Los fragmentos de una escultura monumental emergen como testimonio del poder simbólico del arte en el espacio urbano de la Edad Moderna (Inrap)

Durante siglos, una estatua ecuestre renacentista permaneció oculta bajo el pavimento de una calle en Toul, al noreste de Francia. El hallazgo reciente de sus fragmentos por parte del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap) reveló no solo una obra de arte de gran valor, sino también un episodio olvidado de la historia europea. Según National Geographic, la escultura fue enterrada deliberadamente tras la Revolución Francesa con el objetivo de suprimir un símbolo visible del poder aristocrático.

El descubrimiento se produjo durante una excavación iniciada en marzo de 2024 como parte de obras públicas. Al avanzar los trabajos, los arqueólogos identificaron una estructura medieval y, a más de un metro de profundidad, una fosa que contenía los fragmentos de la estatua.

De acuerdo con National Geographic, se trata de una pieza tallada en piedra caliza blanca, de más de 1,10 metros de alto y ancho, con un peso superior a los 500 kilogramos. Representa a un noble a caballo, vestido con túnica y manto de inspiración romana.

La figura ecuestre refleja ideales de autoridad y prestigio mediante una estética heredada del mundo clásico (Inrap)

Excavación y hallazgo

El sitio del hallazgo corresponde a la antigua puerta norte de Toul, conocida como La Place o Portae platae, que formaba parte de las fortificaciones de la ciudad antes de ser demolida tras 1700 por orden del ingeniero militar Sébastien Le Prestre de Vauban, al servicio de Luis XIV.

Durante las excavaciones, el equipo del Inrap encontró primero vestigios de la muralla y la estructura de la puerta. Luego detectaron una fosa donde aparecieron 27 fragmentos de la escultura, mezclados con tierra y escombros.

El fragmento principal conserva el cuerpo casi completo del caballo. Si bien faltan la cabeza del jinete y algunas extremidades del animal, National Geographic destacó que el estado general de conservación es notable, considerando la antigüedad y las condiciones del enterramiento.

El descubrimiento fue posible gracias a una intervención arqueológica asociada a obras viales ordinarias en el casco histórico de Toul (Inrap)

Estilo y simbolismo

La calidad técnica de la talla y su iconografía remiten al arte italiano del quattrocento, con influencias de Nápoles, Florencia y Milán. El caballo aparece en posición de marcha, y el jinete luce vestimenta romana clásica. Según los arqueólogos, estas características sugieren que la escultura fue concebida como una declaración de poder, situada estratégicamente en un punto de ingreso a la ciudad.

El uso de caliza blanca y el estilo escultórico refuerzan su carácter renacentista, mientras que la figura ecuestre conecta con la tradición clásica de representación de autoridad política y militar. Para el Inrap, la obra cumplía tanto una función ornamental como simbólica, vinculada al prestigio de quien la encargó.

Destrucción y entierro tras la Revolución

De acuerdo con expertos citados por National Geographic, la estatua fue destruida y enterrada tras la Revolución Francesa, como parte del impulso revolucionario por eliminar vestigios del antiguo régimen. La escultura, que durante siglos presidió la entrada de Toul, representaba un símbolo del orden aristocrático que se buscaba suprimir.

Los arqueólogos interpretan el entierro como una acción deliberada con fuerte carga política. El redescubrimiento de la pieza más de dos siglos después ofrece una mirada concreta sobre los procesos de ruptura histórica que marcaron el tránsito hacia la modernidad en Francia.

El desmantelamiento de la estatua respondió a una acción política concreta: erradicar visualmente los emblemas del antiguo régimen (Inrap)

Posibles orígenes e identidad del personaje

La identidad del personaje representado en la estatua permanece sin confirmar. Según National Geographic, los investigadores del Inrap manejan dos hipótesis principales: que el encargo proviniera del rey Enrique II de Francia, quien reforzó las defensas de Toul durante su reinado, o del cardenal Juan III de Lorena, obispo de la ciudad y promotor del arte renacentista. Aunque no hay documentación directa, ambas figuras encajan en el perfil de poder que la escultura proyecta.

Restauración y futuro

La estatua se encuentra actualmente en proceso de restauración. Los 27 fragmentos recuperados están siendo analizados y ensamblados por el Inrap, con el objetivo de reconstruir su forma original. Según National Geographic, se desarrollará también un modelo tridimensional que facilitará su estudio y exhibición pública.

Este hallazgo ofrece una nueva vía para comprender el arte, la política y la cultura material del Renacimiento en el contexto de la ciudad de Toul. La recuperación de la escultura, tras siglos de ocultamiento, representa un aporte significativo al patrimonio arqueológico francés.