El pasado sábado, lo que comenzó como un fallo técnico en la infraestructura eléctrica de San Francisco se transformó en una dura prueba de fuego para el futuro de la movilidad autónoma. Waymo, la empresa de robotaxis propiedad de Alphabet, se vio obligada a suspender temporalmente sus servicios tras un apagón masivo que generó bloqueos de tráfico y dejó a sus vehículos autónomos paralizados en diversas partes de la ciudad.

El incidente se originó a raíz de un incendio en una subestación de Pacific Gas and Electric, lo que provocó daños “significativos y extensos”. El corte de energía afectó a unos 130,000 clientes, dejando a oscuras vecindarios enteros como el Distrito Richmond, el Presidio y zonas del centro. Sin semáforos funcionales y con el sistema de tránsito interrumpido, la infraestructura de la ciudad colapsó, exponiendo las limitaciones actuales de la tecnología de conducción autónoma frente a imprevistos a gran escala.

Aunque el sistema de Waymo está diseñado para tratar los semáforos apagados como paradas de cuatro vías (four-way stops), la magnitud del apagón provocó comportamientos inesperados. Residentes de la ciudad reportaron haber visto múltiples vehículos de Waymo detenidos en medio de la calle, obstruyendo el flujo vehicular en arterias críticas como Turk Boulevard, según reportó CNBC.

El apagón en San Francisco dejó a 130.000 usuarios sin luz durante el sábado 20 de diciembre de 2025 (AP Photo/Jeff Chiu)

Suzanne Philion, portavoz de Waymo, explicó que las unidades permanecieron estacionarias más tiempo de lo habitual para confirmar el estado de las intersecciones, lo que contribuyó a congestión del tránsito. Ante el agravamiento de la situación, la empresa decidió “proactivamente” pausar sus operaciones desde la noche del sábado hasta el mediodía del domingo.

Mientras el alcalde Daniel Lurie desplegaba patrullas policiales y equipos de emergencia para gestionar el caos, la competencia no tardó en reaccionar. Elon Musk afirmó en la red social X que los servicios de Tesla no se vieron afectados por el apagón; sin embargo, expertos señalan que Tesla no opera un servicio de robotaxis sin conductor en San Francisco y sus vehículos requieren supervisión humana constante. A diferencia de Waymo, Tesla no posee permisos de los reguladores de California para realizar pruebas o servicios comerciales sin un conductor de seguridad presente.

Este evento ha reavivado el debate sobre la preparación de las ciudades para la automatización total. Bryan Reimer, científico investigador del MIT, señaló a CNBC que este incidente demuestra que la tecnología aún no es la “solución robusta” que muchos creen, destacando que los fallos eléctricos son eventos predecibles para los cuales debe haber respaldos humanos. Según Reimer, los desarrolladores de vehículos autónomos deberían ser considerados responsables del “caos de tránsito” de la misma manera que lo sería un conductor humano.

La crisis en San Francisco deja una lección clara: el camino hacia un futuro sin conductores no solo depende de algoritmos avanzados, sino de una infraestructura urbana capaz de sostenerlos. A pesar de que Waymo ha reanudado sus operaciones, la desconfianza del público sigue siendo alta, con encuestas indicando que dos tercios de los conductores en EE.UU. aún temen a los vehículos autónomos.