En una nueva edición de El Puente, el ciclo de entrevistas de Infobae conducido por Julieta Puente, se abordó la caída del cabello. Para explicar cuáles son las causas y las formas de prevención, participó la doctora Vanina Gegdyszman, médica dermatóloga y tricóloga (MN: 144999).

¿Es lo mismo caída de pelo que alopecia?

La primera distinción clave que hizo la especialista fue terminológica. Aunque suelen utilizarse como sinónimos, no significan exactamente lo mismo. “La alopecia principalmente es un aumento de la pérdida del cabello. Hay una caída normal a diario que tiene que ver con nuestro recambio de cabello”, explicó Gegdyszman.

De este modo, la alopecia implica una caída por encima del umbral considerado fisiológico. La pérdida diaria de cabello, en cambio, es un fenómeno habitual y esperado. “Es normal, una cierta cantidad es normal”, sostuvo. Pero, ¿cuándo deja de serlo?

La caída del cabello y la alopecia no son lo mismo: la primera es normal, la segunda implica una pérdida excesiva (Crédito: Gastón Taylor)

Señales de alerta: cuándo la caída no es normal

La especialista recomendó prestar atención a la frecuencia y el volumen del cabello que se pierde a lo largo del día. Aunque no es necesario contar los pelos uno por uno, hay indicadores claros. “No me voy a poner a contar si se me caen entre 50 y 100 pelos por día, pero si vos ves en el cepillo que aumenta, ves en la bacha, en la almohada, ya es una alerta”, advirtió.

Esta observación visual puede ser el primer paso para detectar una disfunción del ciclo capilar. En estos casos, se sugiere consultar con un especialista en tricología para analizar las causas.

Para Gegdyszman, los hábitos para cuidar el cabello parten de estar atento a signos como la picazón o el dolor.

¿Cada cuánto hay que lavarse el pelo?

Uno de los mitos más frecuentes en torno a la caída del cabello es que el lavado diario puede debilitarlo o acelerar su pérdida. Según la doctora Gegdyszman, esta idea es errónea. “El lavado es muy importante, tiene que ver con el equilibrio de lo que existe sobre nuestro cuero cabelludo”, explicó.

Detectar un aumento inusual de cabellos en el cepillo, la almohada o la bacha puede ser señal de alerta para consultar a un especialista (Crédito: Gastón Taylor)

La frecuencia adecuada depende del tipo de cuero cabelludo. “Por ejemplo, tengo un cuero cabelludo más graso. Lo puedo lavar tranquilamente a diario. Según el tipo de cuero cabelludo, vamos a elegir la frecuencia, de diario a día por medio”, precisó.

En este sentido, mantener el equilibrio del microbioma capilar y la limpieza regular son aspectos clave para la salud del pelo.

Planchita, secador y calor: qué hacer y qué evitar

El uso de herramientas de calor como planchitas y secadores de pelo también genera dudas. Gegdyszman aclaró que no es lo mismo el daño por temperatura que la caída capilar propiamente dicha. “Tiene que ver, pero principalmente con el quiebre”, aseveró.

El secador, bien utilizado, no representa un gran problema: “Me van a decir: ‘Bueno, pero si el secador es para secar’. Sí, pero lo podemos usar para styling con movimientos, con temperaturas más medias o bajas”.

El lavado diario del cabello no provoca caída, sino que ayuda a mantener el equilibrio del cuero cabelludo según su tipo (Crédito: Gastón Taylor)

“La planchita es mucho más dañina. ¿Tenemos un evento? Tenemos ese permitido, pero ¿cómo lo hacemos? Protector térmico, con el pelo bien seco y agarrar mechones más chiquitos, que no tenga que hacerle tantas pasadas”, añadió.

Dormir con el pelo mojado: ¿un hábito que se debe evitar?

En el reportaje, la médica repasó otro de los hábitos que pueden perjudicar la salud capilar, en algunos casos: dormir con el cabello húmedo. Si bien no se trata de una causa directa de alopecia, puede tener consecuencias indeseadas tanto en el cuero cabelludo como en la fibra capilar.

Pueden pasar dos cosas: desequilibrio en cuero cabelludo, generando más caspa, dermatitis seborreica, que pique la cabeza. Y por el otro lado, más roce y más fricción de la fibra capilar”, profundizó la experta.

Por eso, su recomendación fue clara: “Siempre dormirse con el cuero cabelludo seco”.