El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, reinstauró este jueves la independencia de las principales agencias anticorrupción del país, buscando contener una crisis política que erosionó la confianza en su liderazgo durante la guerra y generó alarma entre sus aliados occidentales.
La decisión llegó tras una ola de protestas en Kiev y otras ciudades, donde miles de personas salieron a las calles en rechazo a enmiendas legislativas impulsadas por el partido oficialista que debilitaban a las entidades encargadas de combatir el fraude. La presión también vino desde Bruselas: funcionarios europeos advirtieron que los cambios comprometían la candidatura ucraniana a la Unión Europea.
En respuesta, Zelensky firmó un nuevo proyecto de ley —aprobado por unanimidad en el Parlamento con 331 votos a favor— que revoca las enmiendas y garantiza, según sus palabras, “la ausencia de cualquier tipo de influencia o interferencia externa”. “Ucrania es una democracia, no hay ninguna duda”, expresó el mandatario en un mensaje publicado en Telegram.
La norma deja sin efecto las facultades que habían sido otorgadas al fiscal general, designado por el propio Zelensky, para reasignar fiscales y retirar casos de las agencias especializadas, una medida que fue interpretada por críticos como un intento de blindar a aliados del gobierno.
La lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del estado de derecho son condiciones centrales impuestas por Bruselas para avanzar en el proceso de adhesión. Muchos ucranianos consideran esa meta un pilar esencial para el futuro del país.
Pese al giro del Ejecutivo, las protestas continuaron hasta este miércoles por la noche, cuando cientos de manifestantes se concentraron frente a la sede presidencial al grito de “¡Vergüenza!” y “¡El pueblo es el poder!”.
Bruselas celebra el giro, pero advierte que aún queda camino por recorrer
Desde la Comisión Europea valoraron positivamente la rápida reacción de Kiev para corregir la controvertida reforma y restablecer la independencia de las agencias anticorrupción. En un mensaje conjunto, la presidenta Ursula von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, calificaron la decisión como “un paso positivo”, al tiempo que subrayaron que estas reformas “deben continuar” y son “esenciales” para el avance de Ucrania en su camino hacia la integración europea.
El portavoz comunitario de Ampliación, Guillaume Mercier, aseguró que la nueva ley “restablece las garantías fundamentales” que blindan la independencia tanto de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) como de la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO), dos entidades clave en el entramado institucional para el control del poder. Aun así, Bruselas advirtió que revisará a fondo el texto legal y recordó que el episodio no marca el fin del proceso.
“La adhesión de Ucrania requerirá esfuerzos continuos para garantizar una sólida capacidad de lucha contra la corrupción y el respeto del Estado de derecho. Esperamos que Ucrania cumpla rápidamente esos compromisos”, apuntó Mercier, quien también recordó otras reformas pendientes como el nombramiento de jueces del Tribunal Constitucional y la revisión de ciertas enmiendas “problemáticas” al Código Penal.
Por su parte, la Alta Representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, celebró la ágil reacción de Zelensky ante las advertencias de Bruselas. “Demuestra determinación por volver rápidamente al buen camino cuando están en juego los valores democráticos europeos”, declaró. Kallas insistió en que la protección del Estado de derecho y la transparencia institucional son condiciones innegociables para cualquier país que aspire a formar parte del bloque comunitario.
“Era muy importante expresar las preocupaciones que teníamos, por supuesto, con respecto a las medidas que estaban tomando las autoridades ucranianas”, expresó el portavoz, al tiempo que destacó que Kiev haya asumido las demandas europeas y aprobado una nueva normativa.
El giro legislativo de Kiev llegó después de contactos directos entre Von der Leyen y Zelensky, que buscaban frenar un retroceso percibido como incompatible con los estándares europeos. Ahora, con la independencia de los órganos restaurada, Ucrania respira políticamente, pero sabe que bajo la lupa europea.
(Con información de Europa Press)