Bárbara Elisa Yabeta Borges recibió un disparo fatal durante un tiroteo entre facciones criminales en una autopista de Río de Janeiro

Una mujer identificada como Bárbara Elisa Yabeta Borges, de 31 años, murió este viernes tras quedar en medio de un tiroteo entre facciones criminales en una de las principales autopistas de Río de Janeiro, según informaron diversos medios brasileños. El incidente, ocurrido en las inmediaciones del Complexo da Maré, una vasta zona de favelas en la región norte de la ciudad, interrumpió durante varios minutos la circulación en ambos sentidos de la autopista Linha Amarela, la principal vía de acceso al Aeropuerto Internacional de Galeão.

De acuerdo con información proporcionada por la Policía Militar y recogida por el medio G1, el tiroteo fue consecuencia de una confrontación entre grupos rivales en la región de Vila do Pinheiro, una de las más de quince comunidades que componen el Complexo da Maré.

Durante el tiroteo, Borges, quien viajaba como pasajera en un vehículo de transporte por aplicación, recibió un disparo en la cabeza mientras transitaba por la zona de conflicto. Tras ser trasladada a un hospital cercano, los médicos confirmaron su fallecimiento.

Durante el operativo policial desplegado tras los disparos, los agentes decomisaron un fusil en la escena.

Imágenes compartidas en redes sociales muestran el momento en que se inician los disparos y a un hombre, aparentemente alcanzado por una bala, cayendo al asfalto. Poco después, dos vehículos de la policía militar llegan al lugar y puede escucharse a los agentes ordenando a los presentes que se tiren al suelo.

El suceso ocurre en una semana marcada por una violenta operación policial en los complejos de favelas de Alemão y Penha, también en la zona norte de Río, donde habitan cerca de 200.000 personas. Según cifras difundidas por el gobierno estatal, al menos 121 personas –entre ellas cuatro policías– murieron durante esta incursión que tenía como objetivo capturar a líderes del Comando Vermelho (CV), la mayor organización criminal del estado y con ramificaciones en todo Brasil. Diversas fuentes elevaron el número total de fallecidos a hasta 132.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, publicó en su cuenta oficial en X que es fundamental que las autoridades actúen unidas para combatir el crimen organizado. “No podemos aceptar que el crimen organizado continúe destruyendo familias, oprimiendo a los vecinos y esparciendo droga y violencia por las ciudades”, escribió tras reunirse con su gabinete en el Palacio de la Alvorada para abordar lo ocurrido en las favelas de Penha y Alemão.

Lula da Silva subrayó la importancia de un “trabajo coordinado” entre las fuerzas policiales para “atacar la espina dorsal” del crimen, resguardando la seguridad de policías y civiles. Recordó además que el Gobierno federal envió en abril al Congreso un proyecto de reforma de la ley de seguridad destinado a integrar las diferentes fuerzas policiales bajo el mando federal y a reforzar la cooperación interestatal en la lucha contra el crimen organizado.

El avance de la violencia y el número de víctimas mortales ha provocado la reacción de organismos internacionales y protestas en la propia ciudad. Expertos de la ONU declararon el viernes que estas acciones pueden constituir “homicidios ilegítimos” y exigieron investigaciones rápidas e independientes sobre los hechos. Movimientos sociales, sindicatos, organizaciones de derechos humanos y partidos de izquierda convocaron una manifestación cerca del complejo de favelas de Penha, reclamando el fin de las “incursiones militares” en los barrios populares y la destitución del gobernador del estado de Río de Janeiro, el bolsonarista Claudio Castro.

Vecinos protestaron por la mortífera operación policial contra narcotraficantes en una favela del complejo de barrios marginales de Penha, en Río de Janeiro, este 31 de octubre de 2025.

La operación policial en Alemão y Penha se considera la más mortífera en la historia de Brasil. Según el último balance divulgado por el gobierno estatal, de los 121 fallecidos identificados, 42 tenían órdenes de detención pendientes y 78 contaban con antecedentes penales, de acuerdo a declaraciones del secretario de la policía civil, Felipe Curi.

El gobernador Castro calificó el operativo como un éxito y afirmó que las “únicas víctimas reales” fueron los policías fallecidos, señalando que el resto de los muertos eran delincuentes. No obstante, vecinos de ambos barrios alegaron haber encontrado cadáveres con extremidades atadas y rastros de tortura, contribuyendo a la controversia sobre el uso de la fuerza y las prácticas policiales en la ciudad.

Las muertes y la tensión social en Río también se producen a pocos días de que la ciudad acoja una serie de eventos y reuniones internacionales, considerados una antesala de la COP30 en Belém, que contarán con la presencia del príncipe William del Reino Unido y decenas de alcaldes de todo el mundo.

(Con información de AP, EFE y EP)