Dos científicos galardonados por la Fundación Bunge y Born explicaron cómo sus investigaciones en biología molecular abren posibilidades desde tratamientos para enfermedades hasta la creación de nuevos materiales, y por qué sostener la ciencia nacional es clave para el futuro productivo y sanitario del país.

La transformación profunda que la ciencia argentina genera tanto en la salud pública como en nuevas áreas industriales fue el eje central de la conversación con los científicos Alberto Kornblihtt y María Laura Mascotti, dos referentes internacionales distinguidos por la Fundación Bunge y Born, como informó Infobae.

Durante el programa de la mañana de Infobae en Vivo, con la conducción de Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Ramón Indart y Cecilia Boufflet, los científicos compartieron sus recorridos y discutieron sobre cómo el avance del conocimiento biomédico, motorizado por años de investigación básica, derivó en desarrollos que hoy impactan a millones de personas.

La distinción de la Fundación Bunge y Born

Las investigaciones de Kornblihtt y Mascotti abren nuevas posibilidades en tratamientos médicos y desarrollo de materiales innovadores

Kornblihtt fue galardonado con el Premio Fundación Bunge y Born 2025 por su extensa labor científica en el estudio de los mecanismos que regulan el splicing alternativo del ARN mensajero. Este mecanismo celular permite a cada gen dar la orden para fabricar más de un tipo de proteína.

La doctora Mascotti, distinguida con el Premio Estímulo, lidera un grupo de investigación en bioquímica evolutiva en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM). Su investigación busca entender cómo surgieron y evolucionaron las enzimas redox.

El 28 de julio se conoció la distinción y hoy será la ceremonia de entrega en el Palacio Libertad de la Ciudad de Buenos Aires.

Las complejidades de la investigación científica

Kornblihtt y Mascotti subrayaron que la inversión pública en ciencia es esencial para el desarrollo, la soberanía y la economía nacional

Aunque ambos describieron el difícil contexto de financiamiento y mencionaron los desafíos actuales del sistema científico nacional, subrayaron que el país cuenta con una “larga tradición de excelencia” y que los resultados de la ciencia argentina trascienden fronteras.

Al inicio de la charla, Kornblihtt sintetizó el camino recorrido en la ciencia local: “En las últimas décadas, hubo avances en medicina, en cáncer, enfermedades hereditarias y metabólicas gracias a entender cómo funcionan los genes. Muchas enfermedades que antes no tenían cura, hoy sí la tienen, como consecuencia de la investigación básica y el desarrollo de herramientas como los anticuerpos monoclonales —descubiertos por César Milstein— y los fármacos de precisión”.

Mascotti, a su vez, apuntó sobre las aplicaciones en biotecnología y en nuevos materiales: “En Argentina tenemos una tradición muy sólida en bioquímica. De esa base surge que hoy existan vacunas producidas y diseñadas localmente y aplicaciones en química verde y salud humana”.

Para Kornblihtt, uno de los puntos centrales es la continuidad del eslabón entre la investigación de base, el desarrollo de conocimiento y la transferencia a la clínica y la tecnología: “No existen los avances a la producción o a la sociedad sin una gran base de ciencia básica. Hay ejemplos como la variedad de trigo resistente a la sequía desarrollada por Raquel Chan o los avances en inmunoterapia del doctor Gabriel Rabinovich en cáncer. Se fabrican reactores atómicos nucleares, satélites y reactores argentinos que se exportan. Detrás de cada caso virtuoso hay décadas de trabajo y formación que, si se pierden, no se recuperan de un día para el otro: hacen falta años, incluso generaciones”.

Mascotti lidera investigaciones en bioquímica evolutiva en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza

Mascotti, que regresó recientemente al país para formar su propio equipo en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza, describió cómo es emprender ciencia en un entorno desafiante: “Cuando uno se inserta en un instituto, empieza el camino de armar redes de investigación y reclutar recursos humanos, pero los jóvenes saben que va a ser complejo acceder a un puesto en CONICET. Depender de financiamiento internacional y ‘estar en modo supervivencia’ es la norma para los grupos nuevos. Aun así, las universidades argentinas brindan una formación que permite competir en cualquier parte del mundo”.

El recorrido personal de ambos deja ver la pasión con la que encaran el desafío de superar barreras institucionales y tecnológicas. Kornblihtt compartió que, tras años centrado en el mecanismo celular de generación de proteínas —el llamado splicing alternativo—, decidió encarar nuevas líneas de investigación frente al pedido de familiares de niños afectados por atrofia muscular espinal.

“Empezamos a trabajar en la enfermedad y logramos, estos últimos años, una terapia combinada con un fármaco ya producido y otros reactivos desarrollados localmente, que mejoran su potencia. Por ahora, funcionó en ratones y el desafío es avanzar a la clínica. Lo más importante fue descubrir el vínculo directo entre la investigación básica y el problema real de los pacientes. Eso me cambió la vida profesional y personal”, confesó.

En varios tramos, ambos enfatizaron el valor de los lazos globales y la tradición argentina en ciencias biomédicas y biología molecular. Recibir el Premio Bunge y Born —cuya terna y disciplina elegida se mantienen en secreto hasta el anuncio— resultó para ambos una “inmensa sorpresa y un honor”.

Mascotti resumió el sentimiento: “Ser reconocida por referentes a quienes uno leía durante la etapa de formación es emocionante y un estímulo fundamental para seguir”.

La Fundación Bunge y Born premió a Alberto Kornblihtt y María Laura Mascotti por sus aportes a la ciencia argentina

El impacto de sus investigaciones va mucho más allá del laboratorio. Tanto Kornblihtt como Mascotti detallaron cómo la comprensión y manipulación de proteínas, la reconstitución evolutiva de enzimas y la transferencia de conocimiento posibilitan desde tratamientos personalizados hasta la ingeniería de organismos para industrias más limpias.

La discusión abordó también principios éticos actuales de la genética: “Se pueden modificar genes para tratar enfermedades en adultos, pero hay acuerdos globales para no intervenir la línea germinal y evitar crear diferencias heredables entre quienes puedan pagarlas y quienes no”. Ya hubo sanciones internacionales cuando esto se transgredió, explicó Kornblihtt.

El cierre de la entrevista giró hacia el futuro del sistema científico. Ambos recordaron que “la ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.

Kornblihtt recalcó que “la investigación básica solo puede ser financiada de manera sostenida por el Estado. En todo el mundo, sin excepción, los proyectos de excelencia dependen de inversión pública”. Mascotti, por su parte, remarcó que esta inversión no solo genera conocimiento sino también fortalece la soberanía nacional y dinamiza la economía a través de patentes, desarrollos industriales y formación de capital humano.

La entrevista completa

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• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.

• De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol.Actualidad, charlas y protagonistas, en vivo. Seguinos en nuestro canal de YouTube @infobae.