Los ruidos articulares, como crujidos o chasquidos en las rodillas, son una experiencia común y generalmente inofensiva

Los ruidos articulares, como crujidos o chasquidos en las rodillas, son una experiencia común que suele generar inquietud. Sin embargo, la mayoría de estos sonidos no se relacionan con daño articular ni con enfermedades graves, según estudios recientes.

Este fenómeno, conocido como crepitus, suele formar parte de la mecánica normal de las articulaciones y no siempre representa un motivo de preocupación. Aunque el crepitus puede relacionarse con afecciones como la artrosis, en muchos casos no existe una patología subyacente.

Qué es el crepitus y por qué ocurre

El crepitus se define como el sonido de crujido, chasquido o roce que se produce durante el movimiento de una articulación, especialmente la de la rodilla. Mitchell McDowell, cirujano ortopédico y presidente de M Bone and Joint, explicó a National Geographic que “es un fenómeno común y, la mayoría de las veces, parte normal de la mecánica articular”.

Las causas más frecuentes incluyen la formación y colapso de pequeñas burbujas de gas en el líquido sinovial, el roce de tendones o ligamentos con prominencias óseas, y el desgaste del cartílago que recubre la articulación. Este cartílago actúa como un amortiguador que facilita el deslizamiento suave entre los huesos. Su deterioro con el tiempo puede aumentar la probabilidad de ruidos articulares, aunque esto no implica necesariamente daño ni enfermedad.

Diferenciar entre crepitus benigno y señales de alerta

Aunque en la mayoría de los casos el crepitus es inofensivo, puede ser indicio de un problema mayor si se presenta con otros síntomas. Según los especialistas consultados por el medio, la presencia de rigidez matutina prolongada, dolor constante, hinchazón o bloqueo articular amerita atención médica.

Especialistas advierten que la rigidez matutina prolongada, el dolor constante y la hinchazón requieren consulta médica inmediata (Imagen Ilustrativa Infobae)

McDowell advirtió que “si la rigidez dura más de una hora o se acompaña de dolor, es recomendable consultar”. Un estudio citado por National Geographic y publicado en Rheumatology identificó la rigidez persistente al despertar como uno de los principales signos de alerta de la artrosis. La consulta oportuna con un profesional puede facilitar el diagnóstico temprano y mejorar el pronóstico del paciente.

Prevalencia del crepitus en la población general y en personas con artrosis

Una revisión sistemática publicada en Osteoarthritis and Cartilage estimó que el 41% de la población general presenta ruidos articulares en las rodillas. En personas sin síntomas ni lesiones previas, la prevalencia es del 36%. Sin embargo, en quienes padecen artrosis de rodilla, la cifra asciende al 81% y llega al 93% en casos confirmados por radiografía.

Estos datos, también recogidos en una revisión de BMJ journals, indican que el crepitus es común tanto en personas sanas como en aquellas con afecciones musculoesqueléticas. En trastornos como lesiones de ligamentos o condromalacia rotuliana, la prevalencia oscila entre el 30% y el 69%.

Ambas publicaciones coinciden en que la presencia de crepitus se asocia a una mayor probabilidad de identificar cambios estructurales en la articulación, como osteofitos, lesiones óseas o daño cartilaginoso observado en estudios por imagen. No obstante, la evidencia sugiere que no hay una correlación directa entre estos ruidos y la intensidad del dolor o la pérdida de función.

Factores de riesgo y causas del desgaste articular

El envejecimiento es uno de los principales factores asociados al desgaste articular, pero no el único. Barry L. Bentley, profesor asociado en bioingeniería en Cardiff Metropolitan University, explicó a National Geographic que “la edad cronológica solo explica parte del riesgo; los hábitos y antecedentes también influyen”.

La edad cronológica no determina por sí sola el riesgo de desgaste articular, advierte Barry L. Bentley (Imagen Ilustrativa Infobae)

Factores como la genética, antecedentes de lesiones, y el estilo de vida desempeñan un papel relevante en el deterioro articular. Actividades con carga repetitiva o excesiva —como correr en superficies duras o levantar peso de forma frecuente— pueden acelerar el desgaste del cartílago. Además, la inflamación crónica de bajo grado, promovida por dietas altas en alimentos ultraprocesados, consumo excesivo de alcohol y tabaquismo, contribuye a la degradación de los tejidos.

Consejos para proteger las articulaciones y cuándo consultar a un especialista

Pese a la alta prevalencia del crepitus y el desgaste articular con la edad, los especialistas insisten en que es posible adoptar estrategias para proteger las rodillas. McDowell destacó a National Geographic que “incluso en los 40 o 50 años, pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia”.

Recomendaciones clave incluyen mantener un peso saludable para reducir la carga articular, consumir alimentos con propiedades antiinflamatorias como los ácidos grasos omega-3, y asegurar la ingesta adecuada de antioxidantes (vitaminas C y E), calcio y vitamina D para fortalecer huesos y cartílago.

La práctica de actividad física regular, especialmente ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar tai chi, mejora la fuerza y la flexibilidad sin forzar las articulaciones. El entrenamiento de fuerza también es fundamental, ya que los músculos fortalecidos ayudan a estabilizar la rodilla.

Especialistas recomiendan ejercicios como caminar, nadar, andar en bicicleta y practicar tai chi para proteger las rodillas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La consulta médica debe considerarse si los ruidos articulares se acompañan de dolor, rigidez prolongada, hinchazón o limitación funcional. La detección temprana mejora el manejo de la artrosis y previene complicaciones.

Asociación entre crepitus y artrosis, pero no siempre con dolor

Las investigaciones más recientes, como la revisión sistemática en Osteoarthritis and Cartilage y el análisis de BMJ journals, confirman que el crepitus está presente en la mayoría de las personas con artrosis de rodilla. También se relaciona con una mayor probabilidad de detectar alteraciones estructurales mediante resonancia magnética. El odds ratio de asociación con artrosis radiográfica supera el triple.

No obstante, los investigadores aclaran que el crepitus no implica automáticamente la existencia de dolor ni pérdida funcional. Según BMJ journals, “los pacientes que presentan crepitus deben ser informados de que este signo clínico es común en la población general y, aunque se asocia a patología estructural, no siempre es motivo de preocupación directa”.