Las cotizaciones bursátiles del dólar, implícitas en los precios de acciones y bonos argentinos que se negocian simultáneamente en la plaza local y el exterior, anotaron nuevos máximos nominales, con un incremento entre dos y diez pesos este viernes.
El “contado con liquidación” mediante bonos avanza a $1.550 (+0,5%), mientras que el dólar MEP terminó pactado a $1.532 (+0,9%). La brecha entre el “liqui” y el oficial se empezó a ensanchar y ahora alcanza 75 pesos o un 5,1 por ciento.
Hay que recordar que apenas tres ruedas cambiarias atrás esta brecha era insignificante. Con un tipo de cambio oficial en $1.469, el el MEP era pactado el martes 16 a $1.468,76, y el “liqui”, a 1478,25 pesos.
Está claro que en el medio sucedieron hechos trascendentes. El dólar mayorista testeó por primera vez la banda superior del esquema cambiario anunciado el 11 de abril. Y gatillo ventas a manos del Banco Central por unos 1.000 millones de dólares en solo tres ruedas. Las cotizaciones financieras de la divisa no reflejan otra cosa que la percepción de un tipo de cambio que debiera estar un escaló más arriba de las proyecciones oficiales, que implican un elevado costo en reservas.
A la vez, las posturas vendedoras del Tesoro con el mismo fin de mantener a raya al dólar oficial le costaron a las arcas públicas más de 600 millones de dólares.
El ministro Luis Caputo confirmó el jueves que venderán hasta el último dólar en el techo de la banda: “Vamos a vender todos los dólares que sean necesarios”, declaró. Y remarcó que el plan “está muy bien diseñado y no se va a modificar”.
“Todo indica que el gobierno busca una línea adicional de financiamiento, que no provendría del FMI ya que el próximo desembolso está previsto para principios de 2026, sino de otra fuente, con especulaciones locales que apuntan a un apoyo de EEUU, aunque por ahora son solo rumores. El uso de reservas para defender el tipo de cambio en la previa electoral y limitar el pass through a precios parece ir en contra de las necesidades de ajuste de la economía», evaluó Max Capital.
Para los expertos de Adcap Grupo Financiero, las ventas oficiales en la magnitud de esta semana “no fueron una buena señal. El Banco Central presenta un déficit de USD 10.000 millones respecto de la meta de reservas del EFF (acuerdo de facilidades extendidas con el FMI) para fin de año”.
“Aun si los inversores esperaran un resultado positivo en octubre, la dinámica de mercado del Banco Central vendiendo en el límite superior de la banda cambiaria ejerce presión sobre el resto de los activos, lo que podría continuar más allá de las elecciones”, enfatizaron desde Adcap.
Para Carlos Rodríguez, economista y fundador del CEMA, el gobierno de Javier Milei aplicó “una política monetaria y cambiaria casi aleatoria. Se redujo la inflación, hasta el mes pasado, basándose en atraso cambiario, esterilización de emisión con más deuda líquida y pérdida de reservas internacionales. Se hizo cualquier cosa con el tipo de cambio, salvo la flotación libre. El cepo cambiario estuvo siempre presente, mediante una confusa maraña de regulaciones a la operatoria de los mercados cambiario y financiero”.
“Será crucial la lectura que vayan haciendo los operadores tras ratificación del compromiso del equipo económico respecto la actual esquema cambiario, en especial de continuar las liquidaciones ya que la pulseada podría retroalimentar la demanda privada en esta etapa, e incluso posteriormente de no despejarse de manera inmediata el escenario político y que ello logre mejorar la expectativas de los agentes económicos”, señaló Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.