El envejecimiento poblacional y la vida activa aumentan la importancia de cuidar la salud articular (Imagen Ilustrativa Infobae)

El envejecimiento de la población y la búsqueda de una vida activa pusieron en primer plano la importancia de preservar la salud articular. Las enfermedades degenerativas de las articulaciones, como la osteoartritis, afectan a millones de personas y pueden condicionar la calidad de vida.

Un artículo de The Washington Post difundió que la ciencia identificó tres estrategias claves que ayudan a reducir de modo significativo el riesgo de llegar a una cirugía de rodilla: mantener un peso saludable, realizar actividad física regular y fortalecer la musculatura que rodea la articulación.

El apoyo de fisioterapeutas es fundamental para adaptar rutinas y distinguir molestias normales de señales de alerta (Freepik)

Por qué es necesario prevenir la artroplastia de rodilla

La artroplastia de rodilla suele indicarse cuando el dolor y la disminución de la movilidad limitan de forma severa la vida cotidiana. La causa más habitual es la osteoartritis, que deteriora el cartílago y afecta la función articular de manera progresiva.

Aunque la genética, la lesión y la forma de las articulaciones no pueden modificarse, los expertos entrevistados por The Washington Post subrayaron que adoptar ciertas medidas puede retrasar o incluso evitar la indicación quirúrgica.

Además de la prevención, existen opciones como medicamentos o el uso de ortesis para aliviar síntomas y redistribuir la carga sobre la rodilla, pero mantener hábitos saludables sigue siendo el camino más eficaz.

Control del peso: una protección fundamental

El peso corporal tiene un impacto directo sobre la carga que reciben las rodillas. Andrew Pearle, cirujano de medicina deportiva en el Hospital for Special Surgery de Nueva York, afirmó: “El peso tiene un efecto enorme”.

Según el especialista, reducir 4,5 kg (10 libras) puede disminuir la presión sobre la rodilla, al correr, en el equivalente a entre 45 y 68 kg (100 a 150 libras) de carga. Esta disminución ayuda a reducir el riesgo de desarrollar osteoartritis o agravar una condición existente. El control del peso, señalaron los especialistas que, constituye una de las maneras más efectivas de proteger la articulación a largo plazo.

Mantener un peso saludable reduce significativamente la presión sobre las rodillas y el riesgo de osteoartritis (Freepik)

Beneficios del movimiento y la actividad física

El movimiento es esencial para la salud articular. Pearle lo sintetizó con una frase: “El movimiento es lubricante”, ya que flexionar la rodilla estimula la circulación del líquido sinovial y favorece su funcionamiento.

Daniel White, profesor asociado de fisioterapia en la Universidad de Delaware, explicó que caminar es un ejercicio accesible que mejora la fuerza y reduce el dolor. Un estudio liderado por White en 2015 concluyó que caminar al menos 3.000 pasos diarios debería ser el mínimo, aunque lo ideal es llegar a 6.000 pasos al día para preservar la función física. Cada aumento de 1.000 pasos diarios añade beneficios.

En esta sintonía, el experto destacó que la combinación entre ejercicio y pérdida de peso amplifica los resultados, describiéndolo como “el golpe doble” que ayuda a reducir el dolor y las limitaciones para caminar.

La forma de caminar y la orientación de los pies también influyen sobre la carga que recibe la rodilla, razón por la que los expertos recomiendan la consulta con un fisioterapeuta para analizar y corregir posibles factores de riesgo.

Caminar al menos 3.000 pasos diarios ayuda a preservar la función física y reducir el dolor articular (Freepik)

Ejercicios de fortalecimiento muscular

Con la edad, el riesgo de dolor y osteoartritis de rodilla aumenta. No obstante, fortalecer los músculos de la cadera y la pierna mejora el soporte articular. Leena Sharma, profesora de reumatología preventiva en la Universidad Northwestern, señaló que realizar ejercicios de fortalecimiento constituye un pilar de la prevención.

Por su parte, Ewa Maria Roos, profesora de fisioterapia y función musculoesquelética en la Universidad del Sur de Dinamarca, argumentó que este trabajo muscular ayuda a sostener y estabilizar la rodilla. Sentadillas y zancadas son ejercicios sencillos que mantienen o amplían la masa muscular.

Todos los expertos consultados aseguraron incorporar entrenamiento de fuerza cada semana para preservar la musculatura. Roos recomendó planificar estos ejercicios entre semana para contar con mayor soporte muscular durante las actividades recreativas del fin de semana.

Deportes de bajo impacto y adaptación de rutinas

Muchas personas creen que la actividad física puede agravar el dolor de rodilla, aunque Sharma aclaró que el movimiento, por lo general, resulta más provechoso que perjudicial. Mientras que Steve Messier, profesor de biomecánica en la Universidad Wake Forest, desmontó la idea de que la osteoartritis sea solo consecuencia del “desgaste”.

Para quienes practican deportes de alto impacto, Andrew Pearle recomendó ejercicios orientados a mejorar agilidad y técnica, como sentadillas con salto o desplazamientos laterales.

En casos de artritis incipiente, el cirujano aconsejó priorizar deportes de bajo impacto, como ciclismo o natación, que permiten continuar con la actividad física a la vez que protegen las articulaciones. Pearle definió el alto impacto como aquellos deportes en los que ambas piernas se separan del suelo al mismo tiempo, como saltar o correr.

El fortalecimiento muscular de cadera y pierna es clave para prevenir el dolor y la artroplastia de rodilla (Imagen Ilustrativa Infobae)

Apoyo profesional y alternativas complementarias

Al comenzar una rutina de ejercicio, es común experimentar molestias o dolor articular. La reumatóloga Sharma relató que, incluso si aparecen dudas sobre si el movimiento podría perjudicar la rodilla, un fisioterapeuta resulta clave para distinguir molestias normales de señales de advertencia que requieren atención.

En cambio, Roos agregó que el dolor y la inflamación pueden aparecer de manera intermitente, pero recomendó no temer a estas sensaciones. La experiencia muestra que fortalecer la musculatura en días de dolor leve suele resultar beneficioso.

La combinación de ejercicio, control de peso y apoyo profesional puede retrasar o evitar la cirugía de rodilla (Freepik)

Además del ejercicio y el control del peso, se pueden utilizar ortesis para redistribuir la carga sobre la rodilla y medicamentos para controlar el dolor. Consultar con un fisioterapeuta facilita adaptar la rutina y obtener recomendaciones personalizadas.

Los expertos entrevistados por The Washington Post coincidieron en que la combinación de estas estrategias puede retrasar o evitar la necesidad de una artroplastia de rodilla y mantener la movilidad durante más años.