La abogada Norma Igoa Bellini nunca imaginó que representar a una víctima de violencia de género iba a convertir su vida y la de su familia en una pesadilla: amenazas, hostigamiento, atentados y ataques que parecían no tener fin. Delitos todos protagonizados, según la Justicia, por la expareja de su clienta, Diego Siciliano.
Mañana, Siciliano, un abogado, técnico superior en marketing y martillero de 49 años, comenzará a ser juzgado por daños, hostigamiento, amenazas, intimidación y desobediencia, según se desprende del requerimiento de elevación a juicio presentado en su momento por el fiscal penal, contravencional y de faltas porteño José Sylvié, al que tuvo acceso LA NACION. El debate estará a cargo del juez Juan Manuel Neumann.
“Espero una sentencia justa, de cumplimiento efectivo, y fundamentalmente que el juicio sea un mensaje para todas las víctimas de violencia de género y para los colegas que las representan, para que el miedo no nos paralice y que no se bajen los brazos. Luchar para ser escuchados”, sostuvo a LA NACION la víctima.
El calvario para Igoa Bellini comenzó a fines de noviembre de 2021 cuando le rompieron las vidrieras de tres locales que tiene en la galería Paseo Arroyo, en el barrio porteño de Retiro.
Dos meses después, le incendiaron uno de los locales de la citada galería. El fuego comenzó después de que “arrojaran, desde el pasillo al exterior del local, una sustancia líquida inflamable utilizada como acelerante de la combustión, para producir luego su ignición mediante la participación de un elemento ígneo capaz de generar llama libre; provocando daños sobre el cristal de la vidriera y la puerta de la fachada del comercio”, según se desprende del expediente judicial.
Los ataques continuaron. No cesaron. El 14 de febrero de 2022, cerca de las 6, “Siciliano golpeó con un elemento contundente la vidriera del local comercial 2 de la Galería Paseo Arroyo, propiedad de Igoa Bellini, produciendo un orificio y astillando su vidriera”, explicó el representante del Ministerio Público en el requerimiento de elevación a juicio.
El fiscal Sylvié, quien representara al Ministerio Público en el juicio, también acusó a Siciliano de “haber hostigado e intimidado a Igoa Bellini, desde al menos el mes de noviembre de 2021 y hasta al menos el 19 de julio de 2022 inclusive, ello pasando el acusado en su automóvil Fiat Uno blanco de forma reiterada, en diversos días y horarios, en las inmediaciones de la calle Arroyo al 800 y arterias aledañas a ese domicilio, donde reside y posee sus locales comerciales la nombrada víctima, provocando su intimidación”.
La víctima también recibió una amenaza por WhatsApp, donde el sospechoso se habría hecho pasar por un integrante de la temible banda narco Los Monos de Rosario.
“¿Ya, volviste de Europa? Vieja de mierda, vas a tener que solucionar y pagar por todo el daño que hiciste. Te gusta cagarle la vida a los nenes. ¿No? Te metiste con el abuelito equivocado. Todo se paga en la vida. Preguntale a tu marido cómo terminaron sus dos hermanitas [desaparecidas durante la última dictadura militar]“, fue el mensaje que recibió la abogada.
Además, en las vísperas de la Nochebuena de 2022, “Siciliano arrojó una sustancia, líquido o aerosol, sobre el capot de un Renault Koleos que estaba estacionado en Suipacha al 1400, en Retiro, provocándole daños consistentes en el levantamiento de la pintura”.
También, según el expediente judicial, un rato después, el acusado se agachó y efectuó pinchaduras a cada una de las cuatro ruedas del vehículo mencionado, dañándolas. La propietaria del vehículo era la nuera de Igoa Bellini.
La nuera de la víctima también sufrió otro ataque. El 16 de enero de 2023 le rompieron parte de la vidriera de su joyería, situada en Retiro. En ese momento, Siciliano tenía una medida restrictiva que había dictado la Justicia: no se podía acercar a Igoa Bellini y su familia.
“A efectos de que se logre alcanzar una comprensión integral del presente caso, que los hechos por los que se requiere la remisión a juicio del imputado no deben de ningún modo ser juzgados como episodios aislados, sino, por el contrario, como una lamentable reiteración de sucesos que conforman una verdadera situación de violencia de género. Cabe destacar que, en el presente caso, el acusado no tuvo una situación familiar y/o nexo amoroso y/o sentimental de manera directa que lo vincule con las víctimas, simplemente Igoa Bellini patrocinó como letrada en las distintas causas judiciales a la excónyuge del acusado y frente a esta circunstancia el acusado arbitrariamente tomó represalias con la profesional, no bastando solo con tenerla como víctima, sino que extendió en el tiempo y en las personas cercanas a Igoa Bellini sus conductas delictivas, ampliando sus ataques en el hijo y en la nuera de la damnificada”, sostuvo el fiscal en el citado requerimiento de elevación a juicio.
La abogada recordó que, primero, tuvo desconcierto. Después, miedo. “Confiaba en que la Justicia iba a poner freno a toda esta locura, pero no sabía el poder grande que tenía el denunciado y la permeabilidad de nuestra Justicia”, sostuvo la víctima de los ataques. No le fue fácil que la escucharan.
El representante del Ministerio Público recordó que Siciliano “hizo uso de su derecho a negarse a prestar declaración y presentó en dos oportunidades y por medio de distintos letrados que asumieron la defensa un descargo negando los sucesos”. Y agregó: “Sin embargo, a mi juicio, su sola versión, desprovista de otros elementos de corroboración que la refrenden, no logran conmover el plexo probatorio que sustenta la acusación, por lo que entiendo procedente requerir que el caso se dirima en una instancia de juicio”.
De ser encontrado culpable, el acusado podría recibir una pena de hasta ocho años de cárcel.
“Nuestro objetivo es poder lograr una pena de cárcel de cumplimiento efectivo”, dijo a LA NACION la abogada Ana Laura Palmucci, del estudio Iezzi & Varone y quien representa a Igoa Bellini.