Dejar atrás las preocupaciones de la vida cotidiana y dar la vuelta al mundo. Este es el sueño que hizo realidad una pareja de estadounidenses, Johan y Lanette Canen, que se han ido a vivir a un crucero después de jubilarse. Según una entrevista concedida al Daily Mail, los Canen, ambos de 55 años, dejaron su casa y su empleo para recorrer el planeta desde la comodidad de un crucero. “Antes de partir evaluamos todos los pros y los contras”, declararon al medio británico, “pero considerando los costos, entendimos que vivir en un crucero es mucho más barato que hacerlo en una ciudad como en Londres o en Hawái”.
La decisión no fue tomada a la ligera. Los Canen optaron por una jubilación anticipada, agobiados por el estrés laboral y las constantes facturas. “Ya no podíamos más, necesitábamos desconectarnos de una vez por todas”, relataron. Tras analizar diversas opciones, encontraron la propuesta perfecta en el crucero Villa Vie Odyssey, que ofrece un itinerario de tres años y medio visitando 147 países y 425 puertos.
La pareja decidió vender su negocio en Estados Unidos para financiar su nueva vida en alta mar. Con el dinero de la venta, reservaron una cabina en este crucero global que promete una experiencia todo incluido, desde alimentación hasta servicios de internet. “Cada mes pagamos unos 3.100 euros, es decir, un poco menos de 1.500 euros por persona”. Este monto cubre todos los gastos cotidianos, eliminando preocupaciones relacionadas con alimentos, servicios básicos o entretenimiento.
Además, Lanette añadió al medio británico que “no necesitamos salir a comprar comida ni pagar la factura del teléfono para tener internet”. Esto les permite reducir su estrés financiero mientras exploran nuevas culturas y paisajes en lugares que han incluido Portugal, España, Gibraltar y, más recientemente, regiones de Sudamérica.
Una vida en movimiento constante
Hasta ahora, los Canen han visitado ya 25 países y planean mantener este ritmo durante los próximos 15 años, un período en el que esperan enlazar varios cruceros consecutivos. Aunque su hogar se encuentra oficialmente en el océano, realizarán una breve parada en Estados Unidos para visitar a su nieto, nacido hace un año, antes de continuar con su viaje. Según señalaron al Daily Mail, durante esta pausa temporaria, subarrendarán su cabina para no perder recursos.
Este estilo de vida, insisten los protagonistas de esta historia, también es objeto de malentendidos. “La gente piensa que somos millonarios”, confesaron al mismo medio, pero desmintieron esa creencia al afirmar que su nueva rutina les resulta “mucho más barata, ya que todo está incluido”.
La elección de transformar su vida ha sido bien recibida por los Canen. “No nos arrepentimos de nada”, concluyeron, destacando cómo ahora disfrutan de la libertad que ofrece la vida nómada. Desde contemplar puestas de sol en el mar hasta sumergirse en diferentes culturas, su rutina parece estar marcada por la felicidad y la tranquilidad que buscaban. Con una agenda que incluye estaciones en más de cuatrocientos destinos, la pareja seguirá en el mar durante más de una década.