Vecinos de la zona rural de Canning, localidad bonaerense cercana a Ezeiza, ubicada sobre la Ruta 52, manifiestan preocupación ante la reciente aparición de una manada de zorros, que en los últimos días comenzó a desplazarse por campos y terrenos cercanos. La desaparición y muerte de animales domésticos encendió la alarma entre productores y residentes de barrios privados.

Testimonios recopilados por medios locales reflejan el crecimiento del conflicto y los detalles de una situación que impacta en la vida cotidiana de la región.

Todo comenzó cuando un productor rural notó la ausencia inexplicada de animales en su campo. “Tengo un campo en ruta 52, en Canning. Me empezaron a desaparecer los animales y con mis compañeros fuimos a recorrer el lugar a ver qué pasaba”, relató dicho productor a El Diario Sur.

Residentes de barrios privados advierten que los zorros utilizan zanjas y tuberías como refugio en la zona

La búsqueda conjunta permitió dar con la fuente del problema: “Vimos una manada de zorros recorriendo todos los terrenos, cazando a todo animal que se cruce. Ahora andan por la ruta, como si nada, durante el día”.

La novedad de avistar zorros a plena luz del día y su comportamiento desenvuelto en la vía pública generó inquietud, aunque hasta el momento no se reportaron incidentes con personas. No obstante, los ataques a mascotas sí han dejado una marca visible en la comunidad. “No atacan a personas, pero ya atacaron a varios perros”, afirmó el productor.

El fenómeno no se limita a la pérdida de animales de granja. De acuerdo con el testimonio de una vecina del barrio Don Joaquín, un caso particular expone el riesgo para mascotas pequeñas.

“Mi mamá salió dos segundos de noche y el perro dio toda la vuelta entrando a la parte de atrás de la casa y de atrás de la reja un zorro le empieza a querer atacar, termina entrando y lo agarró. Después lo encontramos en una casa de la vuelta que lo habían dejado ahí”, relató sobre la experiencia con un chihuahua.

Testimonios de vecinos confirman ataques de zorros a perros pequeños en el barrio Don Joaquín de Canning

En otro episodio, un residente del mismo country describió cómo un zorro ingresó a través de agujeros en el alambrado y atacó a una caniche, causándole heridas graves: “La cortó toda desde la panza hasta el lomo, le dieron como 50 puntos. No había otro perro alrededor, la encontramos tirada en el parque”. El veterinario que atendió el caso vinculó las características de las lesiones al ataque de un zorro, según narró el dueño.

En los barrios privados y áreas próximas a la Ruta 52, los residentes aseguran que los zorros utilizan zanjas, desagües y tuberías como refugio, sacando provecho de un entorno que anteriormente constituía su hábitat natural.

En Santa Fe encontraron dos pumas en el patio de distintas casas

La habitual tranquilidad de Cayastá, pequeño pueblo sobre la costa este de Santa Fe, resultó alterada semanas atrás por la aparición de dos pumas en viviendas particulares con apenas 48 horas de separación. Los hechos demandaron la intervención de fuerzas de seguridad junto con organismos especializados en fauna, que pusieron en marcha operativos para resguardar tanto a los vecinos como a los animales.

El primer episodio ocurrió el sábado cerca de las 9:50, cuando el jefe de la Comisaría 5ª avisó al Puesto Fijo Las Cañas sobre la presencia de un gran felino en una casa de la calle Hernandarias. Personal de la fuerza rural llegó al lugar y encontró a la policía local restringiendo el ingreso a la propiedad, perteneciente a un hombre de 60 años. En el domicilio, la imagen sorprendió: el puma seguía encaramado en un árbol, sereno y atento a quienes lo rodeaban, sin señales de miedo.

Desde Granja La Esmeralda, la especialista Mariela Castiglione trasladó indicaciones claras: evitar cualquier conducta que alterara al felino y mantener a los presentes alejados. Las autoridades coordinaron entonces patrullajes preventivos, instalaron una vigilancia constante en la vivienda y pusieron el foco en salvaguardar tanto el bienestar del animal como el de las familias del barrio.

Apenas dos días después, una nueva alerta sacudió la rutina local. Esta vez, la advertencia llegó vía WhatsApp desde una integrante de la Dirección General de Manejo Sustentable de Fauna situada en La Esmeralda. El segundo operativo se desplegó en otra vivienda de Hernandarias, perteneciente en esta ocasión a una mujer de 33 años, según recogió El Litoral.

En el sitio ya trabajaban patrullas de la Comisaría 5ª, Bomberos Voluntarios y unidades policiales del departamento Garay, con información del fiscal que llevaba la causa. La especialista reiteró la importancia de despejar a los curiosos para no arrinconar al animal. Bomberos y efectivos policiales trabajaron en el aislamiento perimetral, lo que permitió asegurar rápidamente el entorno, mientras otro móvil patrullaba las calles cercanas.