En un tiempo donde comer parece un desafío lleno de reglas, horarios y prohibiciones, Lorena Farías, en una conversación con Planes Podcast, propone algo distinto: calma. Con un enfoque práctico y compasivo, la nutricionista venezolana —fundadora del método No es dieta— invita a recuperar el equilibrio entre la comida, el cuerpo y la mente. “La mayoría de las personas vive inflamada sin saberlo”, asegura, y advierte que el bienestar no depende de un producto o de una moda, sino de cómo nos relacionamos con lo que comemos.

Farías sostiene que el bienestar auténtico no se encuentra en la restricción, sino en el sentido común y la constancia, invitando a dejar atrás la ansiedad que generan las fórmulas rápidas y a reconectar con una relación más amable con la comida.

El equilibrio entre cuerpo y mente define el enfoque que propone la creadora de No es dieta (Instagram)

La filosofía de No es dieta se basa en rechazar la obsesión alimentaria y buscar un equilibrio sostenible. Farías, con más de quince años de experiencia en nutrición, enfatiza que la salud no depende de un producto milagroso ni de una dieta perfecta, sino de un conjunto de hábitos cotidianos. “Nos enseñaron a comer con culpa, a dividir los alimentos entre buenos y malos, pero la verdadera salud no está en el extremo. Está en el equilibrio”, afirma.

Para ella, el primer paso es recuperar la confianza en el propio cuerpo, aprendiendo a identificar el hambre real y la saciedad, sin dejarse llevar por horarios rígidos o la presión de las calorías.

Desmontando mitos sobre la alimentación

En su labor de desmitificación, Farías desmonta varias creencias populares que circulan en redes sociales y conversaciones cotidianas. Uno de los mitos más extendidos es el del café en ayunas, que, según la nutricionista, eleva el cortisol y genera estrés en el organismo antes de recibir energía. Su recomendación es retrasar el primer café del día y comenzar con agua o bebidas alcalinas como agua tibia con limón. También cuestiona la idea de que existen alimentos “quema grasa” o “desintoxicantes”, recordando que el bienestar depende de un conjunto de factores, entre ellos el descanso y la gestión del estrés.

Desmontar mitos alimentarios y priorizar los alimentos reales centra la recomendación de especialistas (Instagram)

Respecto a los horarios de las comidas, aclara que no existe una regla universal: “Comer después de las siete no engorda. Depende de lo que comas antes. Lo ideal es seguir el ritmo del cuerpo: comer cuando hay sol y cenar más liviano”. Además, advierte sobre la obsesión con la proteína, especialmente en contextos como Estados Unidos, donde se tiende a consumirla en exceso, tanto de origen animal como vegetal, a menudo en forma de polvos y suplementos.

Para la especialista, la clave está en cubrir los requerimientos diarios —aproximadamente un gramo de proteína por kilogramo de peso— a través de alimentos reales, sin recurrir sistemáticamente a productos procesados.

Claves prácticas para una alimentación equilibrada

Las recomendaciones de Farías para una alimentación equilibrada giran en torno a la simplicidad y la conexión con la naturaleza. Sugiere incluir vegetales en todas las comidas, preferir los alimentos de temporada y de la tierra, y reducir al máximo los productos procesados. “No es dejar de comer, es aprender a comer mejor”, resume.

En su visión, la mitad del plato debería estar compuesta por vegetales variados —más allá de la lechuga y el tomate— como arúgula, pimentón, brócoli, espárragos o berenjena. El resto se completa con una porción de proteína y una pequeña cantidad de carbohidratos integrales.

En situaciones cotidianas como las compras en el supermercado o las comidas fuera de casa, Farías sugiere estrategias sencillas para evitar caer en la trampa del marketing y las tentaciones poco saludables. Recomienda no ir al supermercado con hambre, llevar una lista y recorrer primero las secciones de frutas, vegetales y proteínas, dejando los pasillos centrales —donde se concentran los ultraprocesados— para el final.

Al comer fuera, aconseja empezar con opciones ricas en proteína vegetal, como edamames, y elegir platos que incluyan vegetales y eviten frituras y salsas pesadas. Ante un “gusto” ocasional o una comida copiosa, sugiere no castigarse, sino retomar los hábitos saludables en la siguiente comida, priorizando la hidratación y los alimentos antiinflamatorios.

Suplementos, snacks y la importancia de la constancia

Sobre el uso de suplementos y snacks, la nutricionista insiste en que la base debe ser siempre la alimentación real. Aunque reconoce que existen complementos útiles en casos específicos, advierte que el abuso de suplementos puede desplazar la atención de lo esencial. En cuanto a los snacks, recomienda frutos secos, semillas, yogur y frutas, desmintiendo la creencia de que los frutos secos “engordan” y recordando que todas las calorías son energía; lo importante es su calidad y el contexto en que se consumen.

Reducir la presión por resultados inmediatos favorece una relación sana y duradera con la alimentación (Instagram)

Para Farías, la constancia supera a la perfección. Más que buscar resultados inmediatos o someterse a dietas restrictivas, invita a construir una relación duradera con la comida, basada en la observación de cómo cada alimento impacta en el bienestar diario. “El problema no es comer mucho o poco, es comer sin escuchar al cuerpo”, sostiene, y anima a quienes desean cambiar sus hábitos a encontrar una motivación personal y realista, ya sea la salud, el bienestar emocional o el ejemplo para los hijos.

Como punto de partida, la especialista sugiere tres hábitos fundamentales: incorporar vegetales reales en cada comida, reducir al mínimo los alimentos procesados y prestar atención a las porciones. Estos pasos, sencillos pero efectivos, pueden marcar la diferencia en la energía, la salud y la relación con la comida, y abren el camino hacia una vida más equilibrada y libre de obsesiones.