Los microdescansos en el trabajo mejoran la productividad y reducen el estrés, según estudios científicos recientes (Freepik)

Una breve pausa puede marcar la diferencia entre una jornada laboral agotadora y una experiencia más productiva y saludable. Esta idea es respaldada por la tendencia de los microdescansos, pequeñas interrupciones en la rutina de trabajo cuya eficacia ha sido comprobada en diversas investigaciones científicas.

Según los estudios más recientes, introducir pausas breves a lo largo del día laboral favorece el bienestar psicológico, ayuda a mejorar el rendimiento y contribuye a una experiencia laboral más sostenible.

¿Qué es un microdescanso y en qué situaciones es más efectivo?

El microdescanso se define como una pausa corta en la que la persona realiza una actividad diferente a la tarea principal. Según William “Deak” Helton, profesor de factores humanos y cognición aplicada en la Universidad George Mason, estos descansos resultan especialmente útiles cuando el trabajador experimenta fatiga, aburrimiento o dispersión mental. “Un microdescanso autoimpuesto cuando te sientes fatigado, cansado o aburrido probablemente sea más beneficioso que continuar con la tarea”, afirmó Helton en declaraciones recogidas por Good Housekeeping.

Expertos recomiendan microdescansos de hasta 10 minutos para renovar la concentración y el rendimiento en el trabajo (Freepik)

No obstante, el experto resalta una distinción importante: para que la pausa sea realmente reparadora no debe provocar la desconexión total ni el olvido de la tarea principal. En tareas que requieren memoria de trabajo, perder el hilo puede ser contraproducente.

Evidencia científica sobre los beneficios de las pausas breves

Los microdescansos cuentan con un sólido apoyo de la investigación científica. Diversos estudios han demostrado que interrumpir brevemente una tarea exigente conduce a mejoras tanto en el rendimiento como en el estado de ánimo. Una revisión reciente citada por Good Housekeeping concluye que estas pausas cortas favorecen el bienestar general de los trabajadores. Aunque no existe acuerdo sobre la duración óptima, algunos expertos limitan el concepto a descansos de hasta 10 minutos.

Helton explicó que la literatura científica no fija una duración precisa, pero muchos investigadores coinciden en que pausas breves, repetidas a lo largo de la jornada, proporcionan beneficios mensurables.

Actividades como caminar, escuchar música o interactuar con mascotas optimizan los beneficios de los microdescansos laborales (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, la investigación sugiere que la efectividad del microdescanso depende del tipo de tarea que se realiza y del nivel de desgaste acumulado. Para ciertas funciones, un receso de pocos minutos basta para renovar la concentración; en otros contextos, puede requerirse una actividad más prolongada o diferente.

Actividades recomendadas y el papel de la naturaleza

Para aprovechar los efectos positivos de un microdescanso, escoger la actividad adecuada es clave. Helton recomienda acciones que promuevan el movimiento corporal, estimulen los sentidos o generen cambios en el entorno inmediato, por ejemplo: caminar, beber una infusión, escuchar música, comer un refrigerio ligero o ver un breve video.

El contacto con la naturaleza aparece como una de las alternativas más beneficiosas, ya que observar animales, interactuar con mascotas, contemplar paisajes o escuchar sonidos naturales se asocian con una recuperación más eficaz del cansancio mental. Además, tras un esfuerzo cognitivo intenso, actividades físicas como estiramientos o tareas manuales pueden ayudar a restablecer el equilibrio y la energía.

Planificar pausas breves e intencionadas ayuda a mantener la energía y la concentración a lo largo del día laboral (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los expertos coinciden en que la clave para obtener el máximo beneficio de los microdescansos es tomarlos de forma intencionada y en los momentos de mayor tensión, cansancio o dispersión. Se recomienda prestar atención a las señales corporales de fatiga y adoptar pequeñas pausas antes de que la pérdida de concentración sea significativa. En entornos laborales flexibles, como el teletrabajo, compartir estos breves respiros con una mascota puede potenciar tanto el bienestar personal como el vínculo con los animales del hogar.

Para instaurar este hábito, los especialistas sugieren planificar las pausas dentro de la rutina diaria, ajustar su frecuencia y duración según las necesidades individuales y elegir actividades realmente reparadoras para cada caso. Más allá de mejorar el desempeño inmediato, la práctica sistemática de microdescansos puede reducir el estrés y prevenir síntomas asociados al agotamiento laboral.

Recuperar energía y concentración: una pausa con respaldo científico

La investigación respalda que dedicar solo unos minutos a desconectar voluntariamente durante la jornada ayuda a recuperar la energía, restablecer la concentración y mantener el bienestar a largo plazo. Estas breves interrupciones no solo benefician la salud mental y emocional, sino que también refuerzan la productividad y la satisfacción general en el entorno de trabajo.