Académicos del Reino Unido e Italia advirtieron que los primeros 1.000 días de vida, desde el embarazo hasta los dos años, son fundamentales para establecer una base sólida de salud a largo plazo.
Según un informe conjunto de la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido y la Accademia Nazionale dei Lincei, los hábitos poco saludables adquiridos en esta etapa tienden a fijarse y resultan difíciles de modificar después de los cinco años.
En el Reino Unido, 1,3 millones de niños presentan obesidad y 2,3 millones tienen sobrepeso, lo que configura una crisis de salud pública con impacto inmediato y futuro.
En Italia, datos de la Organización Mundial de la Salud indicaron que entre 2020 y 2024 se evaluaron más de 50.000 niños bajo criterios estandarizados: el 20,4 % presenta sobrepeso, el 9,4 % obesidad, y el 2,4 % obesidad severa.
El informe destacó que Italia sigue entre los países europeos con mayor prevalencia de exceso de peso infantil, y señaló que uno de cada cuatro niños casi no consume frutas ni verduras a diario, mientras que casi la mitad ingiere dulces más de tres veces por semana.
Prevención desde el inicio
Los autores del informe señalaron que el objetivo principal debe ser: establecer y mantener un peso corporal saludable que evite un aumento excesivo en las primeras etapas de la vida.
Para prevenir la obesidad desde etapas tempranas, los expertos propusieron medidas como apoyar a las mujeres para iniciar el embarazo con un peso saludable, promover la lactancia materna y controlar el crecimiento acelerado en bebés con bajo peso al nacer.
Además, se enfatizó la importancia de adoptar una alimentación saludable desde la planificación del embarazo. Se recomendó eliminar los alimentos ultraprocesados, en particular aquellos ricos en azúcares y grasas, debido a su impacto negativo tanto en la salud materna como en la programación metabólica fetal.
También se aconsejó evitar sustancias con potencial efecto tóxico durante la gestación, como el alcohol, el exceso de cafeína y las bebidas energizantes.
Según el informe, los enfoques centrados exclusivamente en el cambio individual, como modificar la dieta o aumentar la actividad física en contextos particulares, suelen ser insuficientes si no se consideran factores más amplios, como el entorno social, económico y cultural.
Cifras preocupantes
De acuerdo con los datos más recientes del Programa Nacional de Medición de la Infancia, uno de cada diez niños (9,6%) en Inglaterra presenta obesidad al iniciar la escolaridad.
Esta cifra asciende al 22,1% entre los niños de diez y once años. Las estadísticas también reflejan una mayor prevalencia entre varones y una relación directa entre obesidad infantil y nivel socioeconómico: los niños de zonas más desfavorecidas tienen mayor probabilidad de desarrollar obesidad que aquellos que viven en áreas más acomodadas.
El informe advirtió sobre un “círculo vicioso” en estas comunidades, en el que la obesidad infantil puede limitar las oportunidades laborales en la adultez, lo que a su vez incrementa el riesgo de sobrepeso sostenido.
Esta dinámica contribuye a reforzar las brechas sociales y perjudica tanto la salud como la estabilidad económica de las generaciones futuras.
Una problemática regional: el caso de Argentina
En Argentina, la situación también genera preocupación. Según un informe regional de UNICEF realizado a fines de 2023, el país se encuentra entre los tres con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en América Latina.
El estudio indicó que el 36,5% de niñas, niños y adolescentes de entre cinco y diecinueve años presentan exceso de peso. Esta condición compromete su salud y desarrollo a corto y largo plazo, y eleva el riesgo de enfermedades vinculadas a la alimentación inadecuada, como hipertensión arterial, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
Frente a este escenario, UNICEF destacó la importancia de fomentar una alimentación saludable desde los primeros años de vida. Esto implica promover el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados, como frutas, verduras, cereales, legumbres, carnes, huevos y leche, y reducir la ingesta de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
La organización también resaltó el valor de una hidratación adecuada, recomendando priorizar el consumo de agua segura y restringir las bebidas azucaradas. Asimismo, subrayó la necesidad de involucrar a las familias en la promoción de hábitos saludables, tanto en la alimentación como en la actividad física cotidiana.
Crear entornos de cuidado, con comidas compartidas y opciones nutritivas, puede favorecer no solo la salud física de niñas y niños, sino también su bienestar emocional.
Regulaciones y enfoque estructural
Los responsables del informe británico-italiano sostuvieron que es necesario establecer una regulación más estricta sobre la industria alimentaria. Cuestionaron la efectividad de los acuerdos voluntarios con empresas del sector y citaron evidencia que respalda la imposición de impuestos a productos no saludables, así como subsidios para opciones más nutritivas.
También recomendaron que las campañas públicas de salud eviten mensajes que perpetúen estigmas hacia personas con obesidad, ya que esto puede resultar contraproducente.
“Presentar la obesidad como un ‘defecto de carácter’ conduce a la estigmatización, lo que puede ser contraproducente y aumentar el riesgo de una dieta y un estilo de vida poco saludables”, señalaron los autores del documento.
Posición de especialistas y medidas gubernamentales
Susan Ozanne, profesora de la Universidad de Cambridge y copresidenta del informe, afirmó a The Independent: “Los primeros 1.000 días, incluido el tiempo en el útero, representan una importante ventana de oportunidad para establecer a los niños en una trayectoria saludable para la vida”.
Rosalind Smyth, profesora del University College de Londres y vicepresidenta clínica de la Academia de Ciencias Médicas, señaló: “Cuando abordamos las desigualdades en salud en los primeros años estamos construyendo las bases para una sociedad más saludable y productiva”.
Un portavoz del Departamento de Salud y Asistencia Social del Reino Unido respaldó las recomendaciones del informe y afirmó que el gobierno apuesta por una estrategia de prevención a largo plazo.
“Como parte de nuestro Plan de Salud de 10 años, los minoristas y fabricantes de alimentos harán que la opción saludable sea la opción fácil en una asociación pionera a nivel mundial”, declaró.