Un análisis de JP Morgan Private Bank, incluido en su 2025 Mid-Year Outlook, planteó un diagnóstico sobre el rumbo económico adoptado por la administración estadounidense y el futuro del dólar. El documento identificó riesgos crecientes para la moneda estadounidense como consecuencia de medidas tomadas en la actual gestión de Donald Trump, y comparó de manera explícita su enfoque con el modelo impulsado por Juan Domingo Perón en la Argentina.
“El riesgo para los mercados es que los responsables de política económica en Estados Unidos repitan los errores de líderes latinoamericanos como el expresidente argentino Juan Perón”, afirmaron los analistas del banco. Según el informe, ese paralelismo no se limitó a un enfoque proteccionista o a una crítica institucional hacia el banco central, sino a una concepción integral del rol del Estado en la economía. En ese marco, las políticas económicas de Trump se alinearon con las prácticas peronistas, no sólo por su impacto sobre la estabilidad, sino también por los efectos percibidos sobre la moneda según el análisis del banco de inversión.
El dólar estadounidense cayó un 8% frente al euro en lo que va del año, un dato que el reporte presentó como parte de un patrón más amplio. JP Morgan señaló que el debilitamiento del dólar generó preocupaciones crecientes entre los inversores, que vincularon este fenómeno a una serie de decisiones adoptadas por el gobierno actual. Según los autores del informe, entre las causas principales figuraron el proteccionismo comercial, los cuestionamientos públicos a la Reserva Federal y la percepción de una pérdida de independencia institucional en las decisiones de política monetaria.
“La independencia de la Reserva Federal y el proteccionismo son una preocupación”, subrayó el informe. De acuerdo con la evaluación de los estrategas del banco, este conjunto de factores ejerció presión directa sobre el dólar. Además, remarcaron que el rumbo adoptado por la Casa Blanca generó dudas estructurales sobre la conducción económica del país. “Los inversores están preocupados por la estabilidad estructural de la economía estadounidense debido a las políticas implementadas durante la era Trump”, dijeron.
Otro aspecto mencionado fue el déficit fiscal. El documento apuntó que la legislación impulsada por Trump podría incrementar de manera significativa el rojo presupuestario. “La legislación propuesta por Trump podría aumentar significativamente el déficit presupuestario, socavando la confianza de los inversores en la sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos”, indicó. Esa percepción impactó en las decisiones de inversión y en la evaluación de la capacidad del Estado norteamericano para sostener su rol de emisor de la moneda de reserva global.
Grace Peters, estratega jefe de inversiones de JP Morgan Private Bank, sostuvo que la incertidumbre comercial y el rápido aumento del déficit plantearon un panorama más complejo para el dólar. Según su análisis, estos elementos ubicaron a la moneda en una situación más frágil que en ciclos anteriores. “El dólar corre un mayor riesgo de depreciación que en períodos anteriores debido a la incertidumbre de la política comercial y al riesgo de un déficit que se amplía rápidamente”, afirmó.
En este contexto, el informe recogió una paradoja: mientras Estados Unidos enfrentó este escenario, varios países latinoamericanos mostraron avances en materia de reformas estructurales. J.P. Morgan calificó como irónico este contraste, al remarcar que las medidas adoptadas por Washington replicaron un estilo político y económico que históricamente había sido objeto de críticas por parte del mismo gobierno estadounidense. “Era irónico que tales políticas estuvieran perjudicando a Estados Unidos mientras algunos países latinoamericanos estaban progresando gracias a las reformas económicas”, explicó el documento.
La entidad también describió cómo la depreciación del dólar impactó en el comercio exterior. Si bien un dólar más débil podría mejorar la competitividad internacional de los productos estadounidenses, también encarece el endeudamiento soberano. “La depreciación está en línea con el objetivo de aumentar las exportaciones adoptado durante la era Trump. Si bien la depreciación hace que los productos estadounidenses sean más competitivos en el mercado internacional, también tiene el efecto negativo de aumentar los costos de endeudamiento del gobierno”, explicó el análisis de J.P. Morgan.
Pese a este diagnóstico crítico, el banco descartó la posibilidad de una caída abrupta de la moneda. En cambio, sostuvo que el proceso de debilitamiento del dólar ocurrirá de forma gradual y que su posición central en el sistema financiero internacional no se encuentra en peligro inmediato. “El papel principal del dólar en el comercio mundial no cambiará e informó que no se espera un ‘escenario de colapso’”, concluyó el informe.
De acuerdo con el desglose incluido en el documento, el 60% de las reservas mundiales de divisas se mantienen en dólares, al igual que el 65% de los préstamos internacionales y el 85% de los pagos del comercio global. Este conjunto de cifras respaldó la idea de que el dólar continúa siendo el activo dominante en la arquitectura monetaria mundial. “El dólar mantiene su posición central en la economía global”, resaltaron los especialistas. Además, el informe agregó que el euro representa apenas un 6% del total de transacciones vía SWIFT, y que no existen alternativas de peso que puedan desplazar al dólar como moneda de referencia en el corto plazo.
El informe también vinculó este diagnóstico con las decisiones políticas adoptadas por el Congreso estadounidense, que contemplan un paquete fiscal que podría añadir hasta 6 billones de dólares al déficit durante la próxima década. Esta cifra superaría incluso la suma combinada de las principales leyes de estímulo y gasto de los últimos años, entre ellas la Tax Cuts and Jobs Act, el CARES Act y el American Rescue Plan.
Los analistas de la entidad consideraron que estas políticas crearon un entorno de mayor vulnerabilidad para la moneda. Sin embargo, insistieron en que el fenómeno no implicaba un reemplazo inminente del dólar. “La debilidad del dólar todavía no amenaza el funcionamiento básico del sistema monetario global”, detalló el documento.
Aunque el dólar perdió terreno frente a varias monedas importantes, el informe destacó que los efectos de red que sostienen su preeminencia seguirán actuando como barrera ante un reemplazo. Esa red incluye el uso del dólar como unidad de cuenta, medio de intercambio y reserva de valor, tanto en mercados desarrollados como emergentes.