Las transmisiones en vivo de naturaleza crean comunidades virtuales y mejoran el bienestar social y mental (Archivo)

Millones de personas conectan cada día con la naturaleza a través de transmisiones en vivo, como la migración de murciélagos en Texas o el juego de pandas en el Smithsonian National Zoo. O, más recientemente, lo que ocurre con la iniciativa del Conicet, junto a la fundación Schmidt Ocean Institute (Estados Unidos) en la exploración del “Talud Continental IV”, frente a Mar del Plata, en Argentina.

Ahora, investigaciones recientes de la Universidad de Texas en Arlington revelan que estos contenidos generan algo más que entretenimiento: no solo acercan a los espectadores al entorno natural, sino que facilitan la creación de comunidades virtuales y aportan beneficios comprobables para la salud mental y social.

El estudio, liderado por Rebecca Mauldin y el profesor Keith Anderson, y publicado en Current Opinion in Psychology, sostiene que los espectadores no solo experimentan una conexión superior con la naturaleza; también establecen lazos con personas en espacios digitales.

Científicos realizan una expedición frente a las costas de Mar del Plata para documentar en tiempo real la biodiversidad marina, con cámaras submarinas que transmiten en vivo desde las profundidades del Atlántico Sur.

“Estas transmisiones ofrecen más que entretenimiento pasivo. Ayudan a las personas a reconectar con la naturaleza y a formar nuevas comunidades en línea, unidas por la admiración y el aprecio compartidos”, señala el estudio.

Qué son las transmisiones en vivo de naturaleza y cómo funcionan

Las transmisiones en vivo de naturaleza, conocidas como NFLs por sus siglas en inglés, se basan en emisiones en tiempo real enfocadas en animales, plantas y paisajes naturales, accesibles a cualquier usuario con conexión a internet. Entre los ejemplos más reconocidos figuran la Giant Panda Cam del Smithsonian National Zoo, Africam —dedicada a la fauna africana— y Explore.org, una plataforma que agrupa cámaras de diferentes puntos del planeta.

El auge de estas transmisiones se relaciona con la urbanización y el avance tecnológico, factores que han reducido el contacto directo con la naturaleza. El “déficit de naturaleza” se refiere precisamente a las consecuencias de esta desconexión, en especial dentro de contextos urbanos.

El contacto virtual con la naturaleza impulsa actitudes proambientales y apoya la conservación, según ScienceDirect (Archivo)

Sin embargo, la tecnología ha permitido acercar paisajes, animales y experiencias naturales a quienes no pueden acceder físicamente a ellas. Según el estudio, el contacto virtual con la naturaleza —incluso de manera indirecta— mejora la salud psicológica, el bienestar social y la disposición a proteger el entorno.

Impactos psicológicos y sociales: más allá del simple entretenimiento

Los beneficios identificados en la investigación incluyen la reducción del estrés, la restauración de la atención y el fomento de actitudes proambientales. Durante la pandemia de COVID-19, cuando el acceso a espacios verdes estaba restringido, estas transmisiones resultaron esenciales para mantener el vínculo con la naturaleza y mitigar la soledad.

Además, la exposición a NFLs influye en el turismo, incentivando visitas a parques nacionales y otros entornos naturales, lo que se traduce en ingresos y apoyo a la conservación, según la investigación.

Millones de usuarios se conectan a transmisiones en vivo de naturaleza para observar animales y paisajes remotos, una práctica que impulsa nuevas formas de interacción social en entornos digitales.

El potencial de estos contenidos no termina en la relación con la naturaleza: las transmisiones en vivo fomentan la formación de comunidades virtuales, donde los espectadores pueden interactuar a través de chats y foros, compartir experiencias y establecer relaciones en tiempo real.

La profesora Mauldin subraya el rol de la anticipación: “Las personas se sientan frente a la pantalla, incluso cuando no ocurre nada, solo para esperar el momento en que aparezca un colibrí. Esa expectativa es muy poderosa”. Cuando el acontecimiento finalmente sucede, surgen conversaciones espontáneas y reflexiones compartidas sobre la propia vida.

Comunidades virtuales y sentido de pertenencia

Las comunidades virtuales formadas en torno a NFLs generan sentido de pertenencia y apoyo emocional entre los usuarios (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estudios citados por Current Opinion in Psychology demuestran que estas interacciones pueden traducirse en una auténtica sensación de pertenencia y apoyo. El análisis de casi 130.000 comentarios, realizado en un grupo de Facebook vinculado a NFLs en el Reino Unido, revela la construcción de lazos sociales y emocionales entre los participantes.

Investigaciones en Australia, con Live Penguin TV, y en Suecia, con The Great Moose Migration, corroboran que los espectadores generan comunidades virtuales cohesionadas. Incluso en programas para adultos mayores con deterioro cognitivo en Estados Unidos, la exposición a NFLs incrementó relaciones positivas y participación social.

Un caso destacado es Days at Dunrovin, una plataforma basada en la vida de un rancho en Montana con varias cámaras en directo y actividades interactivas. Esta plataforma estimula la colaboración entre espectadores y personal del lugar, favoreciendo amistades y apoyo mutuo. Una evaluación de correos electrónicos enviados a la propietaria muestra que el lugar opera como una “granja de cuidado virtual” para sus miembros.

Límites y desafíos futuros

Las transmisiones en vivo no reemplazan la experiencia sensorial completa, pero son una alternativa valiosa para quienes no acceden a la naturaleza (Archivo)

Aunque los beneficios son claros, existen límites: la mayoría de los estudios no distingue entre los videos en vivo y los grabados, lo que dificulta precisar sus efectos diferenciales. Solo una investigación comparó ambos formatos y concluyó que los contenidos en vivo captan más la atención, aunque ambos reducen el estrés.

Además, las NFLs no pueden reemplazar la experiencia sensorial completa, como el tacto o el olor, ni sustituir la vivencia integral del entorno natural. Para quienes no tienen acceso físico a estos espacios, sin embargo, las transmisiones resultan una valiosa alternativa: la experiencia virtual es preferible a no tener contacto con la naturaleza.

Este potencial adquiere especial relevancia en grupos con acceso restringido a entornos naturales, como personas con discapacidades, privadas de libertad o residentes en grandes ciudades. De acuerdo con el trabajo en Current Opinion in Psychology, la importancia de estudios más rigurosos, con estructuras experimentales sólidas, que permitan aprovechar plenamente las transmisiones en intervenciones sociales y de salud.

Las transmisiones en vivo de naturaleza abren una ventana única para reflexionar sobre nuestro sitio en el entorno natural, hallar sosiego en su belleza y compartir vivencias. Profundizar en su estudio puede revelar un valor que va mucho más allá del ocio, aportando nuevas formas de conexión y bienestar en la vida cotidiana.