La ANMAT advirtió sobre cápsulas falsificadas de Ozempic en el país cuyo principio activo la semaglutida solo está autorizado en formato inyectable (ANMAT)

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) advirtió sobre la circulación de falsificaciones del medicamento Ozempic en Argentina, el cual está autorizado en su venta para tratar la diabetes, aunque suele utilizarse fuera de las indicaciones aprobadas para bajar de peso.

En un comunicado escueto, la entidad sanitaria argentina informó: “ANMAT ha tomado conocimiento, por medio de la firma NOVO NORDISK PHARMA ARGENTINA SA, titular del producto en la República Argentina, de la venta del medicamento «Ozempíc® Semaglutida Tablets USP, 25 mg, 60 tablets, Fabricado por Pharma Argentina SA». El medicamento OZEMPIC no existe a nivel global en fórmula de administración oral (cápsulas o comprimidos) sino que solo se comercializa en fórmula inyectable”.

Y remarcó que “la firma Pharma Argentina SA no posee antecedentes de habilitación ante esta Administración Nacional para importar ni para fabricar medicamentos”.

Según la ANMAT Pharma Argentina SA no está habilitada para fabricar ni importar medicamentos pese a figurar como productora de Ozempic falso (ANMAT)

El problema radica en que esta droga, cuyo principio activo es la semaglutida, no existe en formato de cápsulas o comprimidos en ninguna parte del mundo. Su única vía de administración aprobada es la inyectable. La detección de estas versiones falsificadas encendió las alarmas no solo por el riesgo sanitario que representan, sino también por el contexto de creciente demanda en torno a un fármaco que revolucionó el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, bajo otra dosificación y marca comercial, también de la obesidad.

Hace pocos años, el nombre de la droga empezó a resonar globalmente cuando los estudios clínicos comenzaron a mostrar resultados notables en dos frentes clave de la salud pública: el control de la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2 y la reducción sostenida de peso corporal en personas con obesidad. Su aparición reconfiguró el mapa terapéutico de estas enfermedades crónicas.

La ANMAT aclaró que Ozempic está aprobado en Argentina únicamente para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Si bien algunos profesionales lo recetan en casos específicos como ayuda para bajar de peso, ese uso se considera “off-label”, es decir, fuera de las indicaciones oficiales autorizadas. Para la obesidad, la presentación correcta de semaglutida lleva el nombre comercial Wegovy, recientemente aprobada en el país, cuya disponibilidad fue programada para el último cuatrimestre de 2025.

Ozempic está aprobado en Argentina para tratar diabetes tipo 2 en forma inyectable, pero no existe en comprimidos por lo que las versiones orales son falsificaciones
( REUTERS/Tom Little)

La distinción entre ambos productos es central. Aunque comparten la misma molécula activa, difieren en la dosis, la indicación terapéutica y el público objetivo. Ozempic se comercializa en dosis de 0,25 mg, 0,5 mg y 1 mg, mientras que Wegovy contiene 2,4 mg de semaglutida, la cantidad específica indicada para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos con índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30, o entre 27 y 30 con comorbilidades asociadas.

Esta última formulación también se aplica por vía subcutánea, mediante una lapicera prellenada de uso semanal. La ANMAT estableció que su prescripción debe acompañarse de cambios en el estilo de vida, como alimentación equilibrada y actividad física regular.

Droga revolucionaria

La semaglutida imita la hormona GLP-1 disminuye el apetito, regula la glucemia y está aprobada en dos presentaciones distintas según la dosis (REUTERS/Lee Smith)

El auge de la semaglutida no solo modificó la práctica clínica en endocrinología, sino que activó fenómenos paralelos: la proliferación de usos no regulados, la demanda anticipada en mercados aún no abastecidos y la aparición de productos adulterados.

La manipulación irregular de esta sustancia se agrava por la confusión entre Ozempic y Wegovy, alimentada por su popularidad en redes sociales, testimonios de celebridades y una percepción generalizada de que se trata de un adelgazante rápido. Sin embargo, especialistas advierten que la semaglutida no es un medicamento estético, sino una herramienta terapéutica con indicaciones precisas, efectos colaterales posibles y seguimiento médico indispensable.

Su mecanismo de acción consiste en imitar la función de una hormona natural conocida como GLP-1, que regula el apetito y la saciedad. En términos simples, actúa sobre centros cerebrales vinculados al hambre, disminuyendo el deseo de comer y ralentizando el vaciamiento gástrico.

Esta capacidad de inducir saciedad y reducir el consumo de alimentos generó un interés masivo más allá de su indicación original. Lo que inicialmente fue concebido como un tratamiento antidiabético terminó extendiéndose como una intervención para la obesidad, incluso antes de que las agencias regulatorias autorizaran ese uso.

El uso de semaglutida sin receta médica puede provocar efectos adversos graves, por eso se requiere control profesional y vía de compra segura (EFE/ J.L.Cereijido)

Expertos afirman que cuando una molécula revoluciona el tratamiento de una enfermedad por su eficacia y seguridad, la noticia corre como reguero de pólvora. Esa aceleración en la adopción de nuevas terapias, aunque habitual en la era postpandémica, presenta riesgos cuando se desdibuja el marco regulatorio.

En el caso de Wegovy, su aprobación en Argentina incluyó la indicación para adultos con obesidad o sobrepeso asociado a enfermedades como hipertensión, dislipidemia o diabetes tipo 2. La combinación con una dieta hipocalórica y actividad física regular forma parte del protocolo. La ANMAT también determinó que la droga debe aplicarse bajo estricto control médico. La presentación inyectable semanal fue la primera en su clase en recibir aprobación para el manejo crónico del peso corporal.

La evidencia científica respaldó esa decisión con estudios de gran envergadura como el ensayo SELECT, que reunió a más de 17.000 personas con obesidad o sobrepeso diagnosticadas con enfermedad cardiovascular, pero sin diabetes. Su objetivo fue evaluar si la semaglutida podía reducir eventos cardíacos en una población de alto riesgo.

Los resultados, publicados en noviembre último, fueron impactantes. La dosis de 2,4 mg redujo de forma significativa la probabilidad de infartos, accidentes cerebrovasculares y muertes cardiovasculares. Los datos de subgrupos también mostraron beneficios adicionales. “Los datos muestran que estos medicamentos innovadores están preparados para revolucionar la atención cardiovascular y podrían mejorar drásticamente la salud cardiovascular”, declaró el doctor Harlan Krumholz, profesor en la Universidad de Yale.

La semaglutida fue desarrollada para tratar diabetes pero su eficacia en control de peso llevó a que muchos la usen de forma no autorizada
(REUTERS/Ali Withers)

Además de su impacto en la salud cardíaca, se analizaron efectos adicionales sobre mortalidad general, complicaciones por insuficiencia cardíaca y otros indicadores clínicos relevantes.

El conjunto de hallazgos posicionó a la semaglutida como una molécula multifacética, con potencial para incidir en diferentes esferas de la salud metabólica. No obstante, los expertos insisten en que el uso debe realizarse dentro de un marco de prescripción responsable. En ningún caso se justifica su adquisición en vías paralelas ni su uso sin supervisión médica.

La aparición de comprimidos falsificados representa una amenaza directa para los pacientes. Además de carecer de eficacia, estos productos pueden contener excipientes peligrosos, dosis erróneas o sustancias tóxicas. El hecho de que la empresa mencionada por la ANMAT no tenga registro como laboratorio autorizado agrava el cuadro. La proliferación de vías de venta no reguladas, como redes sociales o plataformas informales, es uno de los factores que facilitaron la expansión de productos falsos. En este contexto, las advertencias de las agencias regulatorias adquieren una importancia crítica.

El atractivo de la semaglutida se explica también por la magnitud del problema que intenta abordar. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 2500 millones de adultos en el mundo viven con sobrepeso y al menos 890 millones padecen obesidad. En paralelo, 422 millones de personas tienen diabetes, enfermedad que provoca 1,5 millones de muertes al año. En Argentina, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo reveló que seis de cada diez adultos presentan exceso de peso. Estos datos reflejan una epidemia metabólica de dimensiones globales. Frente a esa realidad, el interés por medicamentos eficaces es comprensible, pero no debe dejar de estar mediado por criterios clínicos.

En Argentina seis de cada diez adultos tienen sobrepeso lo que explica la alta demanda de nuevos tratamientos como la semaglutida inyectable (REUTERS/Hollie Adams/)

La diferencia entre un medicamento autorizado y una falsificación puede marcar la línea entre una mejoría significativa y una complicación grave. En el caso de la semaglutida, se trata de una droga compleja, con mecanismos de acción específicos, interacciones posibles y un protocolo de administración preciso. Ninguna presentación oral está autorizada en el país ni en el mundo. Su único formato aprobado es el inyectable. Cualquier producto que contradiga esta indicación es, por definición, falso.

La ANMAT pidió a la población que no adquiera medicamentos por canales no oficiales y que consulte siempre con profesionales de la salud. También se recomendó denunciar cualquier sospecha de falsificación para que las autoridades puedan actuar rápidamente. El rol del Estado en estos casos es clave, no solo para garantizar la trazabilidad de los productos, sino para preservar la confianza en los sistemas de salud.

En paralelo, las investigaciones sobre la semaglutida continúan. Su perfil farmacológico abrió nuevas líneas de estudio en áreas como la prevención de diabetes, la reducción de riesgo cardiovascular y el tratamiento de enfermedades asociadas al síndrome metabólico. En todos los casos, los ensayos clínicos siguen un protocolo riguroso, con seguimiento de efectos adversos, comparaciones con placebo y revisión por comités independientes. Ese camino, basado en la evidencia y la regulación, es el único que garantiza resultados reales y seguridad para los pacientes.

El desafío actual es doble. Por un lado, las autoridades deben reforzar los controles para evitar la circulación de medicamentos falsificados. Por otro, el sistema de salud debe prepararse para integrar de forma adecuada las nuevas terapias disponibles.

El estudio SELECT con más de 17 mil personas mostró que la semaglutida 2.4 mg reduce infartos ACV y muertes cardiovasculares en pacientes con obesidad (REUTERS/Tom Little)

La semaglutida demostró que es posible intervenir sobre problemas crónicos con eficacia, pero también que su éxito puede generar efectos colaterales indeseados si no se manejan con responsabilidad. En un escenario de alta demanda, desinformación y comercialización irregular, la combinación de vigilancia sanitaria, prescripción médica y educación al paciente es más necesaria que nunca.

Finalmente la Anmat solicita al personal de salud, a los distribuidores e Instituciones, y a la población en general, verificar las unidades en existencia y en caso de contar con aquellas con las características descriptas para el producto falsificado contactarse al correo electrónico pesquisa@anmat.gob.ar o comunicarse con ANMAT Responde, responde@anmat.gob.ar o al tel. 0800-333-1234.