Algunos cambios sutiles en el bienestar diario pueden estar relacionados con alteraciones en la forma en que el cuerpo gestiona la energía y los nutrientes. Sentirse cansado sin causa aparente, notar variaciones en la piel o el cabello y experimentar dificultades para perder peso constituyen indicios de que el metabolismo podría no funcionar con normalidad.
De acuerdo con la Dra. Angela Ryaan Lee, especialista en enfermedades cardiovasculares y medicina interna, existen seis señales principales que pueden alertar sobre un metabolismo lento. Mediante una columna para Very Well, la experta detalló sobre estas señales y ofreció recomendaciones para mantener el metabolismo en equilibrio.
El metabolismo es el conjunto de procesos que el cuerpo utiliza para transformar y almacenar energía. Cada función vital, desde la respiración hasta la digestión y la circulación sanguínea, depende de la energía que se obtiene de los alimentos.
El cuerpo descompone y almacena macronutrientes para utilizarlos cuando sea necesario. Con el paso del tiempo, el metabolismo puede volverse más lento, lo que se traduce en síntomas que afectan la energía y el bienestar general, como explicó Lee en Very Well.
Señales de metabolismo lento: los 6 síntomas principales
1. Bajos niveles de energía
La fatiga persistente o la sensación de tener poca energía pueden estar relacionadas con un metabolismo lento. Personas con hipotiroidismo o deficiencias vitamínicas suelen experimentar este síntoma, ya que el cuerpo no produce ni utiliza energía de manera eficiente.
2. Dificultad para perder peso
El metabolismo y el peso corporal están estrechamente vinculados. La velocidad metabólica determina cuántas calorías necesita el organismo diariamente para mantener el equilibrio energético.
Cuando el metabolismo es lento, el cuerpo tiende a almacenar el exceso de calorías en forma de grasa, lo que dificulta la pérdida de peso. La Dra. Lee recomendó aumentar la actividad física general y realizar ejercicios de fortalecimiento muscular para favorecer el gasto calórico.
3. Cambios en el cabello y las uñas
El crecimiento del cabello y las uñas requiere un aporte constante de energía y proteínas. Un metabolismo lento, así como condiciones médicas como el hipotiroidismo o deficiencias nutricionales, pueden ralentizar este proceso, provocando uñas quebradizas y debilitamiento del cabello.
4. Síntomas gastrointestinales
La digestión también se ve afectada por la velocidad metabólica. Cuando el metabolismo es más lento, los alimentos permanecen más tiempo en el tracto gastrointestinal, lo que puede causar estreñimiento, hinchazón y gases.
5. Cambios en la piel
Una piel seca puede ser consecuencia de un metabolismo lento. Las hormonas, especialmente las tiroideas, influyen en la hidratación cutánea. Además, problemas en el metabolismo de las proteínas pueden acelerar el envejecimiento de la piel, manifestándose en arrugas y pérdida de elasticidad.
6. Sensación de frío
La dificultad para mantener la temperatura corporal adecuada es otra señal. Un metabolismo lento genera menos calor, lo que puede traducirse en intolerancia al frío o sensación constante de frío, especialmente en personas con trastornos que afectan el metabolismo.
Cómo acelerar el metabolismo: recomendaciones clave
Para mantener un metabolismo saludable, la Dra. Lee recomendó en Very Well que incorporar actividad física de manera regular, ya que el ejercicio ayuda a aumentar la velocidad metabólica. Los ejercicios de fortalecimiento muscular son especialmente útiles, dado que el músculo consume más energía que la grasa, y su mantenimiento se vuelve aún más importante con la edad, cuando la masa muscular tiende a disminuir.
Además, seguir una dieta equilibrada que aporte todos los nutrientes necesarios es fundamental. Se desaconsejan las restricciones calóricas extremas, ya que pueden enviar señales al cuerpo para reducir el gasto energético y ralentizar el metabolismo.
Diversos factores influyen en la velocidad metabólica. La edad suele asociarse a una disminución del metabolismo, pero también influyen factores como: la composición corporal, la dieta, el uso de medicamentos, la genética, las hormonas, ciertas condiciones médicas, el nivel de actividad física y situaciones como el embarazo o la lactancia.
Por ejemplo, una menor masa muscular y un mayor porcentaje de grasa corporal pueden ralentizar el metabolismo, mientras que la inactividad física y las deficiencias nutricionales también contribuyen a este proceso. Además, enfermedades como el hipotiroidismo o infecciones pueden alterar la velocidad metabólica, ya sea disminuyéndola o aumentándola.
Ante la presencia persistente de estos síntomas, la Dra. Lee aconsejó consultar a un profesional de la salud. Un especialista puede evaluar los síntomas, realizar pruebas diagnósticas y determinar si existen trastornos hormonales, deficiencias nutricionales u otras condiciones que estén afectando el funcionamiento metabólico.