La minera canadiense McEwen Copper, accionista mayoritario del proyecto de cobre Los Azules, ubicado en la provincia de San Juan y uno de los principales del mundo por tamaño del recurso, unificó las dos fases que tenía previsto ingresar al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI). De esta manera, el capital total a inyectar asciende a USD 2.672 Millones.
La empresa había presentado en febrero su solicitud de adhesión por USD 227 millones a fin de completar el estudio de factibilidad, realizar tareas de exploración adicionales y avanzar con los trabajos preliminares necesarios para iniciar la etapa de construcción. Luego, el desarrollo de la mina y las instalaciones productivas demandarían otros USD 2.445 millones.
La decisión de agrupar, según precisan desde la firma, responde a la complejidad de la iniciativa y a las múltiples consultas que recibieron por parte del comité técnico durante el proceso de evaluación. Esperan de este modo facilitar el análisis y acelerar la aprobación.
En caso que el Gobierno otorgue el visto bueno, Los Azules accederá a una reducción del impuesto a las ganancias del 35% al 25%, exención del pago del IVA mientras dure la construcción, eliminación de derechos de exportación y la exclusión de la obligación de ingresar las divisas al país. También contempla estabilidad fiscal, cambiaria y aduanera por 30 años, además de la posibilidad de arbitraje internacional por disputas.
En McEwen resaltaron que prevén empezar la construcción en 2026 y la expectativa es producir anualmente 180.000 toneladas de cobre promedio a partir de 2030. Se estima que la vida útil de la mina es de 27 años.
Según la ficha técnica, con un depósito de 1.200 millones de toneladas de Recursos Indicados con un grado de Cobre de 0,4% y 4.500 millones de toneladas de Recursos Inferidos con un grado de Cobre de 0,31%, Los Azules se posiciona entre los proyectos de este tipo más grandes del mundo.
“Vamos a hacer el único proyecto de cobre en la Argentina que va a realizar cátodos (placas metálicas de cobre de alta pureza). Vicuña, El Pachón, Taca Taca y Mara van a producir el concentrado, una mezcla semiprocesada que contiene el metal y otros minerales. Ese material se exporta a China, India o Europa y después vuelve al país como cátodo. Dicho diferencial hace que nosotros podamos exportar el bien final y abastecer la demanda interna”, explican y subrayan que es un hito para la minería local.
El cátodo de cobre se utiliza principalmente en la construcción y en la industria, en particular la automotriz. En ese sector, Stellantis —accionista relevante del proyecto— resultará especialmente beneficiada.
Vale mencionar que la Agencia Internacional de Energía proyecta que los requerimientos globales de cobre aumenten un 20% para 2030 y un 41% para 2040, dado que se vuelve clave en la transición energética.
Y Argentina emerge como un actor de peso debido a la magnitud de sus reservas. La consultora internacional CRU había calculado que El Pachón, Mara, Los Azules, Josemaría y Taca Taca podrían generar ingresos anuales por USD 4.000 millones entre 2031 y 2040, sumando unos USD 47.051 millones.
Al respecto, el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo en su cuenta de X recientemente: “En 6 años entre Energía y Minería vamos a tener un saldo exportador equivalente a 2 veces el Agro. Casi 50.000 millones de dólares”.
Con el RIGI, señala el estudio de CRU, la inversión minera en la Argentina se vuelve fiscalmente más atractiva que en Chile, donde la carga impositiva aumentó del 37 al 45%, y que en Perú, donde asciende al 42% en promedio.
Otra cuestión importante sobre Los Azules es que tendrá una huella ambiental mínima, bajo consumo de agua y electricidad, y un compromiso de ser carbono neutral a partir de 2038.
En ese sentido, McEwen firmó en agosto del año pasado un acuerdo con YPF Luz para asegurar el abastecimiento energético con energía limpia, a través de una línea de alta tensión cuyo diseño, construcción y financiamiento estará a cargo de la compañía estatal.