La búsqueda de una piel saludable y rejuvenecida ha llevado a una revolución en los tratamientos estéticos no quirúrgicos, que hoy ofrecen alternativas seguras y efectivas para aquellos que desean mejorar su apariencia sin recurrir a la cirugía. Estos procedimientos permiten abordar desde la hidratación y la luminosidad hasta la corrección de arrugas y la prevención del envejecimiento, aunque deben realizarse siempre bajo la supervisión de especialistas.
De acuerdo con información revelada a Infobae Colombia por Dariela Capacho Estrada, médica y cirujana de la Universidad del Rosario de Bogotá, la elección del tratamiento más adecuado depende de las necesidades individuales y de la etapa de la vida. Asimismo, explicó que no existe una edad fija para iniciar estos procedimientos, por lo que se recomienda una valoración médica para determinar el momento oportuno.
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Edades para realizarse los procedimientos estéticos
- Desde los 20 años, los tratamientos preventivos como peelings suaves, luz pulsada, skin boosters o pequeñas dosis de toxina botulínica pueden ayudar a mantener la calidad de la piel y retrasar el envejecimiento visible.
- Entre los 3 y los 40 años, suelen aparecer arrugas finas, pérdida de luminosidad o manchas, por lo que se recurre a bioestimuladores de colágeno, radiofrecuencia, láseres fraccionados y rellenos con ácido hialurónico.
- Después de los 50, la prioridad pasa a ser la mejora de la flacidez, la redefinición de los contornos faciales y la recuperación del volumen perdido, con tecnologías como el HIFU, láseres y bioestimuladores aplicados de forma más intensiva.
- En todos los casos, la condición física general y la valoración médica previa son determinantes para la idoneidad del tratamiento.
Cabe mencionar que el estilo de vida influye de manera directa en la salud de la piel y en la eficacia de los tratamientos estéticos. Así, la especialista recomienda una dieta rica en antioxidantes, vitaminas y minerales protege contra el daño celular y el envejecimiento prematuro, mientras que una alimentación deficiente puede acelerar estos procesos.
Del mismo modo, informó que el tabaquismo, la contaminación ambiental y la exposición excesiva al sol contribuyen al deterioro cutáneo, provocando arrugas, manchas y sequedad. En contraste, el ejercicio regular, la calidad del sueño y el uso de productos dermatológicos adecuados para cada tipo de piel son factores clave para un envejecimiento saludable y para potenciar los resultados de los procedimientos médico-estéticos.
Mitos, beneficios y riesgos de los tratamientos estéticos no quirúrgicos
- Se suele creer que el bótox deja el rostro rígido, cuando en realidad, aplicado correctamente, suaviza las arrugas sin eliminar la expresión natural.
- Otro mito frecuente es que el ácido hialurónico deforma el rostro; sin embargo, los resultados artificiales suelen deberse a técnicas inadecuadas o al uso excesivo del producto.
- Los láseres modernos, en manos expertas y adaptados a cada tipo de piel, presentan un perfil de seguridad elevado, y los efectos secundarios graves son poco comunes.
- Tampoco es cierto que la piel empeore si se suspenden los tratamientos; simplemente retoma su proceso natural de envejecimiento.
- La dermatología estética no está reservada solo para personas mayores, ya que su enfoque preventivo puede iniciarse desde la juventud para retrasar los signos del paso del tiempo.
Asimismo, la médica Dariela Capacho Estrada explicó que los beneficios de los tratamientos bien realizados se manifiestan tanto a corto como a largo plazo. Inicialmente, se observa una hidratación profunda, mayor luminosidad, reducción de arrugas finas y manchas, y una piel más uniforme y fresca.
Con el tiempo, la estimulación de colágeno y elastina proporciona mayor firmeza y previene la flacidez severa, mientras que la corrección progresiva de cicatrices y texturas irregulares contribuye a un rejuvenecimiento natural, sin necesidad de cirugía en edades tempranas.
No obstante, el mal uso de los tratamientos estéticos puede acarrear consecuencias negativas. El abuso de procedimientos o su aplicación por personal no calificado puede generar resultados poco naturales, como rostros hinchados, rígidos o envejecidos prematuramente.
La especialista aseguró que las dosis inadecuadas de toxina botulínica pueden borrar las expresiones faciales, y el uso de productos sin registro sanitario o de baja calidad incrementa el riesgo de infecciones, reacciones inflamatorias e incluso necrosis. Así también, los procedimientos mal indicados, como peelings o láseres, pueden dejar cicatrices permanentes o manchas difíciles de corregir. Además, la dependencia de la medicina estética, motivada por la búsqueda de cambios inmediatos, puede desgastar la piel y distorsionar la autoimagen.
Por esta razón, la evaluación médica rigurosa es indispensable antes de cualquier intervención, puesto que el especialista debe realizar una historia clínica completa, investigar antecedentes médicos, alergias y posibles contraindicaciones, así como examinar detalladamente la piel y discutir expectativas realistas con el paciente. La verificación de la calidad y la seguridad de los productos, junto con la formación específica del profesional, son garantías esenciales para minimizar riesgos y lograr resultados satisfactorios.
Algunos casos de figuras públicas ilustran los peligros del exceso en la estética y uno de los mencionados por la especialista fue el de Courteney Cox, que reconoció públicamente su arrepentimiento tras someterse a múltiples rellenos, optando por retirarlos para recuperar su aspecto natural. Además, Madonna ha sido objeto de comentarios por los cambios drásticos en su rostro, y Donatella Versace representa un ejemplo de cómo los procedimientos repetidos sin moderación pueden alterar la armonía facial.
“Estas figuras pueden reflejar una realidad contundente y es que la estética puede sumar, pero también puede restar si no se maneja con criterio y con moderación. La verdadera belleza está en el equilibrio. Los tratamientos estéticos pueden tener como meta acompañar el proceso de envejecimiento, no detenerlo ni borrarlo por completo y la clave está en resaltar lo mejor de cada persona sin perder la naturalidad y envejecer en nuestra mejor versión”, puntualizó Dariela Capacho Estrada.
Procedimientos estéticos
La medicina dermatológica cuenta con tratamientos estéticos no quirúrgicos que se dividen en dos grandes categorías: los inyectables y las tecnologías con energía. Los primeros incluyen una variedad de sustancias y técnicas que, aplicadas mediante microinyecciones, buscan hidratar, corregir imperfecciones o estimular la producción de colágeno.
- Entre los más utilizados se encuentra la toxina botulínica, que relaja temporalmente los músculos responsables de las arrugas dinámicas, como las de la frente o las conocidas “patas de gallina”.
- Del mismo modo, se cuenta con bioestimuladores de colágeno, como la hidroxiapatita de calcio (Radiesse) y el ácido poliláctico (Sculptra), que aportan firmeza y combaten la flacidez.
- Además, la experta aclaró que existen otros procedimientos inyectables, como los skin boosters y la mesoterapia, que utilizan microinyecciones de ácido hialurónico ligero, vitaminas, aminoácidos y minerales para mejorar la textura y la luminosidad de la piel.
- Asimismo, se encuentran los exosomas, pequeñas microvesículas derivadas de células madre que contienen proteínas y factores de crecimiento capaces de regenerar y reparar la piel.
- El ADN de salmón, conocido como polinucleótido, utiliza moléculas extraídas del esperma de salmón junto con ácido hialurónico para combatir el envejecimiento.
- El plasma rico en plaquetas de última generación, obtenido mediante técnicas avanzadas de centrifugación, ofrece una mayor concentración de factores de crecimiento, mejorando notablemente la calidad y la luminosidad cutánea.
El segundo gran grupo de tratamientos lo conforman las tecnologías con energía, que emplean dispositivos médicos para renovar el tejido y estimular la formación de colágeno. Entre ellos se encuentran:
- Los láseres fraccionados, como el de CO₂, Erbium o Tulium, resultan eficaces para mejorar cicatrices de acné, arrugas y manchas. Los láseres no fraccionados, como el Q-switch o el ND YAG, se utilizan para tratar lesiones vasculares y fotoenvejecimiento.
- La luz pulsada intensa es ideal para manchas solares y enrojecimiento, mientras que la radiofrecuencia externa estimula el colágeno en profundidad, mejorando la flacidez y la apariencia de los poros.
- El ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU), y su versión más avanzada, el Ultraformer MPT, ofrecen un efecto lifting sin cirugía, tensando la piel y reduciendo la grasa localizada.