Hugo Moyano y Jorge Taboada, líderes de la Federación Nacional de Camioneros

Luego de la pelea con su hijo Pablo, Hugo Moyano atraviesa una etapa de tensiones con su secretario adjunto en la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros, Jorge Taboada, que adquieren una importancia extrema porque en diciembre próximo se elegirán las nuevas autoridades de esa organización.

Las fricciones entre los dos líderes nacionales de Camioneros se convirtieron en los últimos días en el tema recurrente en los corrillos sindicales: según las versiones, los problemas comenzaron el 9 de diciembre pasado, cuando Moyano no lo eligió a Taboada para reemplazar a Pablo en el triunvirato de la CGT, como se especulaba hasta en el propio moyanismo, y nombró a Octavio Argüello, uno de sus dirigentes de máxima confianza.

Hay dirigentes que aseguran que Taboada quedó herido por la decisión del jefe de Camioneros ya que en esos días era considerado el principal candidato para ir a la CGT. Uno de los indicios de que se perfilaba para ese cargo fue que elevó al máximo su perfil por la falta de acuerdo en las paritarias y le apuntó duramente al Gobierno.

Jorge Taboada, líder del Sindicato de Camioneros de Chubut

“¿Qué carajo hace (el Gobierno) entrometiéndose en una discusión paritaria entre dos sectores privados como las cámaras empresarias y el sector sindical? Son cosas que no se entienden. ¿Entonces para qué nos citan o para qué discutimos el paritaria? ¿Por qué no dicen el 1% por decreto y buenas tardes, mucho gusto”, dijo Taboaba antes de un congreso ordinario de la federación.

Este dirigente lidera el Sindicato de Camioneros de Chubut y fue diputado nacional entre 2015 y 2019 por el partido Chubut Somos Todos, fundado por Mario Das Neves. Hoy, es vicepresidente a nivel nacional del partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET), creado por Hugo Moyano en 2013, y encabeza la agrupación en Chubut, desde donde a alió con sectores gremiales provinciales para lanzar Fuerza del Trabajo Chubutense, que presentará dos sindicalistas como candidatos a diputado nacional en las elecciones del 26 de octubre.

En los pasillos sindicales deslizan que algo se rompió entre Taboada y Moyano desde la designación de Argüello en la CGT, donde el propio jefe de Camioneros se incorporó a la mesa chica, y que a partir de entonces se fue creando un escenario de desconfianzas mutuas.

Hugo Moyano, con su hijo Jerónimo y Octavio Argüello

Cuentan, por ejemplo, que el dirigente chubutense viajó en nombre de la federación a reuniones con colegas en Córdoba y Corrientes, donde surgieron algunas críticas a Moyano por los “bajos aumentos salariales” firmados y por el hecho de que el líder de Camioneros siempre prioriza a sus hijos en el armado político y sindical en desmedro de otros dirigentes de su organización.

Pero Hugo Moyano, quien obviamente no fue a esos encuentros, se habría enterado de lo que hablaron y por eso, según revelaron fuentes gremiales, tuvo una fuerte discusión con Taboada, cargada de reproches cruzados.

Para calmar los ánimos caldeados en algunos sindicatos del interior, Moyano tendría decidido darle más presencia en el Consejo Directivo de la Federación a través de la creación de subsecretarías en las 28 secretarías que existen actualmente. Para eso se trabaja en la reforma del estatuto de la organización, que deberá ser aprobada en el congreso que debe realizarse en diciembre.

Jorge Taboada asumió como adjunto de Hugo Moyano en la federación en diciembre de 2021

Las tensiones con Taboada, más las críticas surgidas en el interior, se suman a un cuadro complejo que afronta Moyano en Camioneros, donde pudo encarrilar la rebeldía de su hijo Pablo, al que primero desplazó de la secretaría adjunta de la Federación y luego desautorizó para forzar su renuncia a la CGT, pero a fines de noviembre se produjo algo inédito: los trabajadores de recolección de residuos en la ciudad de Buenos Aires se rebelaron contra sus líderes por un acuerdo con el gobierno porteño que, contrariamente a lo vociferado por Pablo Moyano, no incluyó indemnizaciones como se habían logrado desde 1998 con Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.

