Durante dos décadas, el camionero Joe Macken ha creado una réplica de la ciudad de Nueva York con mucha madera de balsa, pegamento y perseverancia (Crédito: Hans Pennink)

Durante más de dos décadas, el camionero neoyorquino Joe Macken ha dedicado sus ratos libres a un proyecto inusual y gigantesco: recrear la ciudad de Nueva York en una maqueta de madera de balsa. Sin formación en arquitectura ni carpintería, este conductor de 63 años empleó pegamento escolar, pintura acrílica y su propio ingenio para construir una réplica tridimensional de la “Gran Manzana” de 9 metros de ancho por 15 de largo, que incluye casi un millón de edificios y abarca los cinco distritos de la ciudad, así como partes de Nueva Jersey, Westchester y Long Island. El resultado, recientemente viralizado a través de un video de TikTok, ha cautivado a miles de usuarios y despertado el interés de la comunidad artística y museística.

Macken, nacido en Middle Village, Queens, se inspiró en su juventud viendo el perfil de Manhattan desde la ventana y documentales clásicos sobre Rockefeller Center. “Nunca pensé ni en un millón de años que terminaría con todo esto”, comentó a The New York Post. El camión de repartos que conduce entre semana no presagiaba su meticuloso trabajo nocturno, porque Macken llegaba a casa y, casi a diario, añadía piezas a la ciudad. Cada edificio se esculpía a mano y pegaba con paciencia: “Cada minuto de tiempo libre que tengo lo dedico a esto, y con el paso de los años se ha ido acumulando”, explicó.

La réplica de la ciudad incluye casi un millón de edificios y abarca los cinco distritos y zonas aledañas (Crédito: Hans Pennink)

El minucioso proceso de construcción comenzó oficialmente en abril de 2004, con el edificio RCA —actualmente conocido como Rockefeller Center— como la primera pieza. Pronto extendió su trabajo por Manhattan, detallando rascacielos, calles y parques emblemáticos. Recrear la isla le llevó 12 años, ya que cada torre fue personalizada para reflejar su diseño real. “Si estás volando sobre Central Park y miras el mío, se ve exactamente igual”, aseguró, orgulloso, el autor.

Tras completar el núcleo de Manhattan en 2016, Macken extendió su maqueta al Bronx, Queens, Brooklyn y finalmente Staten Island. También representó áreas circundantes como Brooklyn y partes de Nueva Jersey, lo que convirtió el modelo en una de las representaciones artesanales más completas y ambiciosas jamás realizadas sobre Nueva York.

Los materiales elegidos por Macken responden a una aproximación sencilla: empleó madera de balsa —destacada por ser “muy liviana”, resistente y de fácil corte—, pegamento Elmer’s estándar, cuchillos X-Acto, papel de lija, limas de uñas y pinceles económicos. Pintó y detalló cada vecindario, y en el caso de Central Park usó árboles en miniatura de una tienda de maquetas. El gasto estimado en materiales oscila entre 20.000 y 40.000 dólares.

“Cada minuto de tiempo libre que tengo lo dedico a hacer eso, y con el paso de los años se ha ido acumulando”, dijo Macken (Crédito: Hans Pennink)

A medida que su técnica evolucionaba, pasó de tallar edificio por edificio a mecanizar parte del proceso, tallando bloques de casas a partir de un solo trozo de madera para ganar tiempo en zonas periféricas menos diversas. Esta estrategia le permitió construir “una sección completa de 76 por 50 centímetros con unos 1.500 a 2.000 edificios en 12 o 15 horas”, un ritmo imposible de replicar en Manhattan, donde cada rascacielos mantiene una figura única.

El trabajo de Joe Macken se trasladó a un depósito en Clifton Park, Nueva York, a unos 32 kilómetros al norte de Albany, debido al formidable tamaño de la maqueta. Allí, la ciudad en miniatura permanece, ya que, según su autor, exhibirla en un museo es hasta ahora inviable por cuestiones logísticas. “Lo hice tan grande que es muy difícil encontrar un lugar para instalarlo y transportarlo”, admite.

La hazaña artesanal ha recibido atención internacional gracias a TikTok, donde los espectadores califican a Macken de “leyenda viva” y exhortan a los museos de Nueva York a exponer su obra. Entre los 12.000 comentarios, incluso la cuenta oficial de YouTube en TikTok sugirió que “un museo debería exhibir esto cuanto antes”.

La réplica vista de cerca (Crédito: Hans Pennink)

Detrás de cada milímetro del modelo está el sacrificio personal de Macken, quien comparte su tiempo entre dos oficios, su familia y las interminables horas de maquetación. “A veces me quedaba despierto toda la noche. Simplemente construía y construía durante mis días libres”, relató. Su dedicación también lo llevó a perfeccionar técnicas y a desarrollar métodos de producción más eficientes, aunque las zonas más complejas, como Manhattan, nunca pudieron prescindir del trabajo manual detallista.

Por ahora, la obra seguirá siendo un proyecto privado, pero Macken no descarta continuar. De hecho, ya contempla construir una maqueta de Minneapolis, Minnesota —inspirada por la serie de televisión “The Mary Tyler Moore Show”—, cuyo tamaño, según bromeó, debería ser más manejable y requerir solo un par de años de esfuerzo.

La historia de Joe Macken evidencia cómo la pasión y la perseverancia pueden transformar un pasatiempo aparentemente sencillo en una carta de amor artística a una ciudad, y en un ejemplo insólito de creatividad autodidacta.