El envejecimiento del sistema inmunológico impacta no solo en la defensa ante infecciones, sino que también puede convertir a este sistema clave en un factor que favorece enfermedades crónicas y deterioro progresivo de órganos, como revelan recientes estudios científicos
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El envejecimiento del sistema inmunológico no solo debilita la defensa contra infecciones, sino que también puede transformar al “guardián” del cuerpo en un agente que favorece enfermedades crónicas y deterioro de órganos, según una serie de revisiones publicadas en la revista Nature Aging.

Investigadores de instituciones líderes en biomedicina exploran cómo los cambios en la inmunidad con la edad abren nuevas oportunidades para predecir, prevenir y tratar enfermedades asociadas al envejecimiento.

A medida que las personas envejecen, su sistema inmunológico pierde precisión y eficacia. Esta transformación comienza temprano, con la reducción del timo —el órgano donde maduran las células T— durante la pubertad.

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En la adultez avanzada, el sistema inmunológico tiende a un estado de inflamación crónica y desregulación, lo que puede desencadenar enfermedades autoinmunes y contribuir al deterioro general del organismo.

“Durante el envejecimiento, la capacidad del sistema inmunológico para responder de manera eficiente y precisa a nuevos desafíos infecciosos o tumorales disminuye, y la reactivación de las respuestas de memoria se debilita”, resumen los editores de Nature Aging.

Esta pérdida de control no solo aumenta la vulnerabilidad a infecciones, como se evidenció durante la pandemia de COVID-19, sino que también está implicada en enfermedades no infecciosas como el cáncer, la demencia, la fibrosis y los trastornos cardiovasculares.

Inflamación persistente y acumulación de células dañadas

Uno de los conceptos centrales es el de “inflammaging”: una inflamación persistente de bajo grado que acompaña al envejecimiento y se asocia con mayor riesgo de enfermedad y muerte.

Diversos equipos de investigación exploran cómo los cambios inmunitarios asociados a la edad abren nuevas oportunidades para la predicción, prevención y tratamiento de enfermedades vinculadas al envejecimiento, lo que podría modificar la medicina futura.(Imagen Ilustrativa Infobae)

Los investigadores destacan que el sistema inmunológico envejecido no elimina con eficacia las células senescentes —células viejas y disfuncionales—, lo que favorece su acumulación y la propagación de daños en los tejidos. “Las interacciones deterioradas entre células inmunes y células senescentes facilitan la acumulación de estas últimas en los tejidos, alimentando la disfunción y la aparición de enfermedades”, explican los autores de una de las revisiones. Este proceso convierte al sistema inmunológico en un actor central del envejecimiento y sus consecuencias.

Consultado por Infobae desde Baltimore, Estados Unidos, Oscar Cingolani, cardiólogo argentino e investigador en la Universidad Johns Hopkins, explicó en una nota anterior con Infobae que la detección temprana y el control del inflammaging podrían resultar determinantes para alcanzar una mayor longevidad y salud.

Cingolani señaló que el inflammaging se define por un nivel bajo pero sostenido de inflamación crónica, lo que impacta negativamente en el sistema inmune. Esta alteración favorece la aparición de enfermedades crónicas más habituales en personas mayores, como diabetes, enfermedad cardiovascular, demencia, artrosis y algunos tipos de cáncer

El proceso de debilitamiento inmunológico comienza temprano con la reducción del timo, órgano esencial en la maduración de las células T, fenómeno que se acentúa durante la pubertad y marca el inicio de la transformación inmunitaria ligada al paso del tiempo
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Relojes biológicos y medicina personalizada

El estado del sistema inmunológico puede servir como un “reloj biológico” para estimar la edad real de una persona y su riesgo de enfermedad. Los científicos han desarrollado modelos que, a partir de marcadores de inflamación, predicen con alta precisión la probabilidad de enfermar o morir.

Sin embargo, cada individuo envejece de manera diferente, influido por su genética, ambiente y estilo de vida.

“Cada persona tiene una combinación única de factores que determina cómo se manifiesta la inflamación asociada al envejecimiento”, señalan los expertos. Por eso, proponen que las intervenciones y los tratamientos sean personalizados, y sugieren que la inteligencia artificial podría ayudar a navegar esta complejidad.

El sistema inmunológico es un objetivo accesible para intervenciones que buscan prolongar la salud en la vejez. Ensayos clínicos que prueban vacunas o terapias antienvejecimiento pueden usar la respuesta inmunológica como indicador de éxito.

Además, estrategias como la restricción calórica, la dieta cetogénica o el ejercicio físico podrían retrasar el envejecimiento inmunológico y, con ello, mejorar la calidad de vida.

En los adultos mayores el sistema inmunológico suele adoptar un estado de inflamación crónica y desregulación, condición que facilita el desarrollo de patologías autoinmunes y contribuye al deterioro funcional general del organismo
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“Las intervenciones geroterapéuticas, como la restricción calórica o el ejercicio, pueden sostener la salud en parte al atenuar el envejecimiento inmunológico mediante mecanismos metabólicos”, afirman los autores. También subrayan el papel del tejido adiposo —la grasa corporal— como un órgano inmunológico con gran influencia en el envejecimiento.

El lado inesperado: autoinmunidad en la vejez

Un hallazgo reciente es el aumento de enfermedades autoinmunes en personas mayores. Los investigadores sugieren que, en algunos casos, la persistencia de funciones inmunológicas “juveniles” puede ser perjudicial, y que una disminución controlada de la actividad inmunitaria podría ser beneficiosa para evitar ataques del propio cuerpo.

El envejecimiento inmunológico es un proceso complejo y diverso, pero su estudio ofrece una ventana única para entender y modificar el envejecimiento humano. El acceso sencillo a muestras de sangre facilita la investigación y el desarrollo de nuevas terapias. Los próximos años podrían traer avances en vacunas mejoradas para mayores, tratamientos personalizados y estrategias para retrasar la aparición de enfermedades crónicas.

El equipo editorial de Nature Aging concluyó: “El sistema inmunológico envejecido ofrece oportunidades para descubrimientos valiosos y constituye un objetivo amplio para extender la vida saludable”. La investigación en este campo avanza rápidamente y promete transformar la forma en que se aborda el envejecimiento y sus enfermedades asociadas.