La comodidad excesiva en la vida moderna debilita la motivación y la resiliencia, según expertos en neurociencia (Imagen Ilustrativa Infobae)

En las sociedades actuales, la comodidad dejó de ser un privilegio ocasional para convertirse en una constante. Acceder a comida, entretenimiento o transporte sin esfuerzo es cotidiano en gran parte del mundo. Sin embargo, esta aparente ventaja conlleva consecuencias inesperadas para la salud física, mental y emocional.

Diversos estudios demostraron que la ausencia de desafíos puede debilitar capacidades fundamentales del ser humano, desde la resiliencia hasta la motivación. En ese contexto, la ciencia del bienestar propone un giro de enfoque: recuperar la incomodidad como estrategia deliberada para fortalecer cuerpo y mente.

Esto fue eje central de un episodio reciente del podcast Huberman Lab, donde el neurocientífico Andrew Huberman, profesor de neurobiología en la Universidad de Stanford, conversó con Michael Easter, profesor en la Universidad de Nevada y autor del libro The Comfort Crisis. Ambos exploraron por qué la incomodidad voluntaria podría ser una herramienta poderosa para recuperar el equilibrio personal.

Michael Easter y Andrew Huberman coincidieron en que la incomodidad voluntaria con pequeños retos diarios fortalece la salud general (Huberman Lab)

Crisis de la comodidad: una amenaza contemporánea

Michael Easter argumentó que la vida moderna eliminó casi por completo el esfuerzo físico y mental que caracterizaba la existencia de generaciones pasadas. “Hoy, si queremos comida, basta con ir a la tienda de la esquina. Si queremos movernos, subimos al coche. Incluso podríamos pasar días enteros sin salir de casa, pidiendo comida a domicilio y trabajando frente a una pantalla”, comentó el especialista.

De acuerdo con el análisis realizado en Huberman Lab, esta eliminación sistemática del esfuerzo contribuyó al aumento de problemas de salud física y mental. Easter señaló que muchas de las enfermedades actuales se relacionan con el exceso de consumo y la falta de movimiento. Según explicó, la comodidad extrema provocó un “desajuste evolutivo” porque el ser humano esta biológicamente preparado para enfrentar desafíos.

Diseñados para el esfuerzo

Durante la conversación, se abordó también la perspectiva evolutiva de la incomodidad. A lo largo de la historia, la supervivencia humana dependió de la resistencia al frío, al hambre, al esfuerzo y a la adversidad. Con respecto a esto, explicó: “Nuestros ancestros pasaban la mayor parte del tiempo al aire libre, caminando largas distancias, cargando peso y enfrentando condiciones adversas”.

Huberman agregó que, desde una visión biológica, el cerebro está diseñado para priorizar la comodidad solo como mecanismo de conservación energética. En el entorno moderno, donde la comodidad predomina, esta estrategia resulta perjudicial para la salud mental y física.

La preocupación radica en que el ser humano esta biológicamente preparado para afrontar desafíos en diversos entornos (Freepik)

Retos personales y transformación

Ambos expertos compartieron experiencias personales como ejemplo del impacto positivo de los desafíos voluntarios. Andrew Huberman describió cómo incorporó a su rutina semanal actividades incómodas como el rucking (caminar cargando peso) y la exposición al frío. “Cada semana escribo una cosa que voy a hacer y que realmente me incomoda. Transformé mi salud mental, incluso cuando ya me sentía bien”, señaló.

Por su parte, Michael Easter relató su experiencia de pasar más de treinta días en el Ártico. A su regreso, actividades cotidianas que antes consideraba molestas pasaron a ser motivo de gratitud. A propósito de ello, expresó: “Tuve que resetear mi umbral de lo que considero un problema. La incomodidad extrema me enseñó a valorar la comodidad y a poner en perspectiva los desafíos diarios”.

a crisis de la comodidad genera un desajuste evolutivo que impacta negativamente en la salud física y mental de las personas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Regla del 2% y los retos cotidianos

Uno de los conceptos más destacados del diálogo fue la “regla del 2%”, inspirada en un estudio que reveló que solo el 2% de las personas opta por subir escaleras en lugar de usar la escalera mecánica. “El 100% sabe que tomar las escaleras es mejor para su salud, pero el 98% opta por la opción más fácil”, explicó Easter en el capítulo de Huberman Lab.

El escritor científico sugirió aplicar esta regla en distintos aspectos de la vida diaria: caminar durante llamadas telefónicas, cargar las bolsas del supermercado sin carrito o elegir trayectos más largos. Debido a esto, afirmó: “No se trata de buscar experiencias extremas, sino de incorporar pequeños retos diarios que generan grandes beneficios”.

También recomendó prácticas como el rucking, la exposición al silencio, la incomodidad social y la gestión del aburrimiento. Según señaló, estas actividades pueden ser fuentes de creatividad y autoconocimiento, aunque resulten incómodas al inicio.

La

Tecnología, dopamina y gratificación inmediata

Otro eje de la conversación fue el impacto de la tecnología y de la gratificación instantánea en la motivación. Huberman explicó que el uso excesivo de dispositivos electrónicos y la constante búsqueda de estímulos puede agotar las reservas de dopamina, neurotransmisor clave en la motivación y el placer.

“Cualquier recompensa de dopamina que no esté precedida por un esfuerzo sustancial puede llevar a la adicción y a una disminución del bienestar a largo plazo”, advirtió el neurocientífico.

Mientras que Easter coincidió en que la tecnología, aunque útil, puede volverse un obstáculo si se emplea para evitar la incomodidad. Aconsejó “invertir la dopamina” en actividades que requieran esfuerzo, en lugar de gastarla en gratificaciones inmediatas sin valor duradero.

El autor Easter destacó la importancia de asumir retos fuera de la zona de confort para lograr una transformación personal (Huberman Lab)

Incomodidad voluntaria como camino al bienestar

El mensaje final de la conversación, de acuerdo con lo publicado en Huberman Lab, subrayó que la incomodidad no solo es inevitable, sino necesaria para el crecimiento y el bienestar sostenido. “La incomodidad es un requisito para sentirnos realmente bien con nosotros mismos y con el mundo”, afirmó Michael Easter.

Como complemento, el autor puso a disposición sus materiales gratuitos para profundizar en estos temas, alentando a aplicar la “regla del 2%” y explorar una “crisis de la comodidad” personal. Debido a que el objetivo no es buscar sufrimiento, sino encontrar mediante la incomodidad voluntaria, nuevas fuentes de propósito.