El Reino Unido impulsa cambios en la cría de perros con hocicos planos y pliegues profundos para mejorar su bienestar animal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Perros con hocicos planos, ojos prominentes y pliegues profundos se encuentran bajo el foco de un proceso que busca modificar radicalmente su apariencia en el Reino Unido.

Científicos y organizaciones dedicadas al bienestar animal impulsan una transformación estructural en la cría de razas como el pug, el bulldog francés y el bulldog inglés, cuyos rasgos extremos provocan dolor, dificultades respiratorias y limitaciones funcionales desde el nacimiento.

Estas características, impulsadas durante décadas por tendencias estéticas y redes sociales, hoy constituyen uno de los problemas de salud más persistentes en los animales de compañía.

El nuevo enfoque, promovido por especialistas, sostiene que muchos de estos perros nacen con cuerpos que les generan dolor y sufrimiento, según advirtió el Dr. Dan O’Neill, profesor asociado de epidemiología de animales de compañía del Royal Veterinary College.

El bulldog francés es una raza popular con predisposición genética a trastornos óseos, dificultades respiratorias propias del síndrome braquicéfalo, enfermedades oculares y afecciones cutáneas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En diálogo con The Telegraph, O’Neill remarcó que la sociedad normalizó estas anatomías como parte de la identidad de cada raza, a pesar de que los estudios demuestran que traen aparejadas serias dificultades de por vida. Bajo este argumento, numerosas entidades benéficas buscan redefinir los estándares de raza para priorizar el bienestar de los animales.

Un sistema para transformar la cría

En los primeros días de noviembre un grupo de científicos presentó la Evaluación de Salud Innata (IHA), una herramienta diseñada para puntuar a cada perro según 10 rasgos anatómicos que afectan su calidad de vida.

Entre estas características figuran la piel arrugada, coloración merle, párpados caídos, ojos prominentes, prognatismo, ausencia de cola, patas cortas y columna vertebral rígida. Solo los ejemplares que alcancen un puntaje mínimo de ocho sobre diez podrán reproducirse bajo licencia oficial.

El mecanismo se creó dentro del Grupo Parlamentario Multipartidista para el Bienestar Animal (APGAW). Su copresidente, el profesor Lord Trees, explicó a The Telegraph: “Esta herramienta es una valiosa contribución para reducir los problemas de salud crónicos asociados con conformaciones extremas en perros”.

El border collie puede desarrollar problemas hereditarios como displasia de cadera, mutación MDR1, epilepsia y trastornos oculares que comprometen su bienestar (Crédito: Freepik)

Se prevé un endurecimiento progresivo de los criterios del programa. En cinco años, el requisito subiría a nueve puntos y, en una década, alcanzaría la puntuación máxima, con la meta de que ningún criador autorizado produzca perros con rasgos extremos.

Cambios profundos en razas populares

El Dr. O’Neill destacó el IHA como un punto de inflexión. “El IHA provocará un cambio fundamental en la configuración predeterminada de un pug o un perro salchicha”, afirmó.

También señaló que algunas razas alcanzaron tal grado de extremismo en su apariencia que los cachorros nacen enfermos de manera inherente, incluso si no presentan un diagnóstico clínico concreto.

Según explicó, la salud innata considera si el animal puede realizar funciones propias de su especie: correr, respirar sin dificultad, dormir sin interrupciones y mantener una vida plena.

El bulldog inglés es una raza con diversidad genética limitada y alta predisposición a enfermedades hereditarias, incluyendo problemas respiratorios, articulares, dificultades en el parto y trastornos urinarios (Crédito: Freepik)

Esta iniciativa busca modificar hábitos de consumo y colocar el bienestar animal en el centro de cualquier decisión de compra o adopción. “Lo que decimos es que no se trata de raza, sino del perro”, enfatizó O’Neill.

Esta perspectiva representa una crítica directa a la visión tradicional de la raza como concepto fijo, originado en selecciones reproductivas de la época victoriana, impulsadas por exposiciones y concursos.

El marco legal y la necesidad de criterios claros

Desde 2018, el Reino Unido cuenta con una normativa de bienestar animal que prohíbe la reproducción de perros con alta probabilidad de transmitir graves problemas de salud a su descendencia. Sin embargo, la falta de definiciones precisas sobre conformaciones extremas obstaculizó su efectiva aplicación.

El Dr. O’Neill detalló a The Telegraph que “a partir de 2018, se volvió ilegal que quien necesitara una licencia de cría de perros utilizara ejemplares con conformaciones extremas”. Sin embargo, aclaró que la ley “no tuvo ningún impacto” debido a la ausencia de criterios claros, y espera que la IHA se convierta en la referencia necesaria para la aplicación de la regulación.

El programa IHA busca eliminar progresivamente los rasgos extremos en razas populares como el bulldog inglés y el perro salchicha (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por el momento, el programa es voluntario y se implementa de manera gradual entre criadores con licencia. O’Neill aseguró que “la IHA no pretende que nadie sea procesado” y que las inspecciones apuntan a promover la adopción del sistema, no a sancionar.

Postura del Kennel Club y el futuro de las razas

Pese al respaldo de organizaciones benéficas, aseguradoras y especialistas, el Kennel Club no impondrá la adopción obligatoria de la IHA a sus criadores y propietarios.

En declaraciones a The Telegraph, un portavoz del club expresó su apoyo general al principio de que todos los perros deben alcanzar una conformación que permita buena calidad de vida, aunque la entidad desarrolla su propia herramienta de evaluación “de base más veterinaria y con más matices”.

Mientras en naciones como los Países Bajos algunas razas ya enfrentan prohibiciones por motivos de salud, la propuesta británica apuesta por versiones más saludables de los perros populares, con hocicos funcionales, colas presentes y movilidad reforzada.