Susto en el aire: un avión con más de 200 pasajeros voló durante diez minutos sin la supervisión de ningún piloto (REUTERS)

Una serie de acontecimientos desafortunados llevó a que, el 17 de febrero del año pasado, un avión de la aerolínea Lufthansa volara durante diez minutos sin la supervisión de ninguno de los pilotos a bordo, según se conoció este jueves, al publicarse el informe oficial sobre lo ocurrido.

El servicio comenzó con total normalidad. Los más de 200 pasajeros previstos abordaron el Airbus A321 que los llevaría de Frankfurt, Alemania, hasta Sevilla, España, un tramo que no suele extenderse más allá de las tres horas.

Tras el despegue, la nave alcanzó la debida altitud y velocidad de crucero, y comenzó a volar en piloto automático.

Sin embargo, en la última media hora, justo cuando el avión se disponía a cruzar la frontera española, ocurrieron una serie de acontecimientos que podrían haber convertido todo en una tragedia.

El capitán, de 43 años, salió de la cabina para ir al baño y dejó al primer oficial a cargo.

Ocho minutos más tarde, intentó ingresar nuevamente pero no pudo hacerlo; su compañero, de 38 años, había perdido el conocimiento.

El primer oficial se descompensó en la cabina, lo que impidió al piloto poder volver a ingresar (Shutterstock)

Intentó cinco veces introducir el código de acceso a la puerta de seguridad, aunque no tuvo éxito. Una de las azafatas trató también de comunicarse con el primer oficial por el intercomunicador, pero tampoco recibió respuesta.

Dado que la situación se tornaba cada vez más riesgosa, el piloto utilizó el código de acceso de emergencia aunque, afortunadamente, su compañero recobró parcialmente el conocimiento y pudo ayudarlo a abrir la puerta e ingresar.

Inmediatamente, pidió ayuda para el primer oficial, quien estaba “pálido, sudoroso y se movía de forma extraña” y recuperó el control del avión.

Afortunadamente, entre los pasajeros había un médico que, con la asistencia de los tripulantes, pudo estabilizarlo, aunque su situación requirió que el vuelo se desviara a Madrid, el aeropuerto más cercano en ese momento.

Al aterrizar, el oficial fue trasladado a un hospital y asistido por los médicos, quienes descubrieron que su “repentina y grave incapacidad” respondía a un trastorno convulsivo causado por una enfermedad neurológica difícil de detectar, que solo se podría haber percibido durante un estudio de rutina si había registro de los síntomas en el pasado cercano o, inclusive, si se producían justo en ese momento.

“El copiloto declaró que había perdido el conocimiento y que no recordaba cuándo. Antes de eso, recordaba haber sobrevolado Zaragoza y, lo siguiente, que estaba siendo atendido por la tripulación de cabina y un médico”, indica el informe oficial realizado por España y publicado esta semana.

La “repentina y grave incapacidad” del copiloto respondía a un trastorno convulsivo causado por una enfermedad neurológica difícil de detectar

Asimismo, grabaciones de voz de la cabina incluidas en la investigación captaron ruidos extraños durante ese tramo del vuelo, lo que se condice con el diagnóstico de los especialistas y la emergencia declarada a bordo.

Pese a que la situación no pasó a mayores y se trató tan solo de un susto en el aire, el riesgo al que quedaron expuestos los pasajeros llevó a los investigadores españoles a sugerir a la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea hacer público lo ocurrido para, junto a otras aerolíneas, reevaluar los protocolos ante la salida del piloto de la cabina -incluso de manera temporal, para ir al baño.

Lufthansa, por su parte, aseguró tener conocimiento de lo ocurrido y del informe de los investigadores españoles, y sumó que su departamento de Seguridad había iniciado su propio proceso interno para evitar que un incidente del estilo se repitiera.

No obstante, desde la compañía se negaron a brindar mayores detalles al respecto: “Pedimos su comprensión por el hecho de que no haremos comentarios más allá del informe de la investigación”.