La intensidad al caminar es clave para prolongar la vida, según expertos en salud y longevidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Caminar se posiciona como una de las opciones más sencillas y efectivas para quienes buscan mejorar su salud y calidad de vida. Esta actividad cotidiana, al alcance de la mayoría de las personas, puede convertirse en una poderosa herramienta de prevención y bienestar si se realiza de manera adecuada.

Especialistas en salud y longevidad coinciden en que el verdadero potencial de la caminata no radica únicamente en la regularidad, sino en la intensidad y el ritmo que se imprimen a cada paso. Así, transformar una simple caminata en un hábito consciente, dinámico y planificado puede marcar la diferencia en la búsqueda de una vida más larga, activa y saludable.

Beneficios comprobados de la caminata

Diversos estudios científicos y la experiencia clínica coinciden en que una caminata realizada con el ritmo adecuado puede aportar numerosos beneficios. Entre las ventajas más destacadas se encuentran la mejora de la función cardiovascular, la reducción del riesgo de enfermedades crónicas —como la diabetes tipo dos, la hipertensión y ciertos tipos de cáncer—, la optimización del metabolismo y el fortalecimiento de la musculatura en las piernas y la zona lumbar.

Un trabajo reciente publicado en la revista JAMA Network Open demostró que alcanzar al menos 8.000 pasos uno o dos días por semana se asocia con una disminución significativa del riesgo de mortalidad por todas las causas y por enfermedades cardiovasculares.

Caminar a ritmo adecuado reduce el riesgo de enfermedades crónicas y mejora la calidad de vida (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, caminar con regularidad contribuye a mejorar el estado de ánimo, incrementar la energía y favorecer la salud mental, debido al impacto positivo de la actividad física sobre la liberación de endorfinas.

Christina Dieli-Conwright, profesora de medicina de Harvard, destaca la relación directa que existe entre la velocidad al caminar y el mantenimiento de la independencia funcional en edades avanzadas, así como el impacto sobre el riesgo de mortalidad. Según Dieli-Conwright, personas que adoptan una marcha más rápida tienden a disfrutar de una mejor calidad de vida en la vejez, conservando mayor autonomía para las actividades cotidianas.

Cómo y cuánto caminar para obtener resultados

La calidad de la caminata resulta tan importante como la cantidad de tiempo dedicado. Los especialistas advierten que caminar sin esfuerzo o a ritmo excesivamente bajo puede resultar insuficiente para alcanzar mejoras sustantivas en la salud. Recomiendan acumular al menos 150 minutos semanales de actividad física, distribuidos en sesiones de intensidad moderada a vigorosa, preferentemente repartidos a lo largo de la semana.

La velocidad al caminar influye en la independencia funcional y la autonomía en la vejez (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, para evaluar la efectividad, suele emplearse el ritmo como un parámetro objetivo. Se ha establecido que un hombre adulto, entre 40 y 59 años, debería caminar como mínimo a 1,43 metros por segundo para que la actividad se considere saludable. Permanecer por debajo de esta referencia puede estar relacionado con un incremento en las probabilidades de desarrollar problemas de salud en el futuro.

Estos valores no solo permiten estimar el impacto de la caminata, sino que ayudan a establecer metas y detectar áreas de mejora.

Medición del progreso: frecuencia cardíaca y tecnología

El control de la frecuencia cardíaca durante la actividad física es esencial para asegurar que se trabaja a la intensidad adecuada. La fórmula aconsejada para calcular la frecuencia cardíaca máxima consiste en restar la edad a 220; el rango óptimo para una caminata beneficiosa se sitúa entre el 65% y el 75% de ese valor.

Por ejemplo, una persona de cincuenta años tiene una frecuencia máxima estimada de ciento setenta pulsaciones por minuto, por lo que el rango saludable oscilaría entre 110 y 128 pulsaciones durante la marcha.

Especialistas recomiendan acumular 150 minutos semanales de caminata de intensidad moderada a vigorosa (Imagen Ilustrativa Infobae)

La tecnología ha facilitado enormemente el seguimiento de estos parámetros. Los relojes inteligentes y las aplicaciones móviles permiten registrar el tiempo, la distancia, el ritmo y la frecuencia cardíaca en tiempo real, lo que posibilita adaptar el esfuerzo a las recomendaciones de los profesionales y observar progresos con el paso del tiempo.

Si el ritmo inicial resulta inferior al recomendado, los expertos aconsejan evitar esfuerzos bruscos y centrarse en un incremento gradual de la intensidad, manteniendo siempre la constancia para reducir el riesgo de lesiones y maximizar los beneficios.

La importancia de la fuerza muscular y la prevención de lesiones

Para aprovechar plenamente los efectos positivos de la caminata, la especialista de Harvard insisten en la necesidad de complementar esta actividad con ejercicios de fuerza. El desarrollo muscular es fundamental no solo para caminar mejor y más rápido, sino también para mantener la estabilidad corporal, recorrer mayores distancias y disminuir el riesgo de caídas y lesiones, especialmente con el paso de los años.

Los ejercicios de fuerza pueden estar enfocados a grandes grupos musculares, utilizando el propio peso corporal, bandas elásticas o cargas adicionales según el nivel de cada persona.

Complementar la caminata con ejercicios de fuerza muscular potencia los beneficios y previene lesiones (Imagen Ilustrativa Infobae)

Trabajar la musculatura favorece una marcha más eficiente, fortalece la postura y ayuda a proteger las articulaciones de las sobrecargas, permitiendo así disfrutar de todos los beneficios que ofrece este hábito saludable.

En síntesis, la combinación de caminatas realizadas con intensidad y ejercicios de fuerza constituye una estrategia eficaz y accesible para quienes desean mantener o mejorar su salud y aumentar su expectativa de vida. Esta fórmula no solo requiere tiempo y dedicación, sino también compromiso con la progresión y el equilibrio, elementos clave para convertir la caminata en un pilar del bienestar físico y mental a cualquier edad.