El avance científico podría beneficiar a mujeres posmenopáusicas, hombres ancianos y personas vulnerables a la pérdida ósea

La osteoporosis representa un desafío médico de primer orden en el contexto de una población envejecida. La demanda de medicamentos seguros, eficaces y de larga duración es creciente, ya que millones de personas sufren pérdida ósea con el consiguiente riesgo de fracturas y reducción de la calidad de vida.

Este contexto ha llevado a la necesidad urgente de identificar nuevas dianas terapéuticas capaces de mejorar o revertir la degeneración ósea. El reciente descubrimiento realizado por científicos de la Universidad de Leipzig en Alemania pone en el centro de atención al receptor de proteína G llamado GPR133, abriendo un campo de posibilidades para tratamientos personalizados y duraderos contra la osteoporosis.

El abordaje farmacológico actual de la osteoporosis se enfrenta a limitaciones. Según los investigadores alemanes, “existe una gran demanda de medicamentos seguros y de larga duración para tratar la pérdida ósea de millones de personas con osteoporosis”.

El desarrollo de terapias con mejor perfil de seguridad y eficacia es especialmente relevante en una enfermedad caracterizada por su evolución crónica y la afectación prolongada de la salud ósea. Además, la creciente esperanza de vida incrementa el grupo de población expuesto a fracturas relacionadas con una baja densidad ósea, subrayando la importancia de avanzar en la investigación.

El receptor GPR133: un pilar inesperado en la salud de los huesos

Científicos identifican el receptor GPR133 como clave para detener la osteoporosis y fortalecer los huesos en la vejez

El trabajo del equipo dirigido por la profesora Ines Liebscher identificó un elemento determinante en la fisiología del hueso: el receptor GPR133. Este receptor de proteína acoplada a G ha demostrado desempeñar “un papel central en la construcción y el mantenimiento de huesos sanos”.

Estudios genéticos en modelos animales, encabezados por Liebscher, revelaron que cambios en este receptor generaban en los ratones signos tempranos de pérdida de densidad ósea, replicando el patrón de osteoporosis observado en humanos.

“Si este receptor se ve afectado por cambios genéticos, los ratones muestran signos de pérdida de densidad ósea a una edad temprana, similar a la osteoporosis en humanos”, explicó Liebscher, investigadora principal del estudio publicado en la revista Nature.

AP503, una sustancia prometedora para la resistencia ósea

El avance científico de mayor relevancia reside en la utilización de AP503, una molécula recientemente caracterizada como activadora de GPR133. Los experimentos en modelos animales evidenciaron que el uso de AP503 incrementó la fuerza y la densidad ósea tanto en animales sanos como en aquellos con osteoporosis experimental.

El desarrollo de terapias con mejor perfil de seguridad y eficacia es especialmente relevante en una enfermedad con afectación prolongada. — (Imagen Ilustrativa Infobae)

Como destaca el equipo, “lograron aumentar significativamente la resistencia ósea tanto en ratones sanos como en osteoporóticos utilizando la sustancia AP503, que recientemente fue identificada como un estimulador de GPR133”. Estos resultados suponen una prueba de concepto alentadora, pues sugieren que el fortalecimiento del hueso puede no solo detener, sino incluso revertir el deterioro óseo asociado al envejecimiento.

Asimismo, el descubrimiento sobre el modo de funcionamiento de GPR133 añade otra capa vital al desarrollo de nuevas terapias. Este receptor participa en un proceso de comunicación entre células óseas y se activa no solo por señales químicas, sino también por estímulos físicos, como la tensión mecánica derivada del movimiento.

La activación de GPR133 en el tejido óseo desencadena una secuencia de señales que “estimula las células formadoras de hueso (osteoblastos) e inhibe las células reabsortivas óseas (osteoclastos)”, resultando en mayor fortaleza y masa ósea. Esta interacción ilustra la complejidad biológica del mantenimiento óseo y señala un objetivo ajustable farmacológicamente.

Aplicaciones médicas: fortalecer y reconstruir huesos

El horizonte clínico del hallazgo es amplio. De acuerdo con los autores, la activación del receptor podría aprovecharse para “fortalecer aún más los huesos sanos como para reconstruir los debilitados, por ejemplo, en casos de osteoporosis en mujeres que pasan por la menopausia”.

El descubrimiento de la molécula AP503 abre nuevas posibilidades para tratamientos personalizados y duraderos contra la osteoporosis

El impacto potencial es importante también para hombres ancianos y cualquier población vulnerable al desgaste óseo. El nuevo enfoque podría sumarse a la prevención primaria y secundaria de fracturas asociadas a la osteoporosis, tanto en personas en riesgo como en pacientes que ya sufren sus consecuencias.

Las aplicaciones del modulador AP503 pueden ir más allá del hueso. Un estudio previo desde la misma universidad reveló que la sustancia era capaz de “fortalecer el músculo esquelético”, un resultado que subraya su posible utilidad para mejorar la movilidad y reducir el riesgo de caídas en personas mayores. En palabras de la Dra. Juliane Lehmann, autora principal del estudio e investigadora del Instituto de Bioquímica Rudolf Schönheimer, “el fortalecimiento paralelo del hueso recientemente demostrado resalta una vez más el gran potencial que tiene este receptor para aplicaciones médicas en una población que envejece”.

Perspectivas futuras y nuevas líneas de investigación

El grupo de la Universidad de Leipzig continúa trabajando para clarificar el papel de GPR133 en el organismo y buscar nuevas aplicaciones médicas. Según los informes, “el equipo de investigación de Leipzig ya está trabajando en varios proyectos de seguimiento para investigar más a fondo el papel del GPR133”. Las siguientes etapas de investigación se orientan a la validación clínica y a entender la seguridad de la activación a largo plazo de este receptor.

Los resultados abren la puerta a nuevas estrategias terapéuticas que podrían modificar radicalmente el abordaje médico de la osteoporosis y otras enfermedades relacionadas con la pérdida de tejido óseo y muscular, abriendo una vía prometedora en el tratamiento de una de las enfermedades más prevalentes y discapacitantes en la vejez.