de la Donación Voluntaria de Sangre.

La necesidad de donación permanente
En Argentina, la demanda de sangre es constante. Pacientes oncológicos, personas sometidas a cirugías, partos complejos, víctimas de accidentes y quienes afrontan enfermedades crónicas dependen de una red activa y comprometida de donantes. Las cifras ilustran la magnitud de este fenómeno: nueve de cada diez personas necesitarán sangre para ellas mismas o para alguien cercano en algún momento de su vida.
“La sangre no se compra ni se fabrica: solo puede obtenerse gracias a la generosidad de quienes deciden compartir lo que llevan dentro”, remarcó el doctor Alvez. Convertir la donación en un hábito habitual resulta fundamental para que los bancos de sangre mantengan reservas y puedan responder con rapidez ante imprevistos o ante tratamientos programados.
La jornada que cada año recuerda la histórica primera transfusión segura en el país, realizada el 9 de noviembre de 1914 por el doctor Luis Agote, resalta un hito de la medicina nacional: el uso de citrato de sodio como anticoagulante permitió practicar transfusiones eficaces y saludables, y posicionó a la Argentina como pionera en esta materia a nivel global.

Quiénes pueden donar y cómo se desarrolla el procedimiento
La donación está abierta a personas de entre 16 y 65 años que reúnan condiciones de buen estado de salud y peso superior a 50 kilos. No se requiere estar en ayunas y el proceso se realiza bajo estricta supervisión profesional. La extracción dura entre 7 y 10 minutos y se utiliza material descartable en un entorno seguro.
“Donar sangre es un acto de amor que no cuesta nada y significa todo. Cuando donás, no solo das sangre: das esperanza de vida”, expresó el doctor Alvez. Un solo donante puede salvar hasta cuatro vidas con su aporte.
La doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de OSPEDYC, agregó: “Cada día, miles de personas en nuestro país necesitan una transfusión para poder seguir viviendo. Accidentes, cirugías, tratamientos oncológicos, partos complicados o enfermedades crónicas son solo algunas de las situaciones en las que la sangre puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”.
Y enfatizó: “A pesar de los avances médicos, no existe aún un sustituto artificial de la sangre humana. Por eso, la solidaridad de quienes donan es el pilar que sostiene nuestro sistema de salud. Donar sangre es un gesto sencillo, seguro y rápido, pero su impacto es inmenso”.

Dónde y cómo donar sangre
Las personas interesadas pueden consultar los puntos de donación a nivel nacional a través del Ministerio de Salud y un listado de 414 centros de recepción en todo el país.
La donación voluntaria y periódica es vital para garantizar que cada paciente que lo requiera reciba sangre y derivados a tiempo. “Donar no duele, lo que duele es que falte, y lo mejor que podemos hacer en este sentido es ir al centro de salud más cercano, informarnos sobre los requisitos y sumarnos a esta red silenciosa de personas que eligen dar vida. Porque cada gota de sangre cuenta y hoy puede necesitarlo alguien más, y mañana, cualquiera de nosotros”, afirmó la doctora El Haj.
La solidaridad y el compromiso en la donación de sangre atraviesan generaciones y se convierten en motor de una red silenciosa que sostiene la vida de miles de pacientes en todo el territorio argentino. Ante cada jornada y campaña, instituciones y profesionales insisten en un mensaje claro: donar es un gesto sencillo y seguro, de impacto incalculable y sin sustituto posible.