Un estudio sueco vincula el uso excesivo de teléfonos con problemas de sueño y depresión en adolescentes (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un estudio del Instituto Karolinska en Suecia, publicado por la revista PLOS Global Public Health, advierte que el uso intensivo de dispositivos electrónicos está asociado con mayores síntomas de depresión y alteraciones del sueño en adolescentes, especialmente en mujeres.

Aunque ambos sexos usan pantallas unas tres a cuatro horas diarias —superando el límite recomendado por las autoridades suecas—, las chicas reportaron el doble de afectación emocional y peores indicadores de descanso. El fenómeno del “desplazamiento” del sueño afecta su ritmo biológico natural, lo que podría contribuir a su mayor vulnerabilidad psicológica, según señalaron los autores.

Hallazgos del estudio

El análisis se realizó durante un año e incluyó a 4.810 estudiantes suecos de entre 12 y 16 años. El fenómeno denominado “desplazamiento del sueño”, identificado en la investigación, consiste en que los adolescentes se acuestan más tarde de lo que sería natural para su ritmo biológico. Esta alteración en los biorritmos afecta tanto la calidad como la duración del sueño, particularmente en las chicas, lo que podría contribuir a una mayor vulnerabilidad psicológica.

Según el equipo del Instituto Karolinska, “nuestros resultados sugieren que un menor tiempo frente a la pantalla parece más saludable”, en consonancia con recomendaciones anteriores de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el informe indica que reducir la exposición a pantallas “probablemente disminuiría la elevada carga de estados depresivos entre las mujeres jóvenes suecas, y quizá también entre los hombres jóvenes”.

El estudio destaca la importancia de reducir el tiempo de exposición a dispositivos electrónicos en jóvenes - (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con Euronews, estos hallazgos coinciden con estudios previos, como una investigación realizada en Noruega con 45.000 estudiantes universitarios, que encontró una fuerte relación entre el uso de pantallas en la cama y la aparición de síntomas de insomnio, además de una reducción en la duración del sueño.

No obstante, algunos expertos recomiendan cautela. El estudio sueco muestra correlación, pero no prueba una relación causal directa entre el uso de pantallas y los problemas de salud mental. Uno de los puntos débiles señalados es que los adolescentes reportaron de manera autodeclarada el tiempo que pasaban frente a dispositivos, lo que podría afectar la precisión de los datos.

Opiniones de especialistas

Chris Ferguson, profesor de psicología en la Universidad de Stetson (Estados Unidos), quien no participó en la investigación, expresó en un comunicado recogido por Euronews que este método “es conocido por su poca fiabilidad”. Por otro lado, Ben Carter, profesor de estadística médica en el King’s College de Londres, sugirió que los resultados podrían servir para elaborar directrices nacionales sobre el uso de teléfonos móviles durante los días escolares, lo que contribuiría a mejorar la calidad del sueño y a prevenir la somnolencia diurna entre los adolescentes.

Implicancias y recomendaciones

La investigación del Instituto Karolinska se suma a un creciente cuerpo de evidencia sobre el impacto del uso de dispositivos electrónicos en la salud física y mental de los jóvenes. Las autoridades sanitarias suecas, al igual que organismos internacionales como la OMS, han advertido sobre los riesgos de exceder los límites de tiempo frente a pantallas durante la adolescencia, una etapa de significativos cambios físicos y emocionales.

El estudio también destaca la necesidad de considerar las diferencias de género al analizar los efectos del uso de pantallas, ya que las chicas parecen ser más vulnerables a los trastornos del sueño y síntomas depresivos. Si bien se requieren más investigaciones para entender a fondo los mecanismos involucrados, los autores coinciden en que reducir la exposición a dispositivos electrónicos podría contribuir al bienestar mental y físico de los adolescentes.