El auge de videos de zorros urbanos interactuando con personas y mostrando actitudes dóciles captó la atención de millones en redes sociales. Estas imágenes reforzaron la creencia de que estos animales se están domesticando de manera espontánea en entornos urbanos.

Sin embargo, la ciencia enfatiza que la domesticación auténtica requiere cambios genéticos y físicos heredables, un proceso comprobado únicamente mediante cría controlada y selectiva, según reportó National Geographic.

Domesticación y habituación: diferencias esenciales

La popularidad de los videos de zorros “amigables” alimentó la confusión entre habituación y domesticación. Blake Morton, experto en comportamiento animal de la Universidad de Hull, destacó a National Geographic que la domesticación implica modificaciones genéticas transmisibles de generación en generación, y no solo actitudes dóciles en casos aislados.

Expertos advierten que la habituación de los zorros a la presencia humana no equivale a un proceso de domesticación real (REUTERS/Carlos Jasso)

Morton fue enfático: “El factor decisivo es la genética”. Para considerar domesticado a un animal, deben observarse transformaciones en el comportamiento y la anatomía que se hereden.

Cinthia Abbona, bióloga del CONICET en Argentina, advirtió a National Geographic sobre los peligros de promover la idea de autodomesticación: “No se conoce ningún animal que se haya autodomesticado verdaderamente”. Además, sostuvo que alentar la idea de que los zorros salvajes atraviesan un proceso de domesticación podría normalizar prácticas dañinas para animales y personas.

La habituación, en cambio, es un fenómeno en el que los animales se acostumbran a la presencia humana tras exposiciones repetidas y experiencias sin efectos negativos. Morton explicó que los zorros urbanos encuentran atractiva la abundancia de comida y el clima templado de las ciudades, lo que facilita su ajuste a este entorno.

Cambios en zorros urbanos: ¿evidencia de domesticación?

El experimento ruso de 1959 demostró que la domesticación de zorros solo es posible mediante selección genética controlada y cría selectiva (EFE/Attila Kovacs)

Ciertos estudios identificaron diferencias físicas y de comportamiento entre zorros urbanos y rurales. Por ejemplo, los de ciudad pueden tener hocicos más cortos y cráneos más pequeños en comparación con los rurales.

Además, la investigación de Morton reveló que los zorros urbanos son menos miedosos y más exploradores cuando enfrentan desafíos para conseguir alimento. Y advirtió que “nada de esto es una prueba directa de domesticación”.

Trevor Williams, fundador de The Fox Project en el Reino Unido, relató que los zorros aprovechan la comida fácil cerca de los humanos, pero mantienen su autosuficiencia. “Aceptan tu limosna y luego se van a comer una rata a algún lugar de la alcantarilla”, comentó a National Geographic.

Además, alertó que la toxoplasmosis —una enfermedad parasitaria frecuente en zorros urbanos— puede alterar su respuesta al miedo, aunque no implica un riesgo de transmisión a humanos.

La única domesticación real

Hallazgos arqueológicos en Sudamérica revelan entierros conjuntos de humanos y zorros, pero destacan la dificultad de domesticarlos (Instagram re_ramkon2020)

El único caso documentado de domesticación de zorros proviene de un experimento iniciado en 1959 por genetistas rusos. Durante casi 60 años, los científicos seleccionaron zorros salvajes únicamente por su docilidad hacia los humanos.

Con el tiempo, estos animales comenzaron a lamer las manos de sus cuidadores y movían la cola al acercarse a las personas. Sin embargo, el proceso exigió eliminar a cientos de zorros que no cumplían con los criterios, muchos de los cuales fueron vendidos a granjas peleteras o al comercio de mascotas exóticas.

Kimberly DeFisher, presidenta de Arctic Fox Daily Wildlife Rescue en Nueva York, enfatizó para National Geographic: “Se necesitan años de ciencia y cría selectiva para poder crear un animal doméstico”.

La toxoplasmosis afecta el comportamiento de los zorros urbanos, aunque no representa un riesgo de transmisión para los humanos (Andina)

DeFisher calificó el experimento ruso como “poco ético” y advirtió sobre el futuro incierto de los zorros criados en cautiverio: al menos la mitad terminan desplazados, sacrificados o liberados ilegalmente antes de cumplir un año, cuando sus dueños descubren que, pese a su docilidad, siguen siendo animales salvajes.

Zorros y humanos en la historia: hallazgos arqueológicos

Estudios recientes sugirieron que existieron zorros semidomesticados en Sudamérica. Una investigación publicada en 2025 identificó perros fueguinos —zorros criados por culturas indígenas—, y hallazgos arqueológicos revelaron entierros conjuntos de humanos y zorros extintos como el Dusicyon avus.

Abbona, coautora de uno de estos estudios, destacó el valor simbólico de estos entierros, aunque aclaró que los zorros “suelen ser solitarios y no se domestican fácilmente”. Los registros históricos describen a estos animales como “malhumorados, feroces, semisalvajes y más”, y se sugiere que fueron reemplazados por perros por su mayor docilidad.

Riesgos de la creencia en la autodomesticación

Especialistas recomiendan evitar alimentar o interactuar con zorros silvestres para proteger tanto a los animales como a las personas (Jorge Blanco)

La difusión de la idea de una autodomesticación de zorros urbanos puede conllevar consecuencias negativas.

Williams advirtió que alimentar o intentar acariciar zorros puede provocar incidentes peligrosos tanto para los animales como para las personas.

Si un zorro se acostumbra a recibir comida de la mano, podría acercarse a desconocidos y ser víctima de represalias. En el Reino Unido es legal contratar empresas privadas para retirarlos, mientras que en Estados Unidos las autoridades pueden sacrificarlos.

Recomendaciones de los expertos

Las prácticas de domesticación de zorros silvestres pueden comprometer su bienestar y el equilibrio ecológico (Instagram newhousewildliferescue)

Especialistas coinciden en que la mejor forma de interactuar con los zorros silvestres es no intervenir en su vida.

Williams sintetizó la posición: “No des por sentado que la fauna silvestre te necesita. En la mayoría de los casos, no te necesita en absoluto”, declaró a National Geographic.

Los científicos insisten en la importancia de diferenciar habituación y domesticación, y advierten que la intervención humana basada en ideas erróneas puede comprometer tanto a los zorros como a las personas.