El primer sorbo de jugo de naranja después de cepillarse los dientes puede resultar desagradable. Esta experiencia, común durante el desayuno, tiene una explicación científica respaldada por especialistas, según indica Muy Interesante.
Es que la interacción entre ciertos compuestos de la pasta dental con las papilas gustativas modifica de forma temporal la percepción de los sabores, en especial los del jugo de naranja. El ingrediente principal en este proceso es el lauril sulfato de sodio (SLS).
La lengua humana posee entre 2.000 y 4.000 papilas gustativas, cada una con entre diez y cincuenta receptores que detectan moléculas específicas de los alimentos y bebidas. Estas señales se transmiten al cerebro, lo que permite reconocer sabores como dulce, salado, amargo, ácido y umami.
En condiciones normales, esta red de detección garantiza una experiencia sensorial equilibrada. Sin embargo, su funcionamiento puede verse alterado por factores externos como los ingredientes de la pasta dental.
El lauril sulfato de sodio y su efecto en el sabor
El lauril sulfato de sodio (SLS) es un agente espumante presente en la mayoría de las pastas de dientes. También se encuentra en productos como detergentes y espumas de afeitar. Según declaraciones de Guy Crosby, profesor de Nutrición en la Escuela Harvard T. H. Chan de Salud Pública, en una entrevista con Muy Interesante, este compuesto actúa como detergente y modifica la sensibilidad de los receptores del gusto al contacto con la boca.
El SLS tiene un doble efecto: incrementa la percepción de lo ácido y reduce la percepción del dulzor. De acuerdo con la Sociedad Química Estadounidense, también elimina fosfolípidos que normalmente atenúan la respuesta a los sabores ácidos. Al desaparecer estos compuestos tras el cepillado, los receptores quedan más expuestos a la acidez de alimentos como el jugo de naranja.
Cómo cambia el sabor del jugo de naranja
El jugo de naranja contiene ácido cítrico, que genera su característico sabor ácido, y una cantidad significativa de azúcares naturales. Normalmente, ambos componentes se equilibran. No obstante, después del uso de una pasta con SLS, esta percepción se distorsiona.
Dicho de otro modo, esta sustancia produce que el jugo se perciba menos agradable. En tanto, la Sociedad Química Estadounidense explicó que este efecto se debe a la alteración del equilibrio entre las moléculas del sabor y los receptores gustativos.
En ese tono, una investigación publicada en 1980 en la revista Chemical Senses analizó el rol del SLS y concluyó que este compuesto reduce el dulzor de la sacarosa, la salinidad del cloruro de sodio y el amargor de la quinina, pero aumenta la intensidad del sabor ácido en frutas como naranjas, limones y pomelos.
Aunque el estudio no se enfocó directamente en el uso de pastas dentales, sus resultados apoyan la hipótesis de que el SLS es responsable de la alteración del sabor. En palabras de Guy Crosby, se trata de una teoría bien fundamentada con respaldo científico.
Cómo evitar el mal sabor
Para evitar esta alteración temporal, el medio recomienda tomar el jugo antes del cepillado. El efecto del SLS es pasajero y desaparece en pocos minutos de forma natural gracias a la acción de la saliva o al consumir otros alimentos.
Asimismo, la interacción entre la pasta de dientes y el jugo de naranja es un ejemplo de cómo procesos químicos cotidianos afectan nuestras percepciones. El momento del consumo es clave: beber el jugo antes de cepillarse permite disfrutar de su sabor equilibrado, mientras que cualquier efecto desagradable tras el cepillado se disipa con rapidez.