En medio de ese clima interno, Hugo Moyano no pudo contener los múltiples focos de disidencia que aparecieron en algunos sindicatos del interior.

Hace casi un año, dirigentes de 6 provincias se reunieron por primera vez en Santa Fe para analizar una estrategia conjunta, a espaldas de Moyano, que incluye la posibilidad de crear una federación paralela para disputarle el poder al líder sindical en todo el país.

Sergio Aladio, titular del Sindicato de Camioneros de Santa Fe

Al frente de esa iniciativa está Sergio Aladio, titular del Sindicato de Camioneros de Santa Fe, quien se desafilió en 2015 de la federación nacional que encabeza Moyano por profundas diferencias con sus decisiones y fundó un gremio paralelo, que tiene 24 mil afiliados y cuya autonomía fue avalada por un fallo de la Corte Suprema.

El sindicalista disidente logró tener su propia obra social y un convenio colectivo que rige para los trabajadores en Santa Fe, con la inclusión de un 10% de aumento salarial por presentismo y una innovación importante: un fondo de cese laboral que mejora, según Aladio, el esquema que promueve Javier Milei a través de la Ley Bases porque fija aumentos de las indemnizaciones al ritmo de lo que se pacta en las paritarias. Es una innovación que no figura en el convenio nacional que firma Moyano y que, más allá de sus beneficios, es otra señal desafiante de Santa Fe.

El 23 de agosto de 2024, en el camping de Camioneros de la localidad santafesina de Pérez, Aladio se reunió por primera vez con otros opositores a Moyano como Daniel Urrutia, a quien la Secretaría de Trabajo le dio la inscripción a su gremio nuevo en Jujuy; Mauricio Saillén, titular del Sindicato Único de Recolectores y Barrido de Córdoba, junto con su adjunto, Juan Saillén; Juan Carlos Pasarella, de Entre Ríos; Omar Gatica, de San Luis, y Pedro Mamaní, de Tucumán.

Sergio Aladio (de camisa celeste) y otros opositores a Moyano, reunidos hace un año en Santa Fe

“Nos hemos convocado para visibilizar la vocación de generar un nuevo espacio de entendimiento entre los trabajadores de las distintas regiones con un verdadero espíritu federal”, afirmaron en un “manifiesto” firmado por los 7 sindicalistas. “Sabemos que el federalismo que pregonamos es el sentimiento común que hoy nos convoca y el que nos desafía a trabajar mancomunadamente por un sindicalismo nuevo, moderno, sin personalismos, que nos permita estar junto al trabajador real de carne y hueso, buscando las soluciones cotidianas de cercanía, sin condicionamientos ni decisiones burocráticas que se toman a miles de kilómetros de distancia y que muchas veces no se condicen con la problemática real de los trabajadores de cada una de las regiones”, agregan.

Desde entonces, el mapa disidente de Camioneros se fue consolidando al calor de un liderazgo de Moyano que fue indiscutible y que hoy muestra síntomas de desgaste. En el interior se quejan de que el líder sindical no viaja a enterarse personalmente de la situación provincial, algo que se agudizó a partir de la pandemia. Pero también hay molestia por el “centralismo” en sus decisiones, las paritarias “a la baja” que viene firmando en sintonía con la pauta del Gobierno y el absoluto predominio del clan Moyano en el esquema de poder del sindicato.

Este año se están realizando elecciones en los distintos gremios de Camioneros en todo el país (con algunas denuncias de opositores porque les impiden participar, como en Entre Ríos) y de allí surgirán los dirigentes que participarán del congreso para elegir las nuevas autoridades de la federación hasta 2019.

¿Habrá una tregua entre Hugo Moyano y Taboada como para que el dirigente de Chubut lo siga secundando a nivel nacional? ¿Servirá la duplicación de cargos en la federación para contener a los dirigentes del interior? ¿Podrán los disidentes de las provincias armar una estructura paralela para disputarle el poder al líder sindical? Son algunas de las preguntas que se responderán antes de finalizar 2025, el año en que la patria camionera de Moyano dejó de ser lo que era.