Las hojas de Peumus boldus se usan tradicionalmente para tratar molestias digestivas, hepáticas y biliares en Sudamérica (Imagen Ilustrativa Infobae)

El boldo (Peumus boldus) es un árbol de follaje perenne endémico de Chile, distribuido de forma silvestre entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos.

Perteneciente a la familia Monimiaceae, ha sido utilizado por diversas culturas prehispánicas, entre ellas el pueblo mapuche, con fines medicinales y utilitarios.

Su uso tradicional incluye la aplicación del tronco para confeccionar bastones ceremoniales, la utilización de la madera como tinte natural y, especialmente, la preparación de infusiones a partir de sus hojas por sus propiedades digestivas y hepáticas.

Cuáles son los beneficios del té de boldo para la salud

El té de boldo contiene una variedad de compuestos activos que han sido objeto de estudio por su acción fisiológica.

Entre ellos destaca la boldina, un alcaloide con efectos coleréticos que estimula la secreción de bilis, lo que puede facilitar la digestión de lípidos y mejorar la función hepatobiliar.

El boldo contiene boldina, un alcaloide que estimula la secreción de bilis y previene la formación de cálculos vesiculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, el boldo posee aceites esenciales como cineol, eucaliptol y ascaridole. Estos compuestos tienen propiedades que han sido asociadas con efectos carminativos, antiflatulentos, sedantes leves, antiinflamatorios y hepatoprotectores.

La infusión de boldo también es empleada para aliviar síntomas de gastritis, dispepsia, estreñimiento funcional y malestares hepáticos menores.

Estudios mencionados por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) han mostrado que los antioxidantes presentes en el boldo pueden contribuir a la protección celular contra el estrés oxidativo.

Según el doctor Cristian Atala, investigador del Instituto de Biología de la PUCV: “Los antioxidantes mostraron ser buenos para proteger de los efectos del envejecimiento y del daño oxidativo y también se vieron propiedades antiinflamatorias que podrían servir para dolencias articulares”.

Un estudio de laboratorio publicado por el Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile analizó trece infusiones herbales de uso común en Sudamérica y concluyó que la elaborada con hojas de Peumus boldus presentaba una de las actividades antioxidantes más elevadas, según su capacidad para neutralizar radicales libres, compuestos inestables asociados al deterioro celular.

A pesar de estos resultados, se recomienda limitar su uso al tratamiento de molestias puntuales y evitar su incorporación como parte de un consumo habitual prolongado.

¿Qué es mejor para la digestión: té de boldo o manzanilla?

Investigaciones de la PUCV en Chile identificaron propiedades antioxidantes y antiinflamatorias en el fruto del boldo (Imagen Ilustrativa Infobae)

El té de boldo actúa sobre el hígado y la vesícula biliar al estimular la secreción de bilis, lo que facilita la digestión, especialmente tras el consumo de alimentos grasos. Por eso, se emplea tradicionalmente para aliviar síntomas de dispepsia, flatulencia, digestión lenta y distensión abdominal.

En comparación, la manzanilla (Matricaria chamomilla), aunque no forma parte del mismo sistema de acción, también se utiliza con fines digestivos. WebMD informa que se ha usado históricamente para tratar malestares como acidez, náuseas, vómitos, diarrea, síndrome del intestino irritable, reflujo ácido y úlceras estomacales. Su mecanismo se basa en una acción antiinflamatoria y espasmolítica sobre el tracto gastrointestinal.

Aunque no existen estudios comparativos directos entre ambas infusiones, la principal diferencia radica en el órgano sobre el que actúan: mientras el boldo se enfoca en la función hepatobiliar, la manzanilla se asocia más con síntomas gástricos y del intestino delgado.

El té de manzanilla se consume comúnmente entre una y cuatro tazas diarias, especialmente después de las comidas.

La infusión de hojas de boldo es utilizada en zonas rurales como remedio para digestión lenta, gases y acidez (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Qué malestares ayuda a aliviar el boldo?

El uso popular del té de boldo abarca múltiples síntomas digestivos y hepáticos. Se lo emplea con frecuencia para aliviar dolores de hígado, dispepsia, gastritis leve, constipación funcional, acidez y digestiones lentas. Su acción colerética estimula el vaciamiento de la vesícula biliar, lo que puede prevenir la acumulación de bilis espesa y facilitar la emulsificación de grasas.

También se ha reportado su uso en afecciones del hígado graso en estadios tempranos y como complemento en casos de ictericia leve. En cuanto al efecto sobre la microbiota intestinal, no existen estudios clínicos concluyentes. De acuerdo con investigaciones del Dr. Atala, el fruto del boldo, aún poco conocido en contextos urbanos, ha mostrado actividad antioxidante y antiinflamatoria en modelos celulares.

¿Quiénes no deberían tomar boldo?

A pesar de sus usos tradicionales, el boldo no está indicado para todas las personas. Su consumo está contraindicado en individuos con enfermedades hepáticas graves, obstrucción de vías biliares, litiasis vesicular de tamaño significativo, patologías renales crónicas o antecedentes de hipersensibilidad a sus componentes.

El boldo se emplea desde tiempos precolombinos por pueblos como los mapuches para fines medicinales y rituales (Imagen Ilustrativa Infobae)

El ascaridole, uno de los aceites esenciales presentes en la hoja, puede resultar hepatotóxico y neurotóxico si se consume en dosis elevadas o por periodos prolongados. El sitio especializado Verywell Health advierte que el boldo puede provocar “parálisis, alucinaciones y otras alteraciones del sistema nervioso” cuando se lo ingiere en grandes cantidades.

También debe evitarse durante el embarazo y la lactancia, ya que algunos de sus alcaloides tienen efectos uterotónicos que pueden inducir contracciones o provocar abortos. La presencia de cumarinas naturales puede aumentar el riesgo de sangrado en personas que consumen anticoagulantes como warfarina o aspirina.

Por último, las guías de seguridad herbolaria de la Universidad de Texas en El Paso y WebMD coinciden en que su uso no debe extenderse más allá de tres a cuatro semanas, y siempre debe realizarse bajo supervisión médica cuando se trate de suplementos concentrados o pacientes con enfermedades crónicas.