Harvard advierte sobre los riesgos psicológicos de la meditación, más allá de sus beneficios (Imagen Ilustrativa Infobae)

Nuevas investigaciones de la Facultad de Medicina de Harvard revelan que la meditación, aunque ampliamente recomendada para la salud mental y popularizada en Estados Unidos, no siempre produce efectos positivos y puede implicar riesgos psicológicos que suelen pasarse por alto.

Estos hallazgos desafían la percepción idealizada de la meditación como herramienta infalible para mejorar el bienestar y ponen sobre la mesa la importancia de reconocer tanto los beneficios como los eventuales efectos adversos de las prácticas contemplativas.

El auge de la meditación en Estados Unidos

Durante las dos últimas décadas, la meditación ganó terreno: según datos de los Institutos Nacionales de Salud citados por The Harvard Gazette, en 2022 el 17,3% de los adultos estadounidenses meditaba, duplicando la cifra registrada 20 años antes. Este crecimiento responde, en parte, a la recomendación de médicos que la sugieren como tratamiento para ansiedad y depresión, evitando la farmacodependencia.

Un 13% de los practicantes de meditación reporta efectos adversos moderados o graves, según estudio (Imagen Ilustrativa Infobae)

La meditación se documentó como eficaz para reducir estrés, ansiedad y depresión, así como para potenciar la autoconciencia y la regulación emocional. Sin embargo, la literatura científica moderna abordó de manera insuficiente los posibles efectos adversos, a pesar de que los manuales tradicionales ya advertían sobre experiencias difíciles o inesperadas.

Descubrimientos claves: estados alterados y sufrimiento

Un estudio liderado por Matthew Sacchet de la Facultad de Medicina de Harvard, junto con Malcolm Wright de la Universidad Massey, analizó en 2024 los datos de más de 3.000 practicantes de meditación. El 45% reportó haber experimentado en alguna ocasión estados alterados de conciencia, sin uso de sustancias, asociados a episodios místicos, espirituales, sensaciones extracorporales o distorsión de la realidad.

La mayoría describió estas experiencias como positivas, pero Sacchet destacó la frecuencia y relevancia clínica de los episodios problemáticos: un 13% reconoció haber sufrido consecuencias moderadas o graves, con síntomas como miedo, distorsión de pensamientos y emociones, y angustia significativa que requirió en algunos casos atención clínica. El especialista advierte que la popularidad de la meditación no suele ir acompañada del reconocimiento, por parte de los profesionales de la salud mental, de las experiencias difíciles que pueden desencadenarse.

Factores de riesgo y protección según estudios de Harvard

No todas las técnicas de meditación implican el mismo nivel de riesgo psicológico (Imagen Ilustrativa Infobae)

La Clinical Psychological SciencePor, asegura que no todas las formas de meditación implican el mismo riesgo: mientras que prácticas como la atención plena al cuerpo y la meditación compasiva acentuaron la aparición de estados alterados, la oración surgió como un importante factor protector, reduciendo en un 40% la probabilidad de distorsionar la realidad.

El estudio destacó que la aparición de estos estados depende más de la práctica concreta que de la adscripción religiosa. Ser budista o cristiano no cambió la frecuencia de episodios, pero sí lo hicieron técnicas específicas. Sacchet calificó de “casi completamente inesperado” el hallazgo de la oración como elemento protector, una conclusión relevante para las comunidades religiosas conservadoras.

Necesidad de reconocimiento clínico y científico

El Programa de Investigación de Meditación de Harvard busca promover prácticas seguras y apoyo profesional (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ante la prevalencia de experiencias negativas, Sacchet pide que los profesionales sanitarios reconozcan estos fenómenos. “Es importante que quienes viven estas experiencias se den cuenta de que no están solos”, indicó. Y subrayó la importancia de recibir el apoyo adecuado por parte del sector sanitario y de poder compartir las vivencias sin temor a ser estigmatizados.

Además, propone superar la idea de que solo las experiencias positivas aportan valor: enfrentar retos durante la práctica puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y la resiliencia, por lo que su equipo investiga activamente estas posibilidades.

Perspectivas para la investigación futura

El Programa de Investigación de Meditación de Harvard continuará identificando perfiles de riesgo y patrones asociados a las experiencias negativas y positivas de la meditación, con el objetivo de fortalecer el enfoque científico y garantizar la promoción segura de estas prácticas.

En definitiva, la meditación ofrece reconocidos beneficios para la salud mental, pero los recientes hallazgos de Harvard ponen de manifiesto que es necesario considerar también los riesgos, brindar información equilibrada y asegurar apoyo profesional para quienes atraviesan episodios difíciles en el camino contemplativo